Tras regresar el domingo de Getafe por carretera y gozar de un día de descanso el lunes, la primera plantilla de la Unión Deportiva Almería ha vuelto en la matinal de este martes al trabajo, si bien los que fueron titulares en el Coliseum Alfonso Pérez han llevado a cabo una tarea de recuperación que no ha ido más allá de unos ejercicios de activación y unos rondos. Tras esto, se han marchado a las dependencias del Mediterráneo para continuar con su labor y el resto de los componentes del equipo han permanecido sobre el césped realizando un trabajo con balón que ha ido incluyendo distintas variantes progresivamente.

Quienes no han estado en ninguno de los dos grupos han sido José Ángel Pozo y Julián Cuesta, con molestias musculares, ni Juanjo Expósito, aquejado de una tendinitis de la que aún no se ha recuperado.

Por ello, en aras de suplir estas ausencias, Luis Miguel Ramis ha contado con la participación de Gaspar Panadero y Álvaro Casitas, del filial, así como del portero del juveni Lluis. Además, el extremo manchego ha sido uno de los destacados durante la sesión, llegando a anotar un buen número de goles y recibiendo la felicitación del cuerpo técnico.

La nota curiosa de la mañana la han protagonizado el propio preparador indálico y Borja Fernández, que han estado charlando largo y tendido sobre el verde alrededor de media hora.

Este miércoles, a puerta cerrada, el Almería continuará con la preparación de la que es la jornada definitiva del curso, en la que hay en juego, ni más ni menos, que una permanencia en el fútbol profesional y, con ella, la viabilidad de la entidad en el futuro. Enfrente, un Reus que es el equipo menos goleado de la categoría y que, con los deberes hechos, no se jugará más que el honor y el amor propio.