Otro año se va. El 2016 sustituirá a un 2015 que no ha sido para nada fructífero para la Unión Deportiva Almería. Desde el comienzo del siglo XXI el conjunto rojiblanco vive la mejor era en la historia del fúbtol almeriense. Atrás quedaron los años en Tercera y Segunda B, consiguiendo afianzarse en la Liga de Fútbol Profesional desde el 2001.

Sin embargo ese bienestar se ha visto amenazado en los últimos doce meses. La trayectoria de los urcitanos ha sido vertiginosa hacia abajo. En nada de tiempo el club presidido por Alfonso García se ha tambaleado. Ya no milita en la élite del fútbol español e incluso ha terminado el año con serios problemas para mantener su sitio en la LFP. Actualmente es último en Segunda, con voces reales de la categoría de bronce llamando a todo un Almería.

El 2015, además de ser recordado por un año horrible en el apartado puramente deportivo, también quedará en la memoria de los almerienses por la intervención de la FIFA en el club y la de numerosas destituciones de entrenadores que se dieron. Hasta cuatro técnicos pasaron por el banquillo almeriense.

Arranque ilusionante de Juan Ignacio Martínez

Los malos resultados del Almería con Francisco Rodríguez en 2014 hicieron posible la llegada al banquillo rojiblanco de Juan Ignacio Martínez. El alicantino aterrizó en Almería en un momento delicado, después de que los rojiblancos perdiesen ante el Eibar por 5-2 y con el equipo en la última posición.
 
Así, con un equipo renovado en ilusión, y precedido por una victoria en Balaídos en la última jornada del 2014, comenzaba el 2015. El primer choque del nuevo año se dió en La Rosaleda. Los almerienses se dieron allí una gran dosis de moral. Vencieron al Málaga 1-2 y encadenaron así dos victorias consecutivas en la máxima categoría del fútbol español.


 
Juan Ignacio Martínez empezaba a ilusionar a la afición pese a las posteriores derrotas ante el Sevilla y el Valencia, dos equipos sólidos a los que el conjunto rojiblanco plantó cara. Sin embargo, los malos resultados siguieron cayendo. La abultada derrota ante el Espanyol por 3-0 volvió a llevar el miedo a Almería, tras un partido plano y sin ideas.

El Almería se mostraba muy irregular. Tras encadenar tres derrotas consecutivas, llegaron a continuación dos victorias. Fueron las cosechadas ante el Getafe, por la mínima, y ante el Córdoba, por 1-2 a docimilio. Esos seis puntos le sirvieron al equipo para tener más cerca la permanencia. Por otra parte, el conjunto urcitano dejaba atrás la otra competición española paralela a la liga. La eliminación en Copa del Rey se produjo en un enfrentamiento con el Getafe, que finalizó por un resultado global de 2-1.

El disparate de la RFEF y la FIFA

En liga las cosas marchaban mejor. La escalada se hizo real tras un empate a dos ante la Real Sociedad. Ese resultado sacó al Almería de los puestos de descenso. Un logro que fue manchado por asuntos extradeportivos que salpicaron al club rojiblanco.

La FIFA, por medio de la RFEF, amenazó a los almeriense con la retirada de tres puntos en la clasificación de esa temporada 2014/2015, que estaba en un momento crucial. El espectáculo bochornoso en la liga española dio la vueta al mundo, siendo la víctima principal un cuerpo técnico y una plantilla que nada tenían que ver con las irregularidad de la directiva del Almería en las contrataciones de jugadores en años pasados. La posible multa venía por una mala gestión del club rojiblanco en el fichaje del jugador danés Jacobsen en 2010.


 
El Atlético de Madrid goleó por 3-0 al Almería en la vigésimo cuarta jornada, que junto a la victoria paralela del Levante en ese fin de semana volvieron a asentar al equipo rojiblanco en los puestos de descenso. Los resultados posteriores tampoco acompañaron. Un empate a cero ante el Deportivo de la Coruña en un partido con expulsiones de Míchel Macedo y Thievy y la derrota ante el Elche por la mínima dejaron al club en una situación delicada. La afición no quiso nunca bajar los brazos e intentó llevar en volandas a su equipo. Eso le sirvió para ayudar al equipo a sacar un valioso punto ante el Villarreal, manteniendo así toda esperanza de salvación en el entorno almeriense.
 
En cualquier caso, la confianza del impaciente presidente del Almería no era la misma. Dos derrotas seguidas desencadenaron en la cesión de Juan Ignacio Martínez. La primera fue por 2-1 ante el Athletic en San Mamés, mientras que el abultado resultado de 1-4 ante el Levante en el Estadio de los Juegos Mediterráneos comó el vaso. Tras esa contundente derrota ante su ex-equipo, el técnico alicantino fue destituido ese mismo Sábado de Pasión, un 4 de abril.


La 'era Juan Ignacio Martínez' en números

Juan Ignacio Martínez estuvo dirigiendo al equipo un total de diecisiete partidos; en los que obtuvo un total de cinco victorias, cuatro empates y ocho derrotas. La victoria más notable fue la lograda ante el Córdoba y el Málaga por 1-2, y la derrota más abultada fue por 1-4 ante el Real Madrid y el Levante.
 
Con JIM el Almería marcó un total de catorce goles, trece en Liga y uno en Copa. Sin embargo el equipo recibió un total de 28 tantos, 26 en Liga y dos en Copa. Durante la etapa del alicantino el máximo goleador fue Tomer Hemed con ocho goles, el jugador con más tarjetas amarillas fue Dubarbier y los jugadores expulsados en más ocasiones, concretamente dos, fueron Michel Macedo, Dubarbier y Mauro Dos Santos. El equipo acabó con al menos un jugador menos en seis ocasiones.
 
La etapa de Juan Ignacio Martínez ofreció una imagen nueva al Almería tras la ofrecida por Francisco. El equipo experimentó un juego rápido, con una defensa sólida y un ataque efectivo. Los jugadores plantaban cara ante los grandes y la afición se entusiasmó con su llegada. En los últimos encuentros el equipo fue a menos y el juego recordó a etapas pasadas; y eso le costó la destitución.


Sergi Barjuán intenta el sueño de salvación

El sustituto de Juan Ignacio Martínez fue Sergi Barjuán. El entrenador barcelonés se sentaba por primera vez en un banquillo de un equipo de Primera División. Anteriormente había entrenado al Recreativo de Huelva en la categoría de plata y a las categorías inferiores del FC Barcelona.
 
Firmó con el Almería el 6 de abril de 2015, cuando restaban tan solo nueve jornadas para la conclusión del campeonato y con un Almería en la penúltima plaza de la clasificación. Dos días después, el conjunto andaluz fue goleado en el Camp Nou por 4-0. La derrota en Barcelona no tuvo mayor significado y la fijación de Sergi y sus jugadores era el encuentro posterior. En la jornada siguiente los almerienses recibieron al Granada. Consiguieron imponerse por 3-0, resultado al que se agarró la afición para creer en la salvación, a pesar de estar aún a tres puntos de ella, siendo el Levante quien marcaba la permanencia.
 
La siguiente batalla fue perdida. El vencedor fue el Rayo Vallecano por 2-0, sin embargo el partido de una semana después se saldó con una nueva victoria para los almerienes. La víctima esta vez fue el Eibar, quedando los andaluces a un solo punto de la salvación.


 
Hasta ese momento el equipo había dado una imagen mucho más ordenada, con un centro del campo que funcionaba como nexo entre la defensa y los delanteros, y eso permitía crear muchas ocasiones. Eso se mantuvo ante un rival de la entidad del Real Madrid, que a pesar de ello pudo vencer al conjunto rojiblanco por 3-0 en el estadio Santiago Bernabéu. El Almería jugaba por fin en equipo y el juego de toque se consolidó en el choque que le enfrentó con el Celta de Vigo. A pesar del buen hacer de los rojiblancos no lograron pasar del empate ante los celestes. La permanencia seguía estando con opciones, pero los partidos restantes se disminuían. La carrera comenzó a ser una contrarreloj.

La lucha incesante no salvó al Almería

Quedaban tres partidos, ante Málaga, Sevilla y Valencia. El primero de ellos, frente a los malacitanos parecía el más asequible. El Estadio de los Juegos Mediterráneos acogía así un duelo crucial en la antepenúltima jornada. El Almería se jugaba gran parte del objetivo, pero también el Málaga, que querían entrar en la Europa League. Tras un encuentro tan tenso como polémico, finalmente vencieron los malagueños por 1-2.

Todo el entorno rojiblanco, lejos de bajar los brazos, quiso luchar hasta el final. Desde el presidente Alfonso García hasta la afición no dejaron de dar apoyo a sus jugadores para dejarse sangre y sudor en las últimas dos batallas de la liga.


 
En la primera, en el Sánchez-Pizjuán, el Sevilla venció por 2-1. Aunque los almerienses no estuvieron lejos de sumar en Nervión, las opciones de permanencia quedaron mínimas para la última jornada. Para el último partido ante el Valencia, los rojiblancos no dependían de sí mismos, sino del Eibar, Granada y Deportivo. Por medio, el conjunto almeriense seguía con la penalización de tres puntos, que quedó en el aire hasta después de la clausura del campeonato por el recurso que interpuso una vez más la directiva del club.
 
La sanción de la FIFA quedó sin importancia tras la derrota en la última jornada por 2-3 frente a los valencianos. Sergi Barjuan había conseguido que su equipo desplegase buen juego y luchar por la permanencia hasta el último instante de la temporada, sin embargo el objetivo quedó sin cumplirse. Tras dos campañas consecutivas en Primera, el Almería confirmó su descenso el 23 de mayo en su propia casa.


La 'era Sergi Barjuán' en números

Sergi entrenó al Almería durante nueve jornadas habiendo obtenido el equipo siete puntos de 27 posibles. Consiguió dos victorias, un empate y seis derrotas; además de lograr once goles a favor y dieciocho goles en contra.
 
El Almería jugó con un hombre menos dos partidos: ante el Celta y el Sevilla. El máximo goleador del equipo fue Tomer Hemed con ocho tantos, y el jugador con más amarillas Dubarbier. Mauro Dos Santos, Dubarbier y Michel Macedo fueron expulsados en dos ocasiones a los largo de la temporada.


Nuevo proyecto, nuevas ilusiones

Tras consumarse el descenso, tan solo quedaba resignarse y ponerse manos a la obra para la confección de un nuevo Almería que devolviese la ilusión a la parroquia rojiblanca y, poder así, equipo y afición, lograr el ascenso a Primera, la denominada Liga BBVA.

El primer paso dado por el presidente Alfonso García fue el de renovar al entrenador con el que el Almería descendió a la división de plata, pero que mostró una buena imagen en los pocos partidos en los que dirigió al club almeriense en Primera. Además, el máximo mandatario de la entidad andaluza otorgaba plena confianza en su nuevo míster, dándole la posibilidad de confeccionar la plantilla a su gusto; fichando, dentro de las posibilidades económicas del club, a jugadores idóneos para su filosofía de juego.

Claro está, que como venía haciendo hasta el momento, tanto Alberto Benito, director deportivo, como Alfonso García, presidente rojiblanco, también influyeron en gran medida en las contrataciones.
De esta manera, la portería se reforzaba con la llegada del veterano Casto, procedente de una UD Las Palmas ascendida a la Liga de las estrellas. En la defensa, Morcillo y Cuellar serían las dos incorporaciones para denfender la meta rojiblanca, junto con las incorporaciones de Adri Castellano y Antonio Marín del filial al primer equipo. Tanto la salida del portero Esteban como la del defensor Trujillo dejaban importantes ausencias, no tan solo por sus habilidades futbolísticas, sino por ser dos de los pilares fundamentales del equipo. Lo mismo ocurrió con la marcha de Verza, otro de los capitanes que más dieron al club con la elástica rojiblanca. Para suplir su ausencia la UD Almería se hizo con los servicios de Fatau, Montoro y Lolo Reyes. En la zona de ataque llegarían atractivos jugadores del mercado, como por ejemplo Chuli para la punta junto con Cristian Herrera y Quique González, que retornaba tras su cesión en el Racing de Santander. La tarea de crear juego recaía sobre Pozo, Eldin Hadzic, Iago Díaz y los ascendidos del filial Iván Sánchez y Antonio Puertas.

El nuevo equipo dio una gran imagen durante toda la temporada, una apariencia de equipo ganador. Consiguió permanecer invictos durante toda la fase de preparación. Debido a ello, y a la gran expectativa que se creó sobre el conjunto andaluz, la campaña de abonados fue un éxito, superándose la cifra máxima de fieles en Segunda División en la historia del Almería, los 11.000.
 
A diferencia de temporadas pasadas, se invirtió una gran cantidad de dinero en hacerse con jugadores en el mercado de fichajes, evitando las cesiones. Tan solo con dos piezas del ataque, como son Pozo y Chuli, el Almería desembolsó un millón de euros.

El buen inicio duró muy poco

Comenzaba la temporada, arrancaba la Liga Adelante en el Estadio de los Juegos Mediterráneos para el Almería, ante una afición cargada de ilusión. Y no lo podía haber hecho de mejor manera, cuando sobre el minuto 20 de juego de la primera parte, el Almería ya ganaba 3-0 al Leganés. Finalmente, el partido acabó 3-2, con un Leganés que metió el miedo a la afición rojiblanca en los últimos compases del encuentro.

En la siguiente cita el equipo dirigido por Sergi Barjuan volvió a mostrar una buena faceta sobre el verde. Pero pese a cuajar un gran partido y haber optado al triunfo, el combinado urcitano cayó derrotado en Zaragoza por un 3-2. La suerte no estuvo del lado de Sergi, que vió como el Almería perdonaba varias ocasiones y el Zaragoza gozaba de una gran efectividad.

Volvía el equipo a su feudo para enfrentarse a un compacto Osasuna. Tras remontar el encuentro, los rojiblancos volvieron a darle una alegría a su afición con un 2-1 en el luminoso. Quizá esa fuese la última felicidad del año que se asomase por el Juegos Mediterráneos pese a situarse en la fecha de un seis de septiembre.

Debacle de Sergi Barjuán

Lugo (1-0), Alavés (0-2) y Albacete (3-0) fueron los tres equipos que batieron al Almería de forma sucesiva. El buen hacer futbolístico de los de Sergi Barjuan parecía haberse esfumado por arte de magia. Los errores infantiles y las imprecisiones en todas las líneas de juego fue lo más llamativo de un Almería gris que cerraba esas tres jornadas con un cómputo de seis goles en contra y ningún tanto a favor.
 
¿Dónde quedaba esa delantera que tanto daño hizo a los rivales al comienzo de la temprada? ¿Dónde aquel juego combinativo que hacía disfrutar a su afición? ¿Y dónde esa plantilla a la que el resto de equipos le auguraba una temporada sin sobresaltos con la final consecución del ascenso? Quizá fue casualidad, pero desde la marcha de Miguel Ángel “el mago” Corona a Australia todo ello desapareció. La pérdida de tres de los cuatro capitanes hizo mella en el vestuario, quedando tan solo Fernando Soriano como jugador emblemático del club.


 
El Almería y sobre todo Sergi Barjuán se la jugaban frente al Tenerife como locales. La afición estaba impaciente por volver a ver a su equipo ganar. El conjunto rojiblanco comenzaba perdiendo el encuentro y todo parecía imposible. Pero la plantilla almeriense consiguió darle la vuelta al marcador. A pocos minutos del final se encontraban encerrados en su campo, rechazando cada uno de los ataques tinerfeños hasta que finlamente, en uno de ellos, y debido a la pasividad defensiva del Almería, el balón acabó entrando en la portería defendida por Julián Cuesta, poniendo el 2-2 en el marcador.
Esa fue la última cita del Almería con Sergi Barjuan en el banquillo. Alfonso García decidió poner fin a una mala racha que estaba acabando con las posibilidades de ascenso de su equipo.

Miguel Rivera, entrenador interino durante tres partidos

Mientras la directiva rojiblanca debatía quien debería coger las riendas del equipo rojiblanco, Miguel Rivera, técnico del filial, asumía el cargo.

El malagueño hizo de entrenador interino durante tres encuentros, dos de liga y uno en Copa. En el primero, tras la reciente cesión de Sergi Barjuán, el Almería consiguió un punto en Montilivi. El empate a un gol frente al Girona poco sirvió para un y otro equipo.

Entre semana, los almerienses consiguieron vencer en la Copa del Rey. A partido único, el conjunto rojiblanco aprovechó el factor campo a favor para imponerse al Gimnàstic de Tarragona por 2-1. Esa victoria sólo permitió continuar en liza al equipo para los dieciseisavos de final, pero no para coger moral en liga.

En la competición doméstica los malos resultados continuaron. El Elche se impuso en el feudo almeriense por 2-3 y aceleró así las negociaciones de la directiva con el nuevo técnico. Esa derrota fue la última de Miguel Rivera dirigiendo al primer equipo.

Joan Carrillo ‘El Mesías’

Joan Carrillo, técnico catalán de 47 años, se convirtió en el tercer entrenador de esta campaña para la UD Almería, después de unas arduas negociaciones, en las que el presidente de la entidad conversó hasta con tres técnicos.
 
La dialéctica y la superación personal de Joan Carrillo tuvieron que convencer al máximo dirigente del club andaluz, que con un arrebato de valentía y desconocimiento, decidió contratar a un técnico un tanto inexperto para la Segunda División, que venía de triunfar en la liga húngara con el Videoton. Joan Carrillo convirtió al Videoton en campeón y consiguió que su zaga fuera la segunda menos goleada de Europa, conceptos que finalmente no pudo transmitir al equipo rojiblanco.


 
El discípulo de Mauricio Pochettino en el Espanyol aterrizó en el aeropuerto de Almería con la maleta cargada de ilusión, trabajo y ganas para salvar al Almería de una situación que se estaba volviendo insostenible, con dos entrenadores defenestrados, en este caso Sergi Barjuan y Miguel Rivera, técnico del filial, que también acabaría siendo destituido por los malos resultados con el segundo equipo.

Las buenas intenciones no siempre alcanzan la gloria

Joan Carrillo mostró gran interés desde el primer momento por el proyecto deportivo de la entidad urcitana. Criado en la Masía de los entrenadores, el ex técnico del Videoton se caracterizaba por inculcar a sus futbolistas un buen trato del balón, un sistema basado en la seguridad y orden defensivo, para construir las acciones ofensivas desde atrás. Era un técnico muy metódico, que quizás perdió demasiados minutos de su tiempo en los entrenamientos mostrando diferentes vídeos a sus futbolistas para mejorar la táctica. Esos vídeos pueden tener un gran valor en la hemeroteca, pero trasladándolo a la realidad no sirvió para que los futbolistas reaccionaran.
 
El primer partido al que tuvo que hacer frente Joan Carrillo junto con todo su equipo fue ante el Mallorca en territorio bermellón. El primer once fue el siguiente: Casto; Michel Macedo, Fran Vélez, Morcillo, Dubarbier; Lolo Reyes, Fatau, José Ángel; Eldin Hadzic, Chuli y Quique González. Después de un partido un tanto gris, los baleares consiguieron adelantarse en el marcador en el minuto 81 gracias a un buen cabezazo de Brandon. La debacle no había hecho nada más que empezar.

Abonados al empate

Después de la dura derrota en territorio mallorquín, el entrenador rojiblanco adquirió un tono resultadista para afirmar en contadas ocasiones ante los medios de comunicación que el equipo necesitaba puntos y no juego. Con esta actitud se presentó en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante su afición, cosechando un disputado empate ante el Real Valladolid del recién estrenado Miguel Ángel Portugal. Pese a ello, la seguridad defensiva del equipo mejoró notablemente y las prestaciones ofensivas se mantuvieron en su línea, destacando Quique González. Los siguientes partidos siguieron la misma dinámica hasta alcanzar seis empates consecutivos, que hundieron a la escuadra almeriense en el pozo de la clasificación, manteniéndose a una distancia salvable de los puestos de la salvación.


 
El partido que marcó un antes y un después en la moral de los futbolistas fue sin lugar a dudas el disputado ante el Numancia en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. El conjunto almeriense se adelantó rápidamente en el marcador gracias a un gol en propia meta de Óscar Díaz, exjugador de la plantilla rojiblanca. El trivote formado en el centro del campo por Lolo Reyes, Montoro y Fran Vélez, supieron mantener a raya todas las acciones ofensivas del conjunto numantino. Por otro lado, la retaguardia almeriense mostró una seguridad defensiva totalmente inusitada, lo que imposibilitó cualquier ocasión peligrosa para el cuadro soriano.
 
Cuando los fieles seguidores rojiblancos abandonaban el estadio se produjo la sorpresa, la debacle final, la destrucción total de la moral de los entregados futbolistas almerienses. Llegó el gol del Numancia. Ese 28 de noviembre, un equipo murió y nació otro.

El principio del fin

Después del optimista empate cosechado en tierras tarraconenses, donde el equipo mostró una cara totalmente diferente, con un juego vistoso y vertical y un mayor acierto de cara a puerta, se produjo el principio del fin de la ‘Era Carrillo’ ante el Huesca en el Mediterráneo.
 
El planteamiento del míster rojiblanco ya presagiaba el peor de los finales. Jonathan Zongo partió en el centro del campo, acompañando a Ángel Montoro, un centro del campo poco rocoso que sería totalmente destruido y atravesado por los habilidosos interiores oscenses. En el minuto 26 Luis Fernández adelantó a su equipo mediante la ejecución magistral de un libre directo y Darwin Machís amplió distancias en el 40, enterrando para siempre el hacha de guerra almeriense. Consciente de su error, Joan Carrillo decidió retirar a Jonathan Zongo del centro del campo para dar entrada a Eldin Hadzic. Pese a la cantidad de jugadores ofensivos que poblaban el terreno de juego, el Huesca pudo incluso ampliar la renta con un activo Machís. En las postrimerías del encuentro, Chuli anotó el gol del honor mediante un certero cabezazo.
 
Tras la derrota en Vigo en Copa del Rey, el Almería se plantaba en tierras ovetenses totalmente desmoralizado y con una lacra de catorce partidos consecutivos sin conocer la victoria. Joan Carrillo era conocedor de la posibilidad de ser destituido si cosechaba otra derrota en la competición regular. Pese al buen hacer de los rojiblancos en los primeros minutos, Toché tumbó cualquier posible reacción almeriense gracias a un potente cabezazo en el minuto 11, un cabezazo que sentenció formalmente a Joan Carrillo, que acabaría siendo destituido el mismo día del encuentro a medianoche.
 
El entrenador catalán intentó imponer su criterio con la profesionalidad que le caracteriza, pero por unas cosas u otras no lo logró. Se encontró con un vestuario amotinado, desunido, poco compacto y totalmente individualista. A veces las buenas intenciones no bastan.


  • La 'era Joan Carrillo' en números

Joan Carrillo desembarcó en tierras almerienses cuando el equipo llevaba un total de cuatro partidos sin conocer la victoria, renta que aumentó considerablemente bajo la dirección del técnico catalán, alcanzando cotas totalmente históricas.
 
Joan Carrillo ha dirigido un total de once encuentros, acumulando un total de seis empates y cinco derrotas, teniendo en cuenta la eliminatoria copera ante el Celta de Vigo, un total de 0,55 puntos por partido.

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