Saltaba Las Palmas al césped de El Alcoraz con un once cargado de suplentes que buscaban en la Copa una reivindicación, una prueba de fuego para demostrarle a Quique Setién que serían capaces de bajar al barro para ganarse un puesto entre los titulares. Sólo Hélder repetía de los héroes que vencieron al Athletic en el Gran Canaria, algo lógico teniendo en cuenta los pocos efectivos que tienen los amarillos en el lateral izquierdo. De esa manera, fueron los grancanarios los que intentaron llevar el peso del juego como cabía esperar, intentando combinar y mirar hacia el ataque con mucha claridad.

Esa inercia positiva aún no había dejado ocasión alguna por parte de los amarillos, pero pronto eso daría efecto gracias a Asdrúbal. El canterano recibió un buen balón en tres cuartos y con un recorte se metió entre los dos centrales para encarar portería, obligando al portero Queco a derribarlo con las manos para evitar el tanto. El resultado final fue un penalti que el propio Asdrúbal se encargaría de transformar sin demasiados problemas, engañando al guardameta. Todo se le ponía de cara a una UD que controlaba el partido y la posesión, que tocaba y tocaba prácticamente a placer y el Huesca sólo podía perseguir sombras por el momento.

El Huesca llama a la puerta

Los mejores minutos del Huesca llegarían poco después, aprovechando la inferioridad numérica de los amarillos tras un golpe que se llevó Lemos en la boca. Asdrúbal forzó y transformó un penalti que sonaba a reivindicación Mientras el uruguayo era atendido, los oscenses tuvieron un poco más la posesión y se acercaron levemente a la meta de Raúl aunque sin el peligro suficiente como para que el empate empezase a sobrevolar los pensamientos de los jugadores canarios. Pero avisarían los de Anquela con un gran cabezazo de Urko Vera que se marchó cerquita del palo y una buena contra en la que la Cmiljanic estaba en fuera de juego.  El Huesca despertaba.

El encuentro pasó de un monólogo amarillo a unos minutos más de tú a tú. El dominio ya no era tan claro de Las Palmas y la comodidad ya no era tan patente. Los de Setién intentaban rehacerse pero no lo conseguía del todo, el Huesca empezó a morder un poco más y ya los grancanarios no tocaban ni jugaban con la misma soltura, aunque Asdrúbal estuvo a punto de poner el segundo cuando el intermedio se asomaba.

La mala noticia la puso Nagore, quien tuvo que ser sustituido justo antes del descanso debido a unas molestias en la rodilla derecha y Anquela tuvo que gastar un cambio de urgencia. 

Una obra de suerte y el regreso de Javi Castellano

El paso por vestuarios consiguió que el Huesca reafirmara su rebelión sobre el césped. Los oscenses intentaban hacer daño, controlar la pelota y jugar, algo que entraba directamente en confrontación con lo que querían los amarillos. El peligro en esos momentos lo estaban llevando los de Anquela y Las Palmas necesitaba reaccionar para no seguir pasando apuros.

En ese sentido, primero sería Asdrúbal el que se quedaría cerca de abrir la brecha en el marcador tras ganar un buen balón largo que no supo transformar, pero Hernán no fallaría. El mediocentro condujo con maestría hasta el balcón del área y golpeó a la pelota con fuerza hasta introducirla en las mallas con una ayuda clave de la pierna de Íñigo López.

Las Palmas se encontraba con un gol en un momento de flaqueza, algo que le valdría para darle una estocada muy importante a su rival y volver a dominar el juego.

Los amarillos se fueron recuperando con el paso de los minutos y en esos instantes, Javi Castellano se volvía a sentir futbolista. El canterano volvía a pisar un césped de manera oficial tras más de un año en el dique seco, tras más de un año de soledad y de angustias, alejado del fútbol; Javi volvía a nacer como futbolista en El Alcoraz.

Apabullante reacción oscense  

Sin embargo, el Huesca sería capaz de ir encontrando el mismo camino una vez más. Las llegadas al área de Raúl empezaron a ser cada vez más constantes, y un cabezazo de Camacho recortaba distancias en uno de los momentos de mayor lucidez de los de Anquela. Los amarillos iban perdiendo el control del partido y su rival seguía en una persecución que evidenciaba el peor momento de los amarillos en el encuentro.

Las bandas estaban siendo uno de los principales problemas de los de Quique Setién y los laterales blaugranas se hacían fuertes gracias a su velocidad, aunque el balón parado volvería a ser quebradero de cabeza. Un córner en el que Raúl se queda vendido en el centro de su portería, Aguilera aprovecharía la mala defensa de Aythami para poner el empate tras un esfuerzo de más por meter la pelota en la portería.

Las llegadas por las bandas continuarían sin cesar por parte de los oscenses y Lizoain tuvo que actuar en un momento crítico tras un disparo a bocajarro que habría firmado la remontada. El Huesca desdibujó a Las Palmas del campo y empató el encuentro Los minutos pasaban y Las Palmas no retomaba el cuerpo que le había llevado a dominar durante muchos minutos, algo que aprovechaba el Huesca para hacer daño con rapidez y ganándole la espalda a los zagueros canarios.

La UD estaba sollozando, sin hacer daño y a merced de un Huesca que seguía buscando el tercer tanto. Ni la entrada de Araujo le había dado a Las Palmas las herramientas para cambiar de dinámica, y es que su rival le estaba pasando por encima de forma evidente.

De esa forma, Alexander González estaba siendo el principal problema de los de Quique Setién, ya que el venezolano era un dolor de muelas cada vez que cogía la pelota para encarar e irse a portería; el sudamericano mostraba desparpajo y desequilibrio, viendo por el retrovisor en muchas ocasiones a las defensas amarillos.

El final del partido se acercaba y el Huesca no cesaba en sus intentos por llevarse el triunfo, algo que tuvo bastante cerca. Mientras tanto, Las Palmas tuvo que sufrir y aguantar como pudo ante la avalancha que se le estaba viniendo encima. Y es que un partido que parecía que serviría para reivindicaciones acabaría siendo una pesadilla para los amarillos. 

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