Otro partido para olvidar, con errores, poco movimiento de balón, escasas ocasiones y sin ideas de juego. El encuentro disputado por el Sporting en la tarde noche de este domingo en El Molinón ha dejado mucho que desear entre los aficionados rojiblancos. Una pésima actuación que transmite muchas dudas sobre las posibilidades de que el equipo luche por el ascenso esta temporada y, sobre todo, por el rumbo que pueda tomar tras esta primera derrota en su feudo. El Cádiz, claro dominador del duelo, hizo lo que se le antojó con los hombres dirigidos por Paco Herrera. El gol de Garrido tras rematar solo un balón dentro del área sportinguista abrió la lata para los gaditanos que, a partir de ahí, se hicieron dueños y señores del duelo, ante la pasividad e incapacidad de crear ocasiones de peligro por parte de los locales.

Derrotados en la primera parte

Con las bajas por lesión de Lora, Álex López y, sobre todo, de Sergio Álvarez, el Sporting comenzó el partido con la intención de recuperar e incluso superar las sensaciones cosechadas ante el Real Valladolid. El Cádiz, después de vencer al Reus en su feudo, se encontró sobre el terreno de juego a un Sporting que parecía que le iba a plantear un duelo mucho más disputado.

La igualdad al inicio del encuentro era notoria, pero rápidamente la balanza se desequilibró a favor de los visitantes. En el minuto 18, un magnífico centro de córner de Jose Mari encontró libre de marca la cabeza de Garrido. Remató sin presión alguna, pegando el balón en el larguero y entrando sin que Mariño pudiese hacer nada. Duro golpe para los asturianos, que veían como el Cádiz se adelantaba pronto en el luminoso.

Jugadores del Cádiz celebrando el primer gol | Imagen: LaLiga
Jugadores del Cádiz celebrando el primer gol | Imagen: LaLiga

A partir del gol, la falta de respuesta del Sporting permitió al conjunto gaditano hacerse con el control del partido. Los rojiblancos, afectados por el tanto, no lograban despertar del todo, a excepción de alguna ocasión aislada en las botas de Santos y Stefan Scepovic. El Cádiz, por su parte, apretaba para seguir aumentado la dolorosa herida abierta con el gol de Garrido.

Gracias a ese ímpetu llegarían al descanso con ventaja, tanto en el marcador como en el juego.

En la segunda parte más de lo mismo

Tras el descanso, Herrera ejerció el primer cambio del encuentro, con la entrada de Carlos Castro, en detrimento de su compañero Rubén García. Con la intención de encontrar más ocasiones de gol, el Sporting mejoró ligeramente sus prestaciones en el campo, aunque tampoco en demasía.  Sin embargo, los gijoneses no supieron aprovechar la oportunidad de meterse de nuevo en el partido.

Como dice el refrán de "quien no arriesga no gana", el Sporting acabó pagando su infortunio en ataque. Los visitantes volvieron a animarse en el encuentro y aprovecharon para aumentar la diferencia en el marcador. En el minuto 64, Álvaro García sentenció el choque definitivamente con un remate de calidad. Las esperanzas rojiblancas se esfumaban, y la mala imagen que estaban dando crecía cada vez más.

Barral celebrando su gol mientras pide perdón a la que fue su afición | Imagen: LaLiga
Barral celebrando su gol mientras pide perdón | Imagen: LaLiga

Otra vez, a pesar de estar demostrando una mejoría con el trato del esférico, los errores y la pasividad se volvían a apoderar de unos jugadores que deseaban que acabara el partido cuanto antes. A causa de la frustración y la impotencia del equipo por el resultado, el partido se tensó un poco en los minutos finales. Ajenos a toda acción local, los sportinguistas pagaron muy cara su desconformidad. Para colmo, en la última acción del partido, en un grave error defensivo, la pelota le cayó a Barral, quien no dudó en cruzar el esférico ante Mariño para firmar el tercer y definitivo tanto del choque. Ese último gol en la última acción hizo mucho daño tanto al equipo como la afición. ¿Pasará factura en próximos compromisos?