La Unión Deportiva Almería visitaba el estadio de Zorrilla para enfrentarse a un Valladolid con las mismas necesidades que los rojiblancos. Un encuentro entre dos equipos a los que solo los separaba un punto y que necesitaban sumar los tres puntos para alejarse de los puestos bajos de la tabla y dar un saltito en la clasificación.

Fernando Soriano con la baja de Fran Vélez daba entrada en el once a Diamanka buscando en la figura del centrocampista el hombre de contención y destrucción de juego que encuentra en Vélez. Con Joaquín nuevamente de central y arriba la artillería pesada con Puertas, Fidel, Pozo y Quique. Un once de muchas garantías en el que confía plenamente el maño, al que le venía dando buenos resultados a pesar de no haber logrado ganar fuera de casa.

El encuentro comenzaba con el conjunto de Pucela muy enchufado e incisivo buscando rápidamente la meta de Casto Espinosa. Tanto fue así que en los primeros cinco minutos el Valladolid se encontró hasta con tres claras ocasiones de gol. Por su parte los rojiblancos luciendo su equitación amarillo fosforito basaba su juego en la creatividad e imaginación de Pozo y Fidel. Un Fidel que encontraba en el minuto 9 una clara ocasión de gol que blocó Isaac Becerra.

El Valladolid comenzó con mucho ritmo

Con el transcurso de los minutos se pasó a un juego más pausado sin perder las señas de identidad con las que habían comenzado. Algo que estuvo muy cerca de romper el Valladolid con una doble ocasión que Casto sacó en primera instancia a Raúl de Tomás y posteriormente volviendo a sacar el disparó del rechace. Se convertía el meta extremeño en el hombre del partido con sus paradas salvadoras que evitaban adelantarse al cuadro local. Y es que los de Paco Herrera se encontraban cómodos y fuertes haciéndose con la bola y encerrando al Almería que comenzaba a sufrir. Sufría la zaga almeriense que tenía dificultades para frenar las ofensivas vallisoletanas. Así Morcillo veía la cartulina amarilla en una rigurosa falta, pero necesaria.

Sobre el verde de Zorrilla se veía un espectáculo futbolístico digno de la categoría de ambos conjuntos que entretenían a los espectadores con un fútbol ofensivo y atractivo. A pesar que las ocasiones tardaban más en llegar y lo hacían con menos claridad que durante el primer tercio del encuentro. Se llegaba así a un tramo final de la primera mitad más trabado pero igual de entretenido. Unos minutos donde el Almería cogía mayor peso en las acciones ofensivas logrando quitar la bola al Real Valladolid. Los últimos minutos sin embargo rompieron la alegre dinámica del partido ente faltas pucelanas sobre intentos ofensivos dl Almería.

La segunda mitad comenzaba con las claras intenciones del Almería de hacerse con la posesión y el juego  y con una clara ocasión vallisoletana que pudo costar un disgusto a Fernando Soriano. Un susto al que respondían los jugadores rojiblancos por la banda izquierda donde Nano siempre incisivo ponía centros sin demasiado peligro pero que encontró una segunda jugada en las botas de Pozo.

El primer tramo de la segunda mitad mostraba una cara diferente a la primera, donde el Valladolid salía a la contra y el Almería dominaba el balón, aunque ninguno de los conjuntos creaba ocasiones claras de peligro. En esta tónica el Valladolid veía como se quedaba con un jugador menos tras ser expulsado Jaume Mata por una dura entrada sobre Nano. Era el minuto 63 y el partido entraba en una nueva fase con la leve ventaja para el Almería al contar con un jugador más sobre el verde. Algo que no duraría muchos minutos ya que solo cinco minutos más tarde, en el 68, Diamanka veía la segunda cartulina amarilla y era también expulsado. Algo que terminaba por romper definitivamente el partido.

En solo 5 minutos Jaume Mata y Diamanka vieron la roja 

Cierto es que el Almería lo seguía intentando basando sus acciones en la posesión, mientras que el Valladolid en intentos a la contra ponía en apuros a la zaga almeriense sin éxito alguno. Y cuando lograba superar su presión se encontraba con las manos de Casto que seguía siendo clave para los suyos. Los minutos se sucedían bajo una dinámica sin variación a pesar de los cambios producidos por parte de ambos entrenadores.

Una segunda mitad con menos intensidad que la primera, donde ambos conjuntos pudieron llevarse el gato al agua. Y es que la finalización es una asignatura pendiente tanto para los de Pucela como para los rojiblancos. Una evidencia que demuestra porque se encuentran en la parte baja de la tabla.  

En el tramo final del encuentro con el partido totalmente roto se sucedieron acercamientos y contras, tanto de unos como de otros, haciendo sufrir a los aficionados pendientes del duelo. Ponía más ímpetu el cuadro visitante que una y otra vez se encontraba con la zaga blanquivioleta o con el meta Becerra, seguro en todo momento por alto ante los centros rivales.  Así se llegaba al final de un encuentro con un reparto de puntos insuficiente para los dos equipos que se mantienen jugando peligrosamente con los puestos de descenso.