No es Quique González un delantero que pasará a la historia por sus cualidades técnicas, ni siquiera por su efectividad de cara a la portería contraria. Pero lo que sí destaca en el ariete vallisoletano es su regularidad, compromiso y oportunismo, valores no menos importantes que los anteriores y que solventan con creces las carencias de un jugador que tras casi dos temporadas, las dos peores de la historia de la Unión Deportiva Almería, tiene en su haber un total de 27 goles, 28 si se tiene en cuenta la diana conseguida en Copa del Rey el pasado ejercicio.

"No hay que mirar solo hacia Quique, esto es un trabajo de todos"

Un curso, el 2015/2016 que González finalizó habiendo visto puerta en 15 ocasiones. En el presente ya ha hecho lo propio en 12 y restan aún más de dos meses de competición por disputarse. En este sentido, el propio futbolista no hace más que quitarle hierro al asunto y asume que se dedica única y exclusivamente a cumplir con su labor: "Un delantero vive de los goles y, en este caso, contribuir con dos tantos y una asistencia es muy bonito, pero no hay que mirar solo hacia Quique, sino que esto es un trabajo de todos".

El máximo goleador rojiblanco lo ha jugado prácticamente todo salvo el inicio del torneo doméstico en el que cantos de sirena procedentes de Primera División rondaban su figura. Pero poco tardó en volver por sus fueros para acabar acaparando todas las dianas que sus homólogos en la delantera no han sido capaces de hacer. Ello no quiere decir que el "9" vallisoletano tenga tintes de egoísmo, sino todo lo contrario. Quique ve puerta pero también hace que otros la vean, como ocurrió el pasado sábado cuando cedió en bandeja, y en fuera de juego, el gol de la sentencia a un Antonio Puertas que no marcaba desde el pasado mes de diciembre. "Era lo que tenía que hacer", destaca el punta, que ensalza la reacción de su equipo al empate alfarero para acabar consiguiendo una "victoria vital". "No era un partido fácil, dada la situación en la que estamos. Teníamos que ganar sí o sí, no valía otro resultado", ha concretado.

Refiriéndose al tanto que replicaba, de manera inmediata, el empate alfarero, ha querido otorgar gran parte del mérito del mismo a Fidel Chaves, que puso un centro lateral medido hacia la testa del de Valladolid. "Se lo he dicho: 'qué guante tienes y qué banana me has puesto'. Es verdad que luego hay que meterla, pero si cada uno cumple con su labor, las cosas salen bien".

"Hay que seguir trabajando y tener fe hasta el último minuto"

González es conocedor de que el fútbol ofrece, en ocasiones, una de cal y otra de arena, contra lo que él mantiene el trabajo y el sacrificio más allá de la situación, los entrenadores o los jugadores que tenga a su alrededor: "Yo sé lo que tengo que hacer siempre, esté quien esté. Cada partido es un mundo y hoy (por el sábado) me ha tocado disfrutar de qué manera, pero otros días te pegas con los centrales y no rascas bola. Hay que seguir trabajando y tener fe hasta el último minuto".