A pesar de realizar el mejor partido en lo que va de temporada, El Sporting de Gijón ha caído derrotado por un gol a cuatro ante un Atlético de Madrid que estuvo contra las cuerdas en buena parte del choque, y únicamente se mostró superior en los minutos finales.

Visitaba Gijón un grande como el Atlético, y eso es algo que siempre ilusiona a la vera del Piles. El Molinón lucía sus mejores galas, con lleno absoluto en las gradas y la esperanza de presenciar un encuentro apasionante entre dos conjuntos que, además de compartir colores, comparten también pasión y sufrimiento.

Con la única “sorpresa” de Douglas Pereira en el once titular saltaba el Sporting al terreno de juego. Tras unos minutos de tanteo, sería Griezmann el encargado de dar el primer "susto" de la tarde con un disparo desde la frontal del área que se fue rozando el poste izquierdo de la portería defendida por el Pichu Cuellar. Poco más ofrecería el conjunto colchonero en ataque durante los primeros 45 minutos.

Los asturianos llevaban la iniciativa. Mikel Vesga se erigía como dueño y señor de la medular sportinguista. Todo un recital en cuanto a visión de juego y recuperaciones de balón el que dio el joven mediocentro vitoriano, que se ha convertido, en apenas tres encuentros, en la brújula que necesitaba el equipo de Rubi. Pases en corto, desplazamientos en largo… lo que fuera necesario para dar sentido al juego del Sporting.

Vesga maneja los hilos en este Sporting (Imagen: laliga.es)

Fruto del equilibrio en el centro del campo llegarían las ocasiones locales. La más clara en las botas de Lacina Traoré que, tras un buen pase de Moi Gómez, estrellaría el esférico en el palo. Era el minuto 37 y la parroquia local se ilusionaba, tras muchos meses, con el juego de los suyos. Se llegaba al descanso con cero a cero en el electrónico.

Tras la reanudación golpearía con dureza el Atlético de Madrid. Saque de centro, balón en largo buscando la segunda jugada, nuevo error de la zaga gijonesa y gol de Carrasco. Apenas once segundos de juego y el Sporting se veía por detrás en el marcador. Tocaba remar a contracorriente una vez más.

Carrasco no falla ante Cuellar (Imagen: laliga.es)

“Tu fe nunca decaiga” reza el himno del Sporting. Tres minutos después, haciendo honor a esta estrofa, lograría el empate Sergio Álvarez. Galopada de Burgui por banda izquierda que pone un buen centro al área para que el avilesino supere a Moyá con un disparo cruzado. Pudo llegar el segundo en la siguiente jugada, pero el cabezazo de Sergio fue atajado por el arquero mallorquín. Eran los mejores minutos del Sporting, tanto que Sergio Álvarez gozó de una tercera ocasión para marcar. Centro de Douglas que remata muy forzado el canterano sportinguista y el cuero se marcha rozando el travesaño.

El Molinón era una caldera y el Cholo Simeone debía reaccionar. ¡Vaya si lo hizo! Gameiro y Saúl entraron sustituyendo a Torres y Correa, que se mostraron muy desacertados durante todo el partido. Saúl dio mucha más consistencia al centro del campo del Atleti y la sangría defensiva se redujo.

Rubi también movió el banquillo, dando entrada a Carlos Castro en detrimento de Lacina Traoré. En este caso el cambio no funcionó tan bien y la defensa colchonera pudo respirar aliviada tras la marcha del gigantón costamarfileño.

El duelo de entrenadores se lo llevó claramente el argentino, lo que se reflejó en el terreno de juego. A tan solo diez minutos para el final, Griezmann destapó el tarro de las esencias y filtró un espectacular pase a Gameiro para dejarlo mano a mano ante Cuellar. Espléndida definición, dos a uno y jarro de agua fría para el Sporting. Empezaba el show del delantero francés.

Gameiro regatea y bate a Cuellar (Imagen: laliga.es)

Nada más sacar de centro, un mal pase de Meré, que tampoco acertó a despejar Amorebieta, dejaría de nuevo a Gameiro solo ante el Pichu. Disparo cruzado y tercero de los madrileños. Idéntica definición para el cuarto tras un contragolpe marca de la casa. De esta manera firmaba Gameiro el segundo el hat-trick más rápido en la historia de LaLiga, solo superado por el de Bebeto al Albacete en 1995.