Lo consiguieron. Corría el el último minuto y el balón parecía moverse a cámara lenta entre el ímpetu de futbolistas vestidos de blanco y el miedo a encajar el empate de los que jugaban ataviados de amarillo. El cuero salpicó agua caída durante los 90’ minutos anteriores cuando cayó al césped el Carranza, y entre la lluvia apareció una bota, la del 'killer' Juanma Delgado, para empujarlo al fondo de la red de la portería local y llevar al cielo a su equipo, el universitario.

Terrible comienzo

Fue el premio a quien nunca dejó de creer que podía llevarse algún punto del Ramón de Carranza, a pesar de que un Cádiz C.F súper efectivo consiguió ponerse 2-0 en el minuto 14 de la primera parte después de un remate de cabeza de Aridane en un saque de esquina y de un golpeo sensacional desde la frontal del área de Gorka Santamaría, muy cerca del poste, al que Fernando no pudo llegar. 15 minutos desastrosos para los murcianos.

75 minutos para los universitarios

Después prácticamente desapareció el conjunto local. Poco a poco fue viéndose superado por un UCAM Murcia que quería tener el balón y ser dominador de un partido que perdía demasiado pronto por dos acciones aisladas que le pillaron de mala manera. A pesar de controlar la posesión del esférico (al final los de Salmerón tuvieron alrededor del 60%) seguía faltando un poco de claridad para llevarlo a las botas de los delanteros y generar peligro sobre Alberto Cifuentes, pero la suerte cambiaría.

Tras el descanso, una jugada entre Morillas, Imaz y Juanma mostró el verdadero olfato del UCAM Murcia. Santamaría dio la réplica poco después pero su volea se marchó demasiado alta. Fue la penúltima de un Cádiz que comenzó a dar pasitos hacia atrás ante un UCAM Murcia arrollador. Los de Salmerón adelantaron la presión y comenzaron a robar balones en los metros de creación gaditana, liderados por un inteligente Sergio Mora y un batallador Tekio. A pesar de ello seguían faltando las ocasiones, y el Cádiz gozó de la última oportunidad con un disparo al primer palo que Fernando salvó con una extraordinaria palomita.

Recta final con un sólo equipo jugando

A partir de ahí, monólogo universitario. Cada pocos minutos se sucedía un centro al área en busca de los delanteros y de un improvisado 9 que comenzaba a sumarse al ataque con asiduidad: Fran Pérez, el central santanderino que se atreve a todo. Así, y después de que el árbitro perdonara la expulsión a Aridane por una falta sobre Collantes cuando se iba solo ante Alberto, llegó el cabezazo al palo de Juanma, ocasión que serviría de aviso al Cádiz sobre lo que se le venía encima.

Los de Salmerón jugaban en campo contrario y evitaban que los gaditanos pasaran de la línea de centro mientras buscaban acortar distancias desesperadamente. Morillas, Collantes, Vicente y Tekio se descolgaban cada pocos segundos para poner centros al área que la zaga local despejaba con mucha dificultad. A falta de 10 minutos para el final, Jesús Imaz encontró un esférico en la frontal para llevarlo a la portería con una fenomenal volea que hizo inútil la estirada de Cifuentes. 

El 2-1 dio aún más motivos para creer en el empate. Llegó entonces el recital de Fran Pérez, que tuvo hasta cuatro ocasiones para igualar el marcador -incluso tuvo un mano a mano en la primera parte con el meta local- con disparos a puerta y remates de cabeza precedidos de acciones por ambas bandas. Después de sus aproximaciones y un disparo de Natalio que rebotó en la defensa, una serie de rechaces en el área dejó el balón muerto cerca y Juanma apareció ante todos para hacer justicia en Carranza.

Al final, premio justo. El UCAM C.F de José María Salmerón sigue fuera de los puestos de descenso y se confirma cada vez más la capacidad de los universitarios para reaccionar ante situaciones de sinsabores.