Segunda victoria de la temporada de la Unión Deportiva Almería, la que ha logrado con holgura (3-0) frente al Nàstic de Tarragona gracias a dos goles de Antonio Puertas y uno de Quique González, que ponen la firma a una goleada auspiciada por la expulsión de Gerard Valentín nada más comenzar la segunda parte de un envite que tuvo varias fases y que, en la primera de ellas, ofreció varias llegadas a una y otra portería; la primera, a favor de los visitantes por medio de una falta al borde del área que Sergio Tejera no acertaba a enviar entre los tres palos. Después, Pozo, Corona y Quique protagonizaban la réplica rojiblanca en tres ocasiones distintas en las que faltó una mayor precisión en los metros finales.

Pero, con un Almería que tenía el balón y que mostraba más intención que su rival, iba a llegar el primer contratiempo del choque para los de Fernando Soriano, y lo iba a hacer en forma de lesión después de que Corona, en una porfía por un balón dividido, chocara contra la rodilla del rival quedando el talaverano tendido en el suelo con hostensibles gestos de dolor. La situación no era nada halagüeña  y, tras ser atendido por las asistencias médicas, el jugador se tuvo que retirar en camilla dejando su sitio en el campo a José Ángel Jurado.

Corona reclama ser atendido tras caer lesionado. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Tras esto, el ímpetu inicial unionista se vio frenado y, aunque no se encontraba en demasiados apuros, no visitaba el área contraria con la misma asiduidad que en los primeros diez minutos de juego.

Puertas abre el marcador

No obstante, la iniciativa seguía siendo, en mayor o menor medida, rojiblanca y, fruto de ello, iba a llegar el primer gol de la tarde, obra de Antonio Puertas, que en el segundo palo remataba una prolongación de cabeza de Joaquín Fernández tras centro lateral de José Ángel Pozo, que salvó un balón que se marchaba por la línea de cal antes de colgarlo al área. La conexión entre los hombres de calidad indálicos daba sus frutos y la grada cogía aire tras saberse por delante en el electrónico.

Puertas celebra su primer gol de la tarde. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Algo que no iba a ver peligrar en el tramo que restaba para el final de los primeros cuarenta y cinco minutos. De hecho, el propio Pozo y Quique González bien pudieron aumentar la diferencia con sendos disparos cruzados; el primero se perdió por encima del larguero y el segundo salió demasiado mordido de las botas del delantero pucelano.

De esta manera, y con los tres puntos momentáneamente en el zurrón rojiblanco, se decretaba la conclusión de una primera mitad en la que el Almería había sido superior a un Nàstic que no se encontró preciso a la hora de hilvanar jugadas y que se mostró expectante para aprovechar un error rival o un contragolpe.

Para más inri, el devenir de los acontecimientos a la vuelta de vestuarios no iba a ser nada esperanzador para los catalanes, que a los seis minutos de juego se quedaban en inferioridad numérica tras ver Gerard Valentín la segunda cartulina amarilla por cometer una falta sobre Fidel Chaves. A raíz de ello, Vicente Moreno cambiaría su esquema de juego, dando entrada a Kakabadze en lugar de Uche, modificación que se uniría a las dos ya efectuadas nada más reanudarse el juego: Juan Muñiz y Emaná.

La expulsión, lejos de toda lógica, espoleó a los foráneos y sumió en una pesada incertidumbre al cuadro andaluz, que no contaba con la posesión del esférico y pasaba más tiempo en área propia. Por si no fuera poco, el primer cambio en las filas locales -Pozo por Juanjo- trajo consigo un marcado sonido de viento que procedía desde el graderío que se acrecentó por momentos con hasta dos llegadas peligrosas de los tarraconenses.

De nuevo Puertas y Quique sentencia

Pero el fútbol, incierto como de costumbre, no solo privó al Nàstic de poner las tablas en el marcador, sino que le hizo la empresa más difícil si cabe con un nuevo gol local como castigo. El protagonista, Antonio Puertas de nuevo, que recibió en banda derecha, condujo el balón, trazó una diagonal hacia el centro y cuando llegó a la frontal del área se sacó de la manga un disparo raso con pierna izquierda ante el que nada pudo hacer Dimitrievski. Él se lo guisó y él se lo comió. El segundo gol del almeriense hizo respirar al Mediterráneo y, de paso, frenó la inercia positiva que arrastraban los de Tarragona. 

Acto seguido, el técnico local agotaría cambios al dar entrada a Iván Sánchez, que protagonizó diversas internadas por su banda y dio muestras de la calidad que atesora en el poco tiempo del que dispuso sobre el verde.

Con todo ello, el choque cada vez pintaba más para el bando rojo y blanco, que, fruto de la diferencia en el marcador y del cansancio físico, no vería peligrar el resultado en el último tramo del mismo y, además, terminaría de certificar el triunfo por medio de Quique González, que recibió un pase entre líneas que le plantó solo frente a Dimitrievski para definir sobremanera y enviar el cuero al fondo de las mallas.

El cuarto tanto del pucelano en el presente curso cerró el partido y con él los locales toman aire y podrían salir del descenso en función de cómo se dé lo que resta de la presente jornada. En cualquier caso, los de Fernando Soriano ven cortada una racha negativa de siete jornadas sin vencer y afrontan una semana de trabajo con más tranquilidad, con el encuentro ante el Real Zaragoza del próximo sábado a las 18:00 horas en el horizonte.