Día grande en la Ciudad Deportiva de Mareo. Lleno histórico, con 5.000 personas, el cartel de 'no hay billetes' colgado, y mucha gente fuera sin poder entrar al terreno de juego. En juego, ni más ni menos que un ascenso a Segunda División B, y un marcador en la ida de 2-2 que dejaba al Sporting B con una mínima ventaja para afrontar el partido de vuelta. Por delante, noventa minutos o ciento veinte en caso de que hubiera prórroga que no iban a dar respiro a ninguno de los dos equipos. José Alberto López sabía de la importancia del partido, por lo que sacaba su once de gala, formado por Dani Martín, Juan Cifre, Juan Rodríguez, Pelayo, Ramón, Nacho Méndez, Cris Salvador, Berto Cayarga, Pablo Fernández, Claudio Medina y Jaime Santos. Por su parte, Urtzi Arrondo asumía la grandeza del reto que tenían por delante, compareciendo sobre el verde de Mareo con un once inicial integrado por Iturbe, Jon Zubeldia, Jon Manuel, Javi Quintana, Jon Aranda, Julen, Claver, Aiert, Jon Ander, Oinatz Orue y Pablo Balerdi.

Mejor, imposible

Como se preveía, el encuentro comenzaba igualado, buscando ambos equipos hacerse con el control del balón, hasta que en el minuto cinco, un disparo de Jaime Santos se estrellaba en la mano de Jon Aranda, señalando el colegiado la pena máxima y la cartulina roja para el jugador vasco. Desde los once metros Claudio Medina no fallaba, fusilaba a Iturbe para colocar el 1-0 a favor del Sporting B. Con uno menos y con el marcador en contra, el Beasain necesitaba reaccionar, pero el filial rojiblanco se hacía con el dominio del cuero, moviéndolo de lado a lado para acrecentar el cansancio de los jugadores vascos. No tardaría en responder el Beasain, cuando a los quince minutos Pablo Belardi se sacaba de la chistera un remate que se estrellaba en el larguero.

En la primera contra que dispuso el filial rojiblanco Claudio abriría muy bien el balón a la banda, donde Jaime Santos le picaba el esférico a Iturbe, y el propio Claudio llegaba en el segundo palo para empujar el balón al fondo de las redes en lo que era el 2-0 para el Real Sporting de Gijón B. El paso de los minutos provocaba que el Beasain solo corriera detrás del balón, rondando el gol en cada acción el equipo de José Alberto, siendo Pablo Fernández quien probaba suerte desde la frontal con un disparo que atrapaba Iturbe sin problemas. El propio Pablo pasada la media hora recogía un buen balón al hueco de Nacho Méndez, pero su remate no encontraba portería por muy poco.

Un error de juveniles por querer sacar rápidamente el balón por parte de Nacho Méndez, le dejaba el balón muerto a Jon Ander, que con mucha sutileza se plantaba en un mano a mano con Dani Martín, definiendo al fondo de las redes lo que era el 2-1 para el cuadro vasco. El tanto del Beasain cambiaba por completo el partido, un tanto de los vascos enviaría el encuentro a la prórroga, por lo que el Sporting B necesitaba apretar el acelerador. Al borde del descanso, cuando el tiempo apremiaba, un saque de esquina botado perfectamente por Cayarga era cabeceado al fondo de las redes por Pablo Fernández en lo que era el 3-1 a favor del Sporting B, un resultado con el que el colegiado del encuentro indicaba el camino de los vestuarios para los veintiún protagonistas, siendo amplias las protestas de los jugadores y del entrenador visitante ante la expulsión de los primeros minutos que sin duda alguna, condicionaba el encuentro.

El Beasain aprieta con un jugador menos y el Sporting B termina sentenciando

Tras quince minutos de descanso en los que aclarar ideas, tanto los jugadores del Sporting B como los del Beasain regresaban al terreno de juego sin que ninguno de los dos entrenadores decidiera mover el banquillo. En los primeros compases del segundo tiempo las faltas hacían acto de presencia, viendo la cartulina amarila Aiert por los visitantes y Pablo Fernández por los locales. Tan solo ocho minutos después de ponerse en marcha el segundo acto, Jaime Santos tendría la sentencia en sus botas, pero el extremo no aprovechaba un buen balón de Claudio. Buscando más profundidad en ataque, José Alberto López decidía dar entrada a Rubén en lugar de Cayarga, y tan solo un minuto después, en el 58, un grave error de Jaime Santos en la salida de balón propiciaba que Julen fusilara a Dani Martín, despejando éste a un lado con la mala suerte de que Quintana estuviera solo para introducir de cabeza el balón en el fondo de las redes rojiblancas, poniendo así el 3-2 en el luminoso, estando a solo un gol del ascenso los vascos.

El miedo en el cuerpo le entraría al Sporting B en el minuto 62, y es que tras un barullo dentro del área Belardi estrellaba el balón en el palo cuando ya se mascaba la tragedia en Mareo. Y en la misma contra, Jaime Santos perdonaría el cuarto gol cuando Iturbe le sacaba el balón con el pie en un mano a mano. Claudio estrellaría el balón en el lateral de la red minutos después y Pablo Fernández, con todo a favor tras un pase atrás de Ramón enviaba el esférico a las nubes cuando ya se cantaba el gol. De ahí en adelante los minutos irían pasando con más pena que gloria hasta llegar al minuto 85, momento en que Claudio, de cabeza, enviaba el balón al fondo de las redes después de tocar este en el larguero y rebotar en la línea, entendiendo el línea que era válido el 4-2 a favor del filial rojiblanco.

El Sporting B regresa a Segunda B

A pocos minutos del final del choque los aficionados comenzaban a celebrar el ascenso, pero por delante quedaban cinco minutos más descuento de auténtico infarto. Claudio, con una espectacular jugada por banda, servía el balón para que Rubén sentenciera el choque, pero Iturbe sacaba una providencial parada que evitaba el quinto tanto, el cual terminaría llegando en el minuto 91, momento en que Rubén Sánchez se plantaba en un mano a mano con Iturbe, engañando al portero visitante para colocar el 5-2 con el que definitivamente terminaba el encuentro, siendo un global de 7-4 a favor del Real Sporting de Gijón B el que llevaba al filial rojiblanco a ser nuevo equipo de Segunda División B, estando tan solo una categoría por debajo del primer equipo, pudiendo así dar el salto muchos jugadores la próxima campaña. Los aficionados saltaron al campo, y la alegría se desató tras once meses, más de 350 días y mucho sufrimiento que finalizaba con el ansiado ascenso.