En los 112 años de historia del Real Sporting de Gijón siempre ha tenido máxima importancia y presencia la cantera, Mareo es una de las grandes nacionales. Han salido numerosos ‘cracks’ de la escuela del Sporting. Una de esas promesas de Mareo es Carlos Castro García, delantero del equipo asturiano que actualmente no cuenta con toda la continuidad que le gustaría. El delantero, con David Villa como ídolo y ejemplo, llegó en el 2013 al filial dejando marcada su calidad, y reafirmándola cuando, junto a otro puñado de 'guajes' salió al rescate de un club que llevaba casi dos décadas peleando por no perecer. Él y sus compañeros escribieron una de las historias más bonitas del Sporting con el último ascenso a Primera División tirando de casta y pasión, amor por unos colores, que lo llevaron a tocar la gloria y codearse dos temporadas con los más grandes en primera.

Pero, por las llegadas de otros delanteros de más 'renombre' o por no tener toda la continuidad con la que un jugador joven debe contar o quizás por bajar el nivel, y no dar la talla para ser titular en un equipo que luchaba por la permanencia con uñas y dientes, perdió continuidad. Fuera el motivo que fuera, Carlos Castro perdió el protagonismo que tenía, y en este fatídico año 2017 la cosa no cambió, y el delantero de Ujo siguió sin dar el resultado que todo el mundo esperaba. En este año a punto de acabar el delantero de la cuenca cuenta con tres goles en su casillero personal, todos ellos de la pasada temporada en Primera, en la presente campaña aún no se ha estrenado como goleador. El curso pasado acumuló 25 partidos jugando, diez de ellos como titular, mientras que esta temporada tan solo lleva acumuladas dos titularidades, 264 minutos disputados con la elástica rojiblanca.

El mercado veraniego de Carlos Castro fue de lo más movido. Incluso antes del término de la temporada ya se hablaba de la posible salida del delantero, ya fuese vendido o en forma de cesión. Nacieron mil y una habladurías sobre el futuro del jugador y su relación con la directiva, poco entendimiento, no se llegaba aun acuerdo por ninguna de las partes etc. Pero, verdad o mentira, todo esto quedó borrado del mapa con el anuncio oficial de renovación de Carlos Castro hasta el año 2022, por lo que se confirmaba que su idilio con el equipo de sus amores continuaba al menos cinco años más. Muchos opinaron sobre la situación del jugador y sobre si debería quedarse o marcharse, pues el delantero de Mieres siempre ha despertado numerosos sentimientos, buenos o malos, entre los que sienten el mismo amor por unos colores. Por su compromiso o actitud, que nunca ha acabado por convencer a todos.

El declive de nivel de Carlos Castro ha abierto diferentes debates sobre el posible motivo, quizás por la presión que supone El Molinón, y es que parte del respetable gijonés ha sido en ocasiones muy crítico con el delantero. O por la falta de continuidad en estas dos últimas campañas como sportinguista. Y quizás que su compromiso siempre ha estado en el punto de mira de gran parte de la afición haya afectado a la motivación del jugador. Pero debates, gustos, o críticas a parte, todo seguidor sportinguista desea que el delantero, el "Superratón de Ujo" regrese más fuerte mostrando su mejor nivel, por el bien del presente y futuro de la entidad asturiana que ansia volver a lo más alto, porque si en algo coinciden todos los seguidores de la entidad es en que la calidad a Carlos Castro no le sobra, y lo que necesita es continuidad, motivación, apoyo y seguramente algo de comprensión.