La UD Las Palmas realizaba su puesta de largo en su segunda temporada en esta competición de las estrellas en un estadio como Mestalla con lo que eso implica. Los amarillos empezaron un poco fríos y de eso se aprovechó un Valencia que salió como una moto. La presión del conjunto valencianista estaba haciendo mucho daño a los hombres de Setién, y eso se tradujo en llegadas al área. Un disparo de Gayá estuvo a punto de sorprender a un Javi Varas que estaba algo adelantado, teniendo que despejar la pelota por encima del larguero.

En apenas cinco minutos, un despiste monumental de Livaja en un saque de córner hizo que Santi Mina se elevase en el corazón de área para abrir el marcador. El ex del Celta celebró con rabia un tanto que valía su peso en oro y que hacía buena esa oleada inicial de su equipo. El Valencia seguía enchufado, continuaba robando balones y no dejaba a Las Palmas estar cómoda sobre el verde. La poca aparición de Viera evidenciaba que a la UD le faltaba un poco más de control en el centro del campo, pero el gol valencianista fue un buen revulsivo.

Livaja apaga el fuego

Con el paso de los minutos, los amarillos fueron asentándose un poco más en el encuentro. Era necesaria una recuperación para sobreponerse al jarro de agua fría que supuso el gol de Mina. A pesar de ello, el Valencia mantenía su dominio tanto en la posesión como en las sensaciones. Las Palmas necesitaba coger un poco más de cuerpo, estar más tranquila para llevar el ritmo de partido que le convenía.

No obstante, con los valencianistas llevando el peso del encuentro, Las Palmas encontró un hueco en la defensa de su rival. Macedo vio el espacio por su carril, centró y Livaja le ganó la espalda perfectamente a Abdenour para batir a Ryan con un cabezazo cruzado que fue imparable para el guardameta australiano.

Los grancanarios también aprovecharon un error defensivo para poner la igualada con un tanto celebrado por Livaja con una mano en la oreja desafiando a Mestalla. Las Palmas sonreía.

Las Palmas pega más fuerte

Los de Ayestarán tenían que recuperarse de un gol importante para su rival, justo en un momento donde parecía que iban a ser los che los que dominarían. El empuje del Valencia se mantenía, haciendo sentir a la UD su aliento en el cogote. En ese sentido, Gayá era uno de los mayores protagonistas de los valencianistas; el lateral zurdo estaba siendo una pesadilla para Macedo y El Zhar, aunque el canterano no estaba acertado del todo.

Poco a poco, el encuentro empezó a tomar un ritmo frenético que no beneficiaba a ninguno de los dos equipos, pero que era un disfrute tremendo para el espectador. Un testarazo de Boateng terminaba de hacer olvidar el tempranero tanto de Mina Las Palmas fue encontrándose un poco más cómoda, consiguiendo conectar mejor en el centro del campo. Eso hizo que los Boateng, Viera, Roque y compañía fueran teniendo cada vez más peso.

Precisamente, el ghanés inició el juego por banda izquierda y Castellano buscó una diagonal en la que encontró la pelota, chocó con Cancelo para irse al suelo y provocar un penalti muy protestado por la afición del Valencia. Viera se dispuso a lanzar la pena máxima, pero lo hizo con mucha calma, engañando a Ryan y dándole la vuelta al marcador.

Las Palmas se encontró con un escenario totalmente diferente, algo que le llevó a empezar a dominar la posesión y el toque apareció. De esa manera, una jugada elaboradísima de los amarillos terminó en un centro de El Zhar que Kevin Prince Boateng remataría de cabeza para meterla en la portería de un Valencia que se llevaba un golpe tremendo sólo cinco minutos después del penalti. El ex del Milán cruzó la pelota con un cabezazo de bella factura con el que se estrenaba como goleador en España de la mejor manera.

Santi Mina continuó la locura

El Valencia había pasado del éxtasis a la tristeza en apenas unos minutos, pero no iba a quedar ahí. Las Palmas estaba contenta, pero otro córner haría que la locura se mantuviese en Mestalla. Parejo la colgó y el centró no fue rematado ni despejado con contundencia, acabando la pelota en los pies de un Santi Mina que volvió a fusilar a Varas para levantar a público. El ritmo seguía siendo altísimo y Gayá continuaba haciendo daño por la banda. El Valencia era muy peligroso a balón parado, pero le estaba faltando ser un poco más certero. En esas, Las Palmas también buscaba ser más incisiva, pero el control era de un Valencia al que eso no le estaba bastando para dominar el marcador.

El paso por los vestuarios trajo consigo a un Valencia que volvía a arrancar mordiendo a una UD que tenía que achicar agua rápidamente a los pocos minutos de reiniciarse todo. Pero Las Palmas tenía que ser paciente, tenía que encontrar su ritmo, sabiendo que estaba por delante del marcador y las prisas eran para su rival. El conjunto che se volcó ante la necesidad de puntuar Sin embargo, un buen centro de David García estuvo a punto de ser enchufado por un Bigas que se quedó muy cerquita de una pelota que se paseó por delante de la portería de Ryan. Pero eso no achicó al Valencia.

Los de Ayestarán no dejaban de mirar hacia arriba y hacían sufrir a una UD que no estaba cómoda, que no encontraba continuidad. La presión del Valencia hacía efecto y los de Setién perdían muchos balones que no le dejaban aparecer por la portería contraria. De hecho, un buen balón filtrado por Medrán dejó a Santi Mina solo delante de Varas, pero el vigués se encontró con la mano del guardameta sevillano.

En esos instantes, Varas se convirtió en el principal protagonista de una UD a la que el Valencia había desdibujado. Los amarillos ya no estaban llegando arriba y Livaja estaba demasiado solo.

El Valencia se relaja y Bakkali lo reactiva

Setién introdujo dos cambios para mantener la intensidad de los suyos, que estaban siendo sometidos con violencia por un Valencia encendido. A pesar de todo, el paso de los minutos hizo que ambos conjuntos empezaran a bajar revoluciones, algo lógico y normal dado que el ritmo del encuentro era excesivo para estar en pleno mes de agosto. La entrada de Bakkali sobre el verde evidenció que Ayestarán quería un poco más de mordiente arriba, ya que Las Palmas se había acomodado en defensa porque no estaba sufriendo y esperaba una contra.

Y el Valencia, viendo la situación, volvió a la carga con otra salida fulgurante que obligó a Las Palmas a sufrir un poco más, si es que era posible. Además, un latigazo de Alcacer hizo temblar Mestalla porque se estrelló en el larguero. La banda derecha del conjunto valencianista era ahora un cuchillo con Bakkali percutiendo una y otra vez, superando a un Dani Castellano que veía a una centella superarle jugada a jugada. Las ocasiones eran del Valencia, pero la tensión en el partido iba en aumento según se acercaba el final; los jugadores no estaban muy por la labor y la necesidad apretaba muchísimo a los che.

Una contra, Rock & Roll Y Marko Livaja

El final se iba acercando y Varas volvió a aparecer para evitar males mayores tras un centro peligrosísimo de Gayá. Quedaban diez minutos y nadie iba a regalar nada.  Los dos equipos ya iban con la lengua fuera, pero el Valencia buscaba una y otra vez derribar el muro que había plantado Las Palmas. Las acometidas amarillas en el campo valencianista apenas aparecían salvo cuando Livaja se las tenía que ver con alguno de los zagueros; al croata le gusta el Rock & Roll y lo demostró sobre el césped de Mestalla con contundencia.

Y cuando los valencianistas pensaban que el final del choque iba a ser un monólogo, apareció una de esas contras que Las Palmas estaba esperando. Araujo, que había entrado por un desgastadísimo Viera, piso el acelerador para conseguir poner en aprietos a la defensa del Valencia. El argentino comandó la contra y encontró a un Livaja que se fue metiendo en el área y que definió con frialdad, como buen killer, como buen nueve de área para reventar el partido y dejar claro que lo suyo es el Rock & Roll.

De esa manera, el final del partido ya no tendría más historia. Como buen balcánico y como buen killer, Livaja remató al Valencia El Valencia sacó la bandera blanca y los amarillos ya aguantaron lo que quedaba. Quizás, esta no es la versión de Las Palmas que se preveía, pero fue capaz de saber sufrir y de maximizar sus ocasiones. No pudo haber mejor estreno para los de Setién en LaLiga Santander, que fueron capaces de demostrar que quieren tener algo que decir en esta competición. Una oda al fútbol fue lo que se vivió en Mestalla para conmemorar el 67º aniversario de una UD Las Palmas que empieza con fuerza.

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