"Si recibo alguna llamada de otros equipos colgaré el teléfono sin dudarlo". Pocas afirmaciones explican mejor lo que Sergio Álvarez, mejor jugador del Sporting en la temporada 2015/2016 para los lectores de VAVEL, representa para el club asturiano. El avilesino se ha convertido en un ejemplo para las nuevas hornadas de futbolistas que, debido a la necesidad, han ido promocionando al primer equipo estos dos últimos años. Su talento y compromiso, acompañados de una gran intensidad sobre el verde del Molinón, han hecho que el centrocampista asturiano se haya convertido en uno de los favoritos de la hinchada.

Pese a su actual condición de pilar rojiblanco, el camino de Sergio en el club gijonés ha estado marcada por las dificultades. Después de unas temporadas contando para el primer equipo, tuvo que volver al filial para completar su formación. El paso atrás en su carrera, duro para cualquier futbolista, le sirvió para cimentar su juego y consolidarse como el "hombre para todo" del B.

La confianza llegó con Abelardo

Abelardo, convencido de su capacidad, le ayudó a dar el salto de calidad definitivo. Su relación con el técnico gijonés fue clave en su progresión, tal y como afirmó hace un par de días en una entrevista concedida a La Nueva España: "Le debo mucho, ya que apostó por mí en momentos muy importantes de mi carrera y me ayudó a recuperar la confianza. Fue una pieza clave para que yo haya llegado a Primera División".

A la hora de destacar la importancia e influencia de un hombre como Sergio, pluriempleado en la medular rojiblanca, surge la clásica dificultad para desgranar ese trabajo que los analistas llaman "oscuro". Sus atributos son los de ese mediocampista todoterreno que sirve de apoyo a todas las líneas de juego. Algunas de sus características, entre las que el avilesino destaca, son: estar en todas partes, entender las transiciones, servir de segunda oleada en los ataques, cubrir los huecos que dejan tus compañeros cuando se van arriba, cortar balones, distribuirlos y, a poder ser, demostrando una jerarquía que tranquilice a los tuyos.

Una pieza clave en el esquema rojiblanco

Sus números esta temporada no engañan. Siempre que Sergio ha estado disponible, Abelardo a recurrido a él. Salvando la lesión de clavícula, que le tuvo apartado de noviembre a enero, y las dos sanciones por tarjetas —ante Espanyol y Athletic, que se saldaron con derrota—, el avilesino sólo se ha perdido un partido por decisión técnica. Cerca de 2200 minutos en los que ha compartido la medular con Cases, Mascarell o Rachid.

De nueve partidos que se perdió debido a la lesión, el Sporting sólo consiguió los tres puntos frente a Las Palmas. Del resto de encuentros, ocho derrotas y, sobre todo, una sensación de impotencia que pocas veces se vivió con él sobre el terreno de juego. Las derrotas frente a Eibar, Getafe y Levante fueron tres duros golpes anímicos ya que, a diferencia de otros tropiezos, en dichos partidos se perdió el control del partido de manera absoluta, sin opción a la réplica.

Su influencia entre sus compañeros ha ido en aumento hasta el punto de ser reconocido como uno de los líderes del grupo. Se le ha visto más participativo con los medios, representando los intereses del vestuario y llegando a ejercer de capitán en el choque frente al Valencia en Mestalla.

Un proyecto en torno a Sergio

Como colofón a una temporada milagrosa, Sergio fue decisivo en el tramo del campeonato. Sus dos grandes tantos ante Getafe y Villarreal, en las dos últimas jornadas de Liga, resultaron claves para mantener al Sporting en Primera. Cuando la situación demandó un arreón de fuerza y orgullo, olvidando el esquema para anotar a toda costa, fue el avilesino el que apareció para poner en ventaja a los suyos.

Desde el club se ha entendido la importancia que atesora mantener a Sergio en la plantilla. Para la zona noble del Sporting, el 6 rojiblanco es uno de estos jugadores sobre los que construir un proyecto. Joven y con margen de mejora, su implicación por los colores está fuera de toda.

Pese a la desconfianza de la afición respecto a la directiva, el caso de Sergio parece diferente al de Jony o Luis Hernández. El avilesino, con el contrato renovado en 2015 y con toda la confianza del cuerpo técnico, aspira a liderar un equipo que dependerá, en gran medida, de su progresión y de sus ganas de marcar época en el club de sus amores.