Ganar fuera de casa ha sido y es una asignatura pendiente para el Almería. Esta dinámica no se ha dado únicamente esta temporada, sino que es algo habitual desde que se consumase el descenso a Segunda División hace tres temporadas. Esta situación ha generado dificultades para que los rojiblancos puedan encadenar victorias. Ni si quiera se han podido ganar dos encuentros seguidos. Es una condición que dificulta enormemente las posibilidades que tienen los de Lucas de escalar puestos en la clasificación. 

Así pues, la victoria obtenida en Lorca ante el colista, abre un punto de inflexión que da la oportunidad de empezar una racha de victorias que alejaría a los indálicos de los puestos de descenso. Además, acercaría a los almerienses al que es su verdadero objetivo, el play-off de ascenso, aunque este se haya visto diluido por los malos resultados cosechados en campañas anteriores. El partido de este sábado ante el Osasuna podría marcar el camino que seguirá la UDA en lo que resta de temporada. Un hueso duro de roer que pondrá a prueba este "nuevo" Almería una vez terminado el mercado de fichajes. 

La última vez que Almería consiguió dos victorias consecutivas se remonta a abril del año pasado, cuando el conjunto rojiblanco, entrenado por Ramis, ganaba en Elche (2-3) después de haber hecho lo propio ante el Sevilla Atlético en el Estadio de los Juegos Mediterráneos (2-1). Aún más impactante es el tiempo que tenemos que retroceder desde que el Almería consiguió unos resultados que se apropien más al termino racha de victorias. La última vez que se consiguieron tres triunfos consecutivos el Almería jugaba en Primera División y Francisco Rodríguez se sentaba en el banquillo. Se dieron en 2014 y, además, fueron de vital importancia para los intereses rojiblancos, pues las victorias ante Betis (3-2), Espanyol (1-2) y Granada, asegurarían que el Almería dependiese de si mismo para mantener la categoría, objetivo que se remató empatando a cero frente al Athletic en la última jornada de liga.