No se cumplió la media inglesa para la Unión Deportiva Almería. La victoria en casa y el empate como foráneo de las dos fechas precedentes no pudieron verse refrendados con un nuevo triunfo haciendo las veces de local. En esta ocasión fue el Córdoba Club de Fútbol el que se llevó los puntos del Mediterráneo en un encuentro que los de Oltra supieron leer en todo momento, afrontando parte del mismo en inferioridad numérica tras expulsión de Stankevicius por doble amarilla. 

Muchas son las variables que inciden en un partido de fútbol; precisión, intensidad, fortuna, agresividad, goles... Aspectos que marcan la diferencia entre vencidos y vencedores. Pues bien, en la noche del domingo el equipo del sureste andaluz anduvo falto de muchas de ellas, si bien es cierto que no cejó en su empeño de sumar los tres puntos y cuajó un partido correcto en el cómputo global.

Pero el balompié, deporte de inercias, dio en este caso muestras de quién atraviesa una dinámica positiva y quién una negativa. 

Salió más despierto el conjunto del Mediterráneo, aunque apenas 40 segundos iba a tardar en llegar la primera ocasión para el Córdoba gracias un desbarajuste defensivo local que no aprovecharía un escorado Florin Andone, cuyo disparo no alcanzó a coger puerta. El chut del punta rumano llegaba fruto del gran espacio entre la zaga y el centro del campo almerienses en los primeros compases del choque, que provocaban que los blanquiverdes crearan cierta sensación de peligro cada vez que traspasaban la medular, si bien andaban algo faltos de precisión.

La carta de presentación califa fue respondida por los de Gorosito con sendas oportunidades de Antonio Puertas, primero, y Soriano, después, que inquietaron a Razak y llevaron el "uy" al graderío. Tras esto, el Almería creció en el partido y se erigió como el dominador del mismo, haciéndose con la posesión del cuero y dando cerco a la meta visitante con mayor asiduidad.

No obstante, el cuadro entrenado por Oltra no le perdía la cara al envite y, además de estar bien plantado sobre el verde, daba cerco al área rival y buscaba crear peligro por medio de jugadas a balón parado. Prueba de ello es que de esta guisa iba a llegar la primera jugada polémica de la cita después de que el colegiado anulara un gol a Andone por una posible falta en ataque tras apoyarse en un contrario para rematar un centro lateral de Fidel.  

Las espadas estaban en todo lo alto y la primera mitad llegaba a su tramo final con uno y otro conjunto buscando abrir el luminoso del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Cosa que no ocurriría en una jugada personal de Iván Sánchez y tampoco en otra de Xisco en el bando contrario, que cuando estaba a punto de plantarse mano a mano con Casto, un providencial Ximo Navarro logró desbaratar la acción. 

Intensidad, ocasiones y polémica estaban siendo los ingredientes de un apasionante derbi andaluz -el único de la categoría-, que llegaba a su tiempo de descanso con el mismo marcador con el que dio comienzo y con la balanza pudiendo inclinarse para cualquier lado.

La llama se aviva tras el descanso

Poco o nada iba a distar lo expuesto por rojiblancos y blanquiverdes al inicio de los segundos cuarenta y cinco minutos, ya que cuando únicamente avanzaban 120 segundos del arranque de los mismos se habían visto ya sendas llegadas de uno y otro a las inmediaciones de opuestas. Un inicio que no iba a decepcionar, ya que en solo diez minutos se iban a suceder una serie de acontecimientos que iban a marcar el devenir de la confrontacion. 

A los seis minutos, el primer tanto de la noche, que caería para el lado cordobés después que Florin Andone rematara un pase de la muerte de Markovic tras trenzar este último una jugada con Fidel. Los desplazados a tierras almerienses desde la ciudad de La Mezquita estallaban de júbilo, pero la suerte pronto iba a cambiar de barrio y los visitantes iban a sufrir un revés en forma de expulsión, toda vez que Stankevicius iba a ver dos tarjetas amarillas en menos de diez minutos. 

El escenario del partido se tornaba diametralmente distinto y el Almería tenía por delante algo más de media hora en superioridad numérica. Algo que quiso aprovechar Gorosito metiendo más mordiente en ataque por medio de Kalu Uche y Chuli, que ocupaban los lugares de Fatau y Quique González, respectivamente. 

Los unionistas atacaban con más ímpetu que precisión, faltos de la segunda habilidad en los metros finales del campo. Carencia que el míster local trató de ocultar con la entrada de José Ángel Pozo para que jugara entre líneas y diera el último pase a la línea atacante, además de tratar de inquietar a Razak con disparos desde media distancia. Sin embargo, los cambios no iban a terminar de surtir efecto y al Córdoba le iba a bastar con mantenerse bien pertrechado atrás para conservar la renta conseguida.

Una renta que finalmente no iba a perder a pesar de las constantes intentonas locales. Ordenado y eficaz, el cuadro blanquiverde consiguió llevarse el gato al agua con suficiencia sumando tres puntos que le aúpan a coliderar la tabla clasificatoria. Por contra, el Almería termina la primera vuelta del campeonato en puestos de descenso a cuatro puntos de la salvación. 

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