La vida sigue igual en Ganzábal. Llegaban los de Hernán con ganas de demostrar que el último encuentro en casa ante el Condal no fue más que un accidente. Enfrente un incómodo Colunga, con dos ex langreanos en el once, Luis y Abraham, que plantó cara, empató el partido pero se diluyó tras el segundo tanto del Unión.

Arrancó la tarde con polémica, ya que el Colunga acudió con su equipación roja, coincidiendo con los colores del Langreo, y parecía que ambos clubes no llegaban a un acuerdo, que al final terminó zanjándose y con los locales jugando con su segunda equipación, totalmente blanca.

Salió el Langreo con ganas, y a punto estuvo de abrir el marcador a los diez minutos, cuando un centro desde la izquierda de Omar le cayó a Carlos De la Nava, y el ex del Zamora solo en área pequeña, envió alto de manera incomprensible. De nuevo sería el Langreo de forma tímida el que lo intentaría, con un disparo lejano de Edu que atrapó fácil Carrio. Pasada la media hora se iba a delantar el Unión. Falta lateral que pone medida Damián, y Luis Nuño que, en carrera, conecta un maravilloso testarazo para poner el primero. El Colunga lo intentaba, buscaba buenas contras con los dos ex azulgranas como protagonistas. Para enmarcar un caño de pisada de Abraham sobre Nacho Calvillo. A punto estuvo el Langreo de hacer acto seguido el segundo. Falta de entendimiento entre Marcos Arango y Busta, y el balón que le queda a Omar Sampedro dentro del área que la revienta y se topa con un paradón a bocajarro de Carrio-Quilligan. Otra más de los locales, y otra más clarísima. Corner, uno más de Damián, y el cabezazo de Castiello en área pequeña que se le fue alto. Con este resultado nos fuimos al descanso, con un Langreo que pudo hacer más y un Colunga serio pero que no terminaba de llegar con peligro a la meta de Adrián Torre.

La segunda parte arrancó con zarpazo colungués. En el diez, saque de esquina desde la izquierda y cabezazo de Usillos en el primer palo que cruzó toda la portería para colarse por el segundo. Golazo y partido nuevo. 

El tanto pareció encender a un Langreo que adelantó líneas en busca del segundo, más sabiendo del empate del Sporting B en San José, que le daría la segunda plaza en caso de victoria. Sólo ocho minutos tardaron los de Hernán en ver puerta, sería de nuevo a balón parado, en un corner que, tras rebote, dejó un balón muerto en el segundo palo que Castiello reventó a la red. Le pegó con el alma el central del Unión. Mazazo para un Colunga que había hecho lo más difícil, y le tocaba de nuevo remar a contracorriente. Pero acto seguido llegó la acción que mató el partido.

Disputa en el área entre Busta y Omar Sampedro, donde el ex del Marino se fue al suelo y el colegiado señaló penalti. Pena máxima más que dudosa, muy protestada por el conjunto visitante. Pablo Acebal, seguro de vida,  no falló desde los once metros. El Colunga no tiró la toalla y Marcos Arango lo intentó con un disparo que Adrián Torre atrapó en dos tiempos, y acto seguido una gran vaselina de Naya que se fue al larguero. De ahí al final, partido muerto, esperando que llegase el noventa. Y no fue en el noventa, si no en el noventa y dos cuando una gran pared entre Juan Steven y Nacho Calvillo, terminó con disparo del donostiarra a la red. Al final, nueva victoria de un Unión invicto en su campo, y un Colunga que se mantiene en zona tranquila.