La dura derrota del pasado sábado ante el Lugo ha vuelto a generar dudas en el entorno que rodea al club. Después de las dos victorias consecutivas en El Molinón frente al Córdoba y el Alcorcón, las sensaciones positivas habían retornado, pero la visita al Anxo Carro ha finalizado con el optimismo generado.

Tres goles lucenses que demostraron las carencias y la inseguridad que identifican al equipo fuera de su feudo, y que significan el retroceso en las aspiraciones del conjunto dirigido por Rubén Baraja. Poco a poco, había logrado avanzar puestos en la clasificación, pero de nuevo, una derrota le ha imposibilitado adentrarse en las posiciones de promoción de ascenso a la élite

El enfrentamiento entre Lugo y Sporting se esperaba con gran emoción por la cercanía y los antecedentes que relacionan a ambos clubes. Más de mil aficionados se habían desplazado desde tierras asturianas para animar a su equipo. Una buena tarde-noche prometía en el campo lucense, donde el conjunto gijonés había logrado vencer a los locales en las últimas tres visitas que había realizado. La ilusión se desbordaba por su propio peso.

Sin embargo, la decepción no tardaría en aparecer para el bando visitante. El gol de Iriome en el minuto 10 de la primera mitad supondría un mazazo entre los parroquianos sportinguistas aposentados en las gradas del Anxo Carro. Carmona la había tenido en la acción anterior, pero su remate fue repelido por el larguero de la portería local. Ver para creer.

En la segunda mitad, un penalti convertido en gol por el balear hizo soñar de nuevo al Sporting, pero los tantos anotados por Jaime Romero y un sorprendente Juan Carlos fulminaron las esperanzas asturianas por llevarse una victoria de su visita a Lugo. Una oportunidad desaprovechada que impide a los gijoneses igualar en la tabla a su rival de este encuentro.

En caso de haber sumado los tres puntos, el conjunto sportinguista se hubiera situado a tan solo un punto del play-off, a diferencia de los cuatro que le separan a día de hoy. Las fechas siguen avanzando y el tren del ascenso se aleja por momentos.