¿Hasta dónde? Es la pregunta cuando prácticamente han pasado 24 horas desde que el primer medio nacional se hiciera eco de la detención de tres jugadores de la Arandina por su presunta –leánlo bien, que a algunos se les ha olvidado- implicación en un delito sexual. Desde entonces, una vorágine de noticias procedentes de prensa digital, radios, y más recientemente televisiones nacionales que (en algunos casos) más allá de no saber ni escribir el nombre de la ciudad del equipo del que ‘informaban’, se han dedicado a buscar carnaza. Un acto deleznable para alguien como un servidor, que cree en el periodismo informativo y de rigor.

Los juicios son gratis. Y no me refiero al que está por venir para esclarecer el caso, sino a los juicios de valor que se han ido soltando fundamentalmente por unas redes sociales incendiadas. Decenas y cientos de perfiles, sin ningún tipo de conocimiento de la causa, han tratado de agolpar al club buscando o esperando una respuesta “acorde”…  ¿Acorde a qué? ¿A un acto que todavía no ha sido probado? El club quiso apartar primeramente los hechos cualesquiera fueran acusados los jugadores del ámbito deportivo, que es al que se tiene que ceñir. Y más recientemente ha indicado su rechazo a la vulneración de cualquier código penal incumplido y su respeto a la justicia… ¿Qué más quieren?

Sea como sea hay más. Mucho más. Perfiles que piden la inmediata expulsión de los jugadores sin recordar la presunción de inocencia (que otros muchos medios de comunicación se han saltado), medios que citan a otros equívocamente, o que utilizan fotos en las que aparecen niños o futbolistas de otras temporadas y a los que a buen seguro no les gustará aparecer en este tipo de informaciones. Es la nueva realidad que nos toca vivir, con reacciones exageradas, críticas sin fundamento ni documentación… No sé con qué objetivo, pero desde luego no con el afán de informar, que debería primar en este mundo. Aquí importa el click, no el contenido.

Vamos a ser realistas, por favor. Todo el mundo es susceptible de tener una opinión creada, es  lógico y respetable, pero no hablemos antes de tiempo ni soltemos barbaridades. Nadie está a favor de un delito, mucho menos de esta índole. Si es cierto, toda la razón, todo el castigo que merezcan y más, todo el apoyo a la víctima… Pero, ¿y si no lo es? ¿Qué va a pasar con los jugadores? Me gustaría que por un momento os pusierais en su piel. Su vida, para bien o para mal, ya no va a ser igual. La del club tampoco. Y precisamente éste último es el que, sorprendentemente, más palos está recibiendo. Así que hagan el favor de medir sus palabras y de evitar dañar antes de tiempo a nadie. Porque puede que estén señalando e ‘informando’ de algo equívoco al resto. Y entonces el delito, pasará a ser suyo.