El pasado domingo, la UD Las Palmas visitó El Madrigal con la intención de plasmar su filosofía de juego ante un todo poderoso Villarreal. Parecía arriesgado, pero los pupilos de Quique Setién han demostrado tener razones de sobra para no cambiar su estilo en ningún estadio ni frente a ningún equipo.

En un encuentro en el que un empate podía ser considerado una victoria, los amarillos salieron a buscar el triunfo desde el calentamiento. Vicente Gómez y Roque Mesa comandaron a una UD que volvió a dejar plasmada su identidad. Tana, Viera y Boateng se encargaron del resto. De su cosecha salió el gol antológico de Kevin Prince Boateng. Después de una jugada de 18 toques, el ghanés anotó el mejor gol en lo que llevamos de Liga. Hasta entonces, el árbitro no había tenido que entrar demasiado en el transcurso del partido. Estaba siendo un encuentro limpio y sin jugadas polémicas.

Ya en la segunda parte, como era de esperar, el submarino amarillo cogió las riendas del partido y comenzó a llegar con más asiduidad. Hasta que entró en juego Jaime Latre. En cuanto Las Palmas comenzó a disponer más del esférico y a llegar al área rival, el colegiado aragonés entró en juego para señalar un penalti más que dudoso en contra de la UD. Un leve empujón de Roque Mesa sobre Sansone bastó para señalar la pena máxima. Los amarillos iban a pagar un error arbitral frente a uno de esos equipos llamados a luchar por un puesto de Champios League. Finalmente, Sansone convirtió la pena máxima para poner el 1-1 en el marcador.

A partir de ahí, el encuentro se volvió algo alocado, con un Villarreal volcado y una UD respondiendo con contraataques y manteniendo el esférico en forma de jugadas colectivas y paredes. Cuando los canarios veían con buenos ojos el empate cosechado en un estadio tan difícil para puntuar como El Madrigal, de nuevo Jaime Latra entró en acto para equivocarse una segunda vez, en el 92, como en el Sánchez Pizjuúan. El árbitro aragonés no vio suficiente el agarrón del delantero sobre Montoro como para señalar la falta. De esta manera, Bakambu dio los tres puntos al submarino amarillo.

La figura de Jaime Latre pasó desapercibida excepto en las dos jugadas que castigaron severamente a los canarios. La UD volvió a maravillar con su juego pero no fue suficiente para sacar algo positivo de El Madrigal. Una vez más, los canarios tienen que comprobar lo duro y difícil que es ser un equipo de Primera División. El Celta de Vigo será el próximo rival de los amarillos.