La Tercera División suele pasar desapercibida en el fútbol español, donde priman por encima de cualquier otra competición las actuaciones de futbolistas como Leo Messi, Cristiano Ronaldo o Antoine Griezzman. Pero en el pozo del fútbol, aquella categoría que se encuentra fuera de la Liga de Fútbol Profesional y donde los salarios son escasos, los futbolistas no se pueden ganar la vida con lo que perciben y los pocos aficionados que acuden a los terrenos de juego, aparecen futbolistas que marcan las diferencias, que destrozan defensas con solo un par de toques de balón y que hacen las delicias del respetable. Como no podía ser de otra manera, en Asturias entre los mejores equipos se ha colado el Club Deportivo Colunga, donde la batuta corre a cargo de un virtuoso del balón, que disfruta día a día con lo que hace y sobre todo, que lo pone en práctica sobre un terreno de juego, donde más complicado es de lograrlo.

Abraham Albarrán, un hombre diferente que no llegó a cuajar en el Real Avilés

Asturias, tierra donde equipos como Real Sporting de Gijón B, Real Avilés y Unión Popular de Langreo se hacen con los mejores jugadores de la categoría a base de grandes proyectos y muchas opciones de ascender a Segunda División B, predominan poco los equipos revelación, pero como no podía ser de otra manera, los hay, y en este caso el Club Deportivo Colunga durante las últimas campañas lo está siendo, liderado por ni más ni menos que Abraham Albarrán, un hombre diferente, el cual no destaca ni por su altura ni por su físico, sino por su toque de balón. Un guante en la pierna le ha permitido convertirse en uno de los mejores jugadores del grupo segundo de la Tercera División y, sobre todo, el referente del club colungués, equipo en el que porta el brazalete de capitán con orgullo cada fin de semana.

Después de comenzar su carrera deportiva allá por 2002 en el equipo juvenil del Mallorca antes de aterrizar en el Club Hispano y posteriormente recalar en el Astur, Abraham Albarrán hacía un parón en su trayectoria como futbolista en 2004, regresando a los terrenos de juego en 2008 de la mano del Navarro, donde cogía ritmo de competición para fichar por ni más ni menos que uno de los mejores equipos asturianos, el Unión Popular de Langreo, permaneciendo una temporada antes de cambiar de territorio astur al fichar por el Real Avilés, enemigo directo de los unionistas.

Allí en ningún momento conseguía rendir a su mejor nivel, saliendo cedido al Caudal Deportivo de Mieres para a final de temporada volver al conjunto realavilesino, pasando a jugar en calidad de cedido en esta ocasión en el Club Marino de Luanco donde rendía a gran nivel para que el Avilés le volviera a recuperar, tomando el futbolista avilesino la complicada decisión de proseguir su carrera deportiva en el Club Deportivo Colunga, un equipo humilde con el objetivo de mantener la categoría en el grupo segundo de la Tercera División, pero que con la llegada de Abraham ha olvidado lo que es estar en los puestos bajos de la tabla.

El Club Deportivo Colunga, su bálsamo de aire para volver a disfrutar del fútbol

Los problemas con Josu Uribe en el Real Avilés hicieron que los años pasaran para Abraham sin que pudiera demostrar su total valía, saliendo cedido a equipos de nivel de Asturias, pero sin encontrar el acomodo que necesitaba para terminar de explotar. Con una pierna prodigiosa, más propia del fútbol sala que del mismo fútbol campo, Albarrán tomaba hace ya dos temporadas la siempre complicada decisión de emprender una nueva aventura en el Club Deportivo Colunga, un equipo humilde con el objetivo de estar en la pomada por la permanencia en el grupo segundo de la Tercera División. Allí, ni sueldos estratosféricos, ni un estadio con 100.000 asientos, sino un campo de juego normal y corriente, sin lujos ni extravagancias, estando el público sin sentarse a pie de campo para transmitir la presión sobre el equipo rival buscando dejar los tres puntos en casa.

Abraham Albarrán ha vuelto a disfrutar del fútbol en el Club Deportivo Colunga, donde la pasada temporada ha firmado una excepcional campaña llegando hasta la sexta posición con su nuevo equipo, siendo pieza clave en el club jugando 37 partidos, todos ellos como titular, faltando tan solo frente al Gijón Industrial, siendo capaz de anotar quince goles, dos de ellos de penalti. Más allá de lo que el futbolista avilesino puede aportar sobre el terreno de juego, su dominio de todos los factores extradeportivos, y sobre todo la experiencia que ha adquirido con el paso de las temporadas le han convertido en una pieza clave en el club colungués, donde a pesar de llevar tan solo una temporada, lleva el brazalete de capitán, distinción que honra todo lo que ha aportado Abraham al equipo además de la templanza con la que disputa los encuentros.

Un comienzo complicado que se arregla rápido

Conseguir rendir a gran nivel durante una temporada llegando hasta la sexta posición ni mucho menos es fácil de corroborar al año siguiente, y eso mismo es lo que le ha ocurrido al Colunga en el grupo segundo de la Tercera División. Tras empatar en la primera jornada frente al Real Oviedo Vetusta, perder por la mínima contra el Club Deportivo Covadonga, caer de forma contundente ante el Club Deportivo Llanes y sucumbir contra el Real Sporting de Gijón B, el Colunga no conseguía su primera victoria del presente curso hasta la jornada cinco, donde a domicilio y frente a L'Entregu, Abraham daba una auténtica exhibición de fútbol siendo el tanto de Naya el encargado de darles los tres puntos.

A pesar de parecer encauzar la campaña, al fin de semana siguiente los tres puntos volaban del Estadio Santianés rumbo a Tuilla, para que ya en la séptima jornada de nuevo las buenas sensaciones retornaran al Colunga al doblegar por 1-2 al Unión Club Ceares, con un tanto de penalti del propio Abraham, quien en los minutos finales era pieza clave al dar una espectacular clase de aguantar el balón ante los defensas rivales ganando un tiempo vital al electrónico. Los problemas aparecerían en el Colunga cuando Albarrán caía lesionado entre semana al sufrir una rotura de fibras, que en un primer momento la hacía estar de baja alrededor de un mes, pero que posteriormente se quedaba en tan solo dos semanas, lo cual permitía al avilesino volver a entrenarse con sus compañeros esta misma semana.

Colunga & Abraham, un dúo que promete emociones fuertes a lo largo del curso

El hecho de haber perdido a su gran estrella no hacía que el Colunga se viniera abajo, sacando la casta para doblegar al Condal Club por 3-2, y una semana después el Urraca era su siguiente víctima por 1-3. Los buenos resultados han acompañado en las últimas jornadas, lo que hace que el Colunga en estos momentos esté situado en la novena posición del grupo segundo de la Tercera División contando con trece puntos, a ocho puntos de la cuarta posición, pero poco a poco recortando distancias y, sobre todo, tomando una importante renta con los puestos de descenso. Por delante queda el Club Marino de Luanco la siguiente jornada, y ahí Abraham podría volver a los terrenos de juego frente a uno de sus equipos, para que ya la siguiente jornada contra la Unión Deportivo Llanera pudiera encontrarse en perfectas condiciones para volver a hacer diabluras con un balón en los pies.

Las relaciones pueden ser de diferentes tipos, muy variadas y sobre todo, con dos partes de por medio, pero en esta ocasión el Club Deportivo Colunga y Abraham Albarrán se profesan un amor infranqueable, demostrando cuando el futbolista avilesino recibía el premio de mejor jugador de la pasada temporada en el Colunga otorgado por 'La Nueva España', decidiendo Albarrán ceder el trofeo al equipo por ser el primero que conseguían, dejando unas reflexiones que en el fútbol de hoy en día, donde priman los millones de euros que se mueven entre grandes clubes, brillan por su ausencia: "El buen trabajo que hacen dentro de las posibilidades de un club humilde que paga al día y me hacen sentir como si fuera Maradona...".

Abraham, un hombre normal, sin tatuajes ni pendientes, que no se tiñe el pelo y que, como Andrés Iniesta, lo único que sabe es coger el balón y disfrutar con él, moviéndolo de un lado a otro del terreno de juego, encontrando huecos que otros no podrían ver nunca y que en la Tercera División brillan por su ausencia. Abraham 'O Mago' Albarrán es el dueño y señor del Colunga con un balón en los pies.