Este domingo a las 12:00 horas se medían las caras el Sporting de Gijón B y el Peña Sport, misma necesidad de puntos para distintas aspiraciones. Los de José Alberto querían los tres puntos para mantenerse aún más líderes, por su parte, el Peña Sport quería los tres puntos para acercarse a los puestos que dan la salvación. Los asturianos no consiguieron vencer en un partido en el que, a priori eran los favoritos.

Sin idea clara de juego

El partido empezaba con saque del Peña Sport pero, en un abrir y cerrar de ojos, sería el Sporting B quien tendría ya la posesión. Se notaba que era un duelo de mucho físico, ya que sería Ramón Riego el primer amonestado del encuentro. Los jugadores de José Alberto tenían muchas inseguridades en los primeros compases del encuentro, ya que conseguían dominar el balón en las distancia cortas pero no les salían bien a la hora de hacer pases al hueco. En el primer córner que tuvieron los locales pusieron en práctica una jugada ensayada, siendo Pedro Díaz el encargado de finalizarla, aunque se iría muy por encima de la portería rival su remate.

El primero de los dos conjuntos en disponer de una ocasión clara de gol era el Sportig B, quienes gozarían de una falta muy cercana al área provocada con Claudio Medina, siendo Cayarga el encargado de lanzarla, pegando el balón en el larguero y saliendo fuera. Era el segundo aviso de los locales y cada aviso generaba más peligro que el anterior.

Seguían pasando los minutos y seguía llegando a puerta el filial sportinguista, con el único inconveniente de no sentenciar los tiros a puerta. Varios jugadores locales fueron sabedores de la intensidad del partido cuando el rival quería recuperar el balón, ya que el Peña Sport hacía constantes faltas para evitar o bien un contraataque o bien la creación de una jugada. Hubo un momento donde la alegría duró apenas unos segundos, ya que Claudio Medina transformaría una ocasión en gol, pero estaría invalidada por fuera de juego. El propio Claudio Medina tendría una ocasión de formar un contraataque pero, una vez más, estaría invalidada por fuera de juego, decisión que causó malestar entre los propios jugadores. Minutos más tarde se volvería a pitar otro fuera de juego al mismo jugador, quien aplaudiría irónicamente, ya que ambos dos fueron muy justos.

Se acercaba el descanso y eso creaba la ansiedad de marcar el gol psicológico antes de finalizar los primeros 45 minutos y, tal vez, otra ocasión clara de gol la tuvo, de nuevo, Claudio Medina, pero su remate de cabeza se iría muy desviado. Hay un refrán que dice que quien la sigue la consigue y volvía a ser Claudio Medina el que conseguiría abrir la lata para los suyos justo antes de ir al descanso del encuentro.

Una mala organización no lleva a ningún sitio

La segunda parte empezaba igual que la primera, con dominio local pero ahora con muchas recuperaciones del conjunto navarro. La primera de los asturianos llegó con un disparo seco de Pedro Díaz, creando así complicaciones en el despeje de Álvaro. El balón estaba en constante movimiento, ya que el  Peña Sport se encerraba bien atrás, haciendo imposible cualquier pase al hueco de los asturianos.

En los primeros compases del segundo tiempo se podría el primer cambio en el filial, entraba Mateo Arellano y saldría Cristian Salvador, quien apenas tuvo protagonismo en la primera parte. El Sporting B no se encontraba muy cómo jugando y, prueba de ello es el completo encierro defensivo de todos los jugadores para robar el esférico y, en cualquier momento, poder montar un contraataque. José Alberto no veía con buenos ojos lo que estaba pasando en el terreno de juego y, tras pensarlo más detenidamente, hizo su segunda sustitución, donde entraba Bertín por su compañero Cayarga. El Peña Sport paraba, a base de faltas, a sus rivales y esto se transformaba en tarjetas amarillas, viéndola ahora el otro central de los navarros.

Valdo y Alberto Espeso disputando un balón. | Imagen: Diego Blanco-VAVEL.
Valdo y Alberto Espeso disputando un balón. | Imagen: Diego Blanco-VAVEL.

Las ocasiones a balón parado son donde más daño hacen los asturianos ya que Pedro Díaz sería el encargado de mandar un misil directo a gol, pero estaría ahí Álvaro para desviar el esférico a córner. En una centro con mucho peligro el árbitro decreta penalti que comete Nacho Méndez, quien recibe amarilla, y Claudio explota ante esta decisión viendo también la amarilla.

Valdo tiraría, a sangre fría, el penalti consiguiendo así hacer el empate en el marcador a pesar de que Dani Martín consiguiese adivinar el lugar del disparo. En el tercer y último cambio de los de José Alberto entraría Pelayo Morilla sustituyendo a Nacho Méndez, quien golpearía de manera frustrada el baquilo. Pablo Fernández pudo tener en sus botas el gol salvador, pero sería Álvaro quien se volvería a entorpecer en la búsqueda del gol de los asturianos. Pocas ocasiones claras tuvieron ambos conjuntos, con lo que se llegaría al final del encuentro con reparto de puntos. Para algunos este punto es un plus para la lucha por la salvación y, para otros, es un punto que no sirve para mucho.