La Unión Deportiva Almería le está cogiendo el gustillo a eso de jugar en su estadio. Sin perder como local desde septiembre y habiendo ganado los últimos tres partidos en disputa de manera consecutiva, el equipo rojiblanco ha conseguido hacer de su feudo un fortín y sacar en él los resultados que lejos del sureste andaluz se le vienen negando.
Esta vez el vencido fue el Elche, que visitaba tierras almerienses siendo uno de los equipos de la categoría que más réditos estaba sacando de sus visitas y que venía de vencer 2-0 al Real Valladolid en el Martínez Valero. Todo ello, alicientes más que suficientes para presenciar un choque que abría la 15ª jornada de la competición y que pronto dejó a las claras quién había salido más enchufado al terreno de juego, a pesar de que fueron los de Alberto Toril quienes se adelantaron en el luminoso por medio de Ximo Navarro, que no acertó a despejar un balón peinado tras un saque de esquina y envió el cuero al fondo de su propia portería.
Corría el minuto 15 y los de Fernando Soriano no se iban a amedrentar; primero Quique lo intentó, sin éxito, y más tarde, al filo de la media hora de partido llegó el tanto del empate de Antonio Puertas al rematar dentro del área un centro medido de Nano González desde la izquierda.
Con tablas en el electrónico se llegó al tiempo de descanso, que fue aprovechado para que en el palco de autoridades se firmara un nuevo convenio de patrocinio entre la UD Almería y Estrella Damm. El encuentro siguió la tónica de minutos atrás. Los locales llevaban la voz cantante, mientras que el cuadro ilicitano se mostraba algo más conservador, aunque más por méritos del rival que por deméritos propios.
Fue alcanzado el primer cuarto de hora de la segunda mitad cuando los de Fernando Soriano encontraron el premio a la insistencia, con un Quique González que remató una jugada trenzada entre Pozo y Fidel para poner el séptimo tanto en su cuenta particular y resarcirse del penalti fallado la jornada anterior en Sevilla.
Acto seguido, el Elche arañó un ligero porcentaje a la posesión del cuero, pero en ningún momento generó sensación de peligro en torno a la meta de Casto. Apenas un par de jugadas a balón parado hicieron que la zaga rojiblanca tuviera que emplearse a fondo para repeler las intentonas franjiverdes.
Finalmente, el marcador no se volvió a mover y los tres puntos se quedaron en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, en detrimento de un Elche que se quedó con un jugador menos tras ver la tarjeta roja directa Nino por una agresión sobre Pape Diamanka, según interpretó el colegiado.
