Partido para olvidar, con muchos errores y sin ideas de juego. El encuentro disputado por el Sporting en la tarde de este sábado en Los Pajaritos ha dejado mucho que desear entre los aficionados rojiblancos. Una pésima actuación que transmite muchas dudas sobre las posibilidades del equipo rojiblanco esta temporada, y sobre el rumbo que pueda tomar el equipo a partir de esta dura derrota. El Numancia, claro dominador del duelo, hizo lo que se le antojó con los hombres dirigidos por Paco Herrera. El tempranero gol de Pablo Valcarce abrió la lata para los sorianos que, a partir de ahí, se hicieron dueños y señores del duelo, ante la pasividad y la frustración de los visitantes. Segunda decepción en dos jornadas, que oscurece el gran inicio de temporada desarrollado por el club gijonés, que ve cómo sus rivales se disparan hacia el liderazgo a costa de su mala actuación en el día de hoy.

Derrotados en la primera parte

Con varias ausencias relevantes por lesión, y con la baja por paternidad de Moi Gómez, el Sporting comenzó el partido con la intención de recuperar las buenas sensaciones cosechadas antes del último partido contra el Real Oviedo. El Numancia, llegado de una derrota contra el Reus en suelo visitante, se encontró sobre el terreno de juego a un Sporting que parecía que le iba a plantear un duelo mucho más disputado.

La igualdad al inicio del encuentro era notoria, pero rápidamente la balanza se desestabilizó a favor de los locales. En el minuto 12, un magnífico pase de Pere Milla encontró a Pablo Valcarce, que lo hizo de cine. Controló, miró y puso el balón junto al palo, donde no podía llegar el novedoso Whalley. Duro golpe para los asturianos, que veían cómo el Numancia se adelantaba pronto en el luminoso.

Los jugadores numantinos celebrando el primer gol | Imagen: LaLiga
Los jugadores numantinos celebrando el primer gol | Imagen: LaLiga

A partir del gol, la falta de respuesta del Sporting permitió a los de Arrasate hacerse con el control del partido. Los rojiblancos, afectados por el tanto, no lograban despertar del todo, a excepción de alguna ocasión aislada, como un balón estrellado por Michael Santos desde una posición muy escorada. El Numancia, por su parte, apretaba para seguir aumentando esa dolorosa herida abierta con el gol de Valcarce.

A causa de ese ímpetu, llegaría el segundo tanto para los sorianos antes del descanso. Corría el minuto 36, cuando un fallo defensivo del Sporting dejó vía libre a Íñigo Pérez, que sacó un disparo que rechazó de forma errónea Whalley, siendo aprovechado por Escassi para desesperar un poco más a la plantilla rojiblanca. Segundo golpe sobre la mesa del Numancia que había encarrilado, y mucho, el partido hacia sus intereses.

En la segunda, algo mejor

Tras el descanso, Herrera ejerció el primer cambio del encuentro, con la entrada de Álex López, en detrimento de su compañero Bergantiños. Con la intención de encontrar más dominio en el centro del campo, el Sporting mejoró sus prestaciones en el campo, aunque tampoco en demasía. El Numancia, con el control del partido y del resultado, bajó un poco el ritmo, consciente de la envidiable situación en la que se encontraba. Sin embargo, los gijoneses no supieron aprovechar la oportunidad de meterse en el partido.

Como dice el refrán de "quien calla, otorga", el Sporting acabó pagando su infortunio en ataque. Los locales volvieron a animarse en el encuentro, quienes sí aprovecharon para aumentar la diferencia en el marcador. En el minuto 68, Pablo Valcarce, de nuevo, sentenció el choque definitivamente con un gran gol de calidad. Las esperanzas rojiblancas se esfumaban, y la mala imagen que estaban dando crecía cada vez más.

Momento de la expulsión de Carlos Castro | Imagen: LaLiga
Momento de la expulsión de Carlos Castro | Imagen: LaLiga

Otra vez, a pesar de estar demostrando una mejoría con el trato del esférico, los errores y la pasividad se volvían a apoderar de unos jugadores, que deseaban que acabara el partido cuanto antes. A causa de la frustración del equipo por el resultado, el partido se tensó un poco por la rabia y la impotencia de los rojiblancos. Ajena toda acción a la lesión involuntaria de Ripa, los sportinguistas pagaron muy cara su desconformidad. Dos entradas muy duras sobre dos jugadores del Numancia ensombrecieron aún más el partido de los de Herrera, que veían cómo Santos era amonestado y Carlos Castro expulsado.