Ha comenzado una nueva temporada, pero parece que los males de la Unión Deportiva Almería no terminan de remitir. Ofreciendo una imagen bien parecida a la mostrada a lo largo del pasado curso, los de Soriano han cosechado un empate a un gol en su estreno liguero ante el Cádiz exponiendo un juego plano, con problemas en la elaboración y pudiendo crear peligro en la meta contraria únicamente a trompicones y gracias a destellos de los hombres de arriba.

Sobre un césped que ha acusado sobremanera las altas temperaturas veraniegas, se presentaban dos equipos que en los primeros instantes del envite querían tantear las intenciones del contrario y el balón parado dio buena cuenta de ello, dado que una falta lateral de los locales y un saque de esquina botado por los visitantes fueron las cartas de presentación de uno y otro. Tras esto, una llegada por medio de un contragolpe que no acertó a culminar Zongo y otro acercamiento a las inmediaciones de Casto procedente de las botas de Álvaro García dieron paso a un ritmo de juego pausado y con poca mordiente. No obstante, el Almería quería hacer valer su condición de local y contaba con un porcentaje mayor de posesión que su rival, además de mostrarse más intenso en sus jugadas.

Dubarbier se retira lesionado

Alcanzado el ecuador de la primera parte iba a producirse una acción determinante de cara al transcurso del encuentro, y es que Sebastián Dubarbier, en una carrera en la disputa del balón, sufrió un tirón en la parte trasera del muslo derecho que le iba a impedir continuar sobre el césped, lo cual trastocó los planes de un Soriano que se vio obligado a introducir el primer cambio del choque; en lugar del argentino entraba Iago Díaz, que pasaba al lateral derecho para que Ximo Navarro jugara a pierna cambiada en el flanco izquierdo de la zaga. 

A falta de diez minutos para la conclusión de la primera mitad llegaba la oportunidad más clara para los cadistas gracias a un centro colgado al área de Álvaro García que Salvi Sánchez remató de forma poco ortodoxa, perdiéndose el esférico finalmente por la línea de fondo. Ocasión que tuvo su réplica apenas cinco minutos después con el mismo pasador pero diferente rematador, no siendo capaz Ortuño de encontrar puerta, esta vez con la testa, a un nuevo pase del "11" cadista.

Poco más se iba a ver en los primeros cuarenta y cinco minutos, que finalizaron con más pena que gloria y dos equipos que no arriesgaron en demasía en aras de romper el empate inicial. La lesión de Dubarbier frenó el ímpetu unionista y los del Ramón de Carranza se crecieron en los últimos compases de juego, gozando de dos llegadas que inquietaron la meta del cancerbero local.

Una vez cumplido el tiempo de descanso de rigor y con los protagonistas, de nuevo, sobre el verde iba a verse a un Almería más desperezado. Fruto de ello llegaban tres ocasiones de manera prácticamente consecutiva en las botas de Fidel e Iago Díaz y en la cabeza de Ángel Trujillo. Ocasiones que, a la postre, activaron a la hinchada local y, por ende, a los jugadores que vestían de rojo y blanco. 

Pero, lejos de dar continuidad a esa buena dinámica, el golpe más efectivo llegó desde el bando amarillo, gracias a un gol de Alfredo Ortuño, que envió al fondo de las mallas un rebote procedente del palo a un disparo de Salvi Sánchez en primera instancia. Los aficionados cadistas desplazados a Almería celebraban mientras los locales maldecían y su entrenador buscaba reponerse del tanto recibido, objetivo para el cual dio entrada a Quique González en lugar de Jonathan Zongo.

Azeez da esperanza

La jugada le iba a salir bien al preparador maño, ya que su equipo colocaría la igualada en el luminoso apenas cinco minutos después por medio de un Ramón Azeez que volvió a eregirse como el centrocampista llegador que otrora fue y que remató con la zurda un balón suelto en el área a la salida de un saque de esquina botado por Fidel y despejado en falso por la zaga de los de Álvaro Cervera. Las espadas volvían a estar en todo lo alto , cualquier cosa podía suceder en el coliseo rojiblanco y en el minuto 80 el cuadro visitante puso a prueba los corazones de los aficionados indálicos después de que un libre directo lanzado por Ortuño saliera mordido al tocar en la barrera y le cayera a Álvaro García, que se plantaba mano a mano con Casto y conseguía batir al meta pacense, eso sí, en fuera de juego señalado por el colegiado de manera rigurosa.

Azeez celebra el gol del empate ante el Cádiz. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Tras esto, se dio en el área contraria una doble ocasión que bien pudo culminar la remontada local con, de nuevo, un saque de esquina como punto de partida. Fidel, el encargado de la práctica totalidad de las jugadas a pelota quieta, sirvió el cuero al segundo palo para que Diamanka rematara de volea a duras penas y Chuli, en hiciera lo propio con la cabeza a bocajarro delante de Cifuentes; un segundo rechace le cayó a Quique González en línea de gol, cuyo disparo fue repelido finalmente por Garrido.

Esa sería la última oportunidad que tendrían los huestes rojiblancos de ver cerca el segundo tanto de los suyos. Sin apenas tiempo para más, la confrontación tocó a su fin en campo almeriense con dos saques de esquina cadistas que no trajeron peligro consigo y, cuando sobrepasaban cuatro minutos del tiempo reglamentario, el árbitro de la contienda decretó el fin de las hostilidades y, con él, concluyó un encuentro igualado, típico de inicio de temporada y en el que ninguno de los dos equipos mereció con claridad la victoria.