El cantero comenzó su andadura en el Sporting en sus categorías inferiores pasando por cadetes, juvenil y Sporting B. El “Pitu” fue el primero que le dio la gran oportunidad de ser uno de los jugadores importantes en el equipo, y vaya si la aprovechó. Tras la marcha de Scepovic y Lekic, Guerrero y el propio Castro se perfilaban como únicos delanteros en el equipo, y sobre los que recaía todo el peso del gol.

La temporada del ascenso con los “guajes”, en la que pocos jugadores “importantes” se quedaban en las filas rojiblancas debido a no lograr el ascenso la temporada anterior, se esperaba con las mínimas esperanzas por parte de sus seguidores. Castro, una de las novedades dio la sorpresa siendo uno de los jugadores principales y goleadores de la temporada. La campaña finalizaba en Sevilla, con un ascenso casi milagroso y se lograba un ascenso con el que ni por asomo se esperaba a principios de temporada.

Comenzaba la temporada en primera, y la prohibición para no poder fichar impuesta al Sporting dejaba de nuevo a Castro como capo canioneri para los asturianos. Nuevamente el delantero devolvió la confianza que se le había dado en forma de goles y buen fútbol, lo que le llevo incluso a ir convocado por Celades con la selección española sub-21. Se lograba el objetivo de la permanencia y todo era alegría. Pero poco iba a durar la alegría no solo para la afición rojiblanca sino para el propio Castro también, ya que al año siguiente el equipo descendería a segunda división y el delantero pasaría a un segundo plano debido a los fichajes realizados por el club.

Por suerte este año, el delantero vuelve a gozar de minutos, sobre todo ahora con la llegada del nuevo míster. Baraja le ha dado en el poco tiempo que lleva en Gijón la oportunidad de volver a ser el que era, y Castro está respondiendo a base de goles. Esperemos que el joven goleador de Ujo siga en esta dinámica y podamos disfrutar de un nuevo ascenso y veamos al Sporting en primera la temporada que viene.