Junto al FC Barcelona B, el Sevilla Atlético es el único filial español que milita en el fútbol profesional y el único que lo ha hecho durante todo el 2017. Sin embargo, la ilusión con la que se cerró la campaña 2016/17, con un conjunto franjirrojo en toda la cresta de la ola, se ha tornado en dudas y en malos augurios en este presente ejercicio, por parte de un filial que indudablemente lo da todo pero al que no le están acompañando los resultados: solo una victoria y 13 puntos cosechados en las primeras 20 jornadas de campeonato han relegado al cuadro dirigido por Luis García Tevenet a la última posición de la tabla, por lo que toca apretar como nunca a la vuelta de Navidades.

La 2016/17 como espejo en el que mirarse

No ha sido fácil para el Sevilla Atlético llegar hasta donde está ahora: después de un épico ascenso logrado en junio de 2016, el segundo equipo nervionense hizo de la juventud una virtud también en Segunda División, y fue capaz de pelear de tú a tú con clubes veteranos y bien construidos para metas mayores a las de los chavales sevillistas. Con la ilusión y la ambición por bandera, los pupilos de Diego Martínez cerraron el año 2016 con 27 puntos, casi en puestos de playoff de ascenso (empatado en la sexta plaza con el Reus y el Huesca) y con más de medio objetivo cumplido con otras 23 jornadas aún por delante.

Sin embargo, en el joven vestuario nunca se cayó en la relajación y lo único que primaba era llegar a la meta lo antes posible para no pasar apuros al final. Dicho y hecho, el conjunto franjirrojo no perdió comba y como mínimo mantuvo el nivel, culminando su participación como decimotercer clasificado con 53 puntos y logrando la permanencia de forma holgada y con cuatro jornadas de margen, tras dos victorias consecutivas decisivas en Anduva ante el Mirandés (0-1) y en el Pizjuán ante el Getafe (2-1) en las jornadas 37 y 38. Hubo tiempo más que de sobra para la celebración y los sevillistas festejaban la permanencia incluso permitiéndose alguna que otra floritura, como la goleada al Real Oviedo (5-3) en el primer partido del 2017 o el repaso al Real Valladolid (6-2) en el mes de abril.

El Sevilla Atlético fue una gran piña que estuvo fuertemente unida hasta el final | Foto: Fran Santiago (VAVEL)
El Sevilla Atlético fue una gran piña que estuvo fuertemente unida hasta el final | Foto: Fran Santiago (VAVEL)

Las marchas de Borja Lasso, Ivi o Diego entre otros hizo mucho daño al filial, que ha quedado relegado a la posición de colista de Segunda División

Pero como en un equipo filial la estabilidad es difícil de conseguir y las generaciones mayores deben ir dando paso paulatino a las nuevas, el pasado verano al Sevilla Atlético le tocó sufrir la tan temida "revolución" que tarde o temprano le tenía que llegar. Y como era lógico, dos temporadas rindiendo a un muy buen nivel iban a hacer que el resto de equipos de nuestro fútbol se interesasen por los jugadores del filial, cuyos pilares esenciales ya no estarían tan dispuestos a seguir si no se les daba oportunidad en la primera plantilla. Fue así como comenzó la desbandada de las estrellas: el Levante y el Málaga, de Primera División, se llevaban a Ivi y Diego González, respectivamente, mientras que en Segunda Lugo y Valladolid hacían lo propio con Bernardo y el "capi" Cotán, mientras que Borja Lasso iba a ser el único que fuese ascendido al Sevilla FC. También emprendía el vuelo el "arquitecto" Diego Martínez, que iba a gozar de su merecida primera experiencia como dirigente de una primera plantilla en el Osasuna. 

A esa ristra solo sobrevivirían algunos supervivientes de la temporada del ascenso, como el meta José Antonio Caro, el mediapunta Curro o los laterales David Carmona y Matos, al igual que algunos fichajes clave de la campaña pasada como Fede San Emeterio y Marc Gual o a los que Diego Martínez subiría desde el juvenil como Yan Eteki o Alejandro Pozo. Pero esa base no sería suficiente y la nueva plantilla echaría en falta a sus anteriores piedras angulares, cuya calidad marcaba la diferencia. Luis García Tevenet era el elegido para ocupar el banquillo y la directiva acudía al mercado para traer algunas jóvenes promesas como el central argentino Mariano Konyk, el mediocentro uruguayo Felipe Carballo, el mediapunta de Osasuna Miguel Olavide o el extremo zurdo Aitor Cantalapiedra, de la cantera del Villarreal. Igualmente, iban incorporándose nuevas hornadas de la cantera sevillista, de entre la que ha sobresalido el central Juan Berrocal, actualmente un fijo en el once titular.

Olavide, uno de los fichajes con los que se ha intentado paliar la plaga de bajas | Foto: Miguel Guerrero (VAVEL)
Olavide, uno de los fichajes con los que se ha intentado paliar la plaga de bajas | Foto: Miguel Guerrero (VAVEL)

De cualquier forma, estos cambios no surtirían el efecto esperado, pues solo basta echar una mirada a la clasificación: veinte partidos y solo una victoria (en Los Cármenes al Granada) y diez empates, sumando un total de 13 puntos que sitúan al filial sevillista en la última posición y a ocho puntos de los puestos de salvación. Una forma muy distinta a la de hace un año, pues a estas alturas no se han conseguido ni la mitad de puntos del pasado año. El regreso a la Ciudad Deportiva, una vez terminadas las obras de remodelación que obligaron a jugar en el Sánchez-Pizjuán la pasada temporada, tampoco ha sido buena noticia porque solo se han logrado seis puntos de 30 posibles y sin ninguna victoria, una cantidad que limita mucho las posibilidades de éxito del equipo de Tevenet. Hubo una leve mejoría, desde el 21 de octubre hasta el 3 de diciembre, que comprendió siete jornadas sin perder (aunque de ellas seis fueran empates y una sola victoria), pero esa dinámica quebró de la peor forma posible con tres derrotas consecutivas para acabar el 2017, ante Gimnàstic fuera (2-1), Real Oviedo en casa (0-1) y una dolorosa goleada en la cancha del Numancia (3-0)

Así pues, el entusiasmo ha dado paso a la incertidumbre, en un año 2017 que ha hecho vivir en el filial los mejores y los peores momentos posibles. 2018 se antoja imprescindible desde su arranque con el objetivo de remontar el vuelo y tratar de evitar lo que sería un decepcionante regreso a Segunda División B.

En profundidad: así ha sido el 2017 para el Sevilla Atlético

Anuario Sevilla Atlético VAVEL 2017: La portería, una línea que puede mejorar

Anuario Sevilla Atlético VAVEL 2017: La defensa, una posición inestable

Anuario Sevilla Atlético VAVEL 2017: El mediocampo, la llave del éxito

Anuario Sevilla Atlético VAVEL 2017: La delantera da un paso atrás

Anuario Sevilla Atlético VAVEL 2017: Entrenadores, cara y cruz

Colaboraron en este trabajo: Jesús Cepero, Alberto Romero y Ángel López