Las bajas de la UD y un sistema con cinco defensas de los pepineros abrían un partido de necesidades para los visitantes y de ambición europea para los locales. Una brisa fresca recorría un Estadio de Gran Canaria que esperaba con ansias otra victoria que celebrar, aunque el Leganés sería el primero en poner en aprietos a la defensa amarilla en un córner lanzado en los primeros compases del choque. Aun así, tras superar ese pequeño incidente, Las Palmas comenzó a convertirse en dominador de la posesión, moviendo la pelota de un lado a otro en busca de un hueco por el que atacar la pobladísima defensa madrileña.

El paso de los minutos hacían que los amarillos continuaran con el control del partido, algo que se tradujo en sus primeros intentos de ver portería; Viera remató una falta peligrosa que no pudo aprovechar y otra genialidad de el de La Feria dejó a Tana con un disparo franco que no terminó de rematar. Los de Setién fueron pisando el área con más normalidad, pero el Leganés estaba muy encima de Las Palmas gracias a las dos líneas de cinco hombres que tenía montada sobre el verde del Gran Canaria. No habían demasiados espacios, pero eso no estaba impidiendo que, de momento, los canarios se acercasen.

A pesar de ello, el Leganés despertó de su letargo de la mano de Darwin Machís, quien se estaba convirtiendo en amo y señor de la banda izquierda. Los pepineros se estiraron un poco y acabaron encontrando algún resquicio que no terminó en demasiado, pero Las Palmas se repuso de la mejor manera. Macedo vio un hueco por la derecha, aprovechó un pase de Tana y se la puso en boca de gol a un Livaja que remató a bocajarro para abrir el marcador. El croata volvió a ver puerta llegando como nueve a una pelota que le llegó perfecta.

Machís desatasca al Leganés

El tanto de la UD hizo que el Leganés volviese a estirarse un poco más en busca de la igualada, algo que obligó a Javi Varas a actuar en más de una ocasión de forma contundente. Machís seguía siendo una pesadilla y la zaga amarilla sufría sus acometidas una vez tras otra. El venezolano entraba como un cuchillo y tanto David García como Macedo sudaban la gota gorda para frenarle, para que no se encontrase cómodo del todo.

De esa manera, los canarios dejaron de aparecer por el área de Herrerín gracias, en parte. a una clara bajada de revoluciones y un Viera que no conseguía meterse del todo en el partido. El gol de Livaja adormeció a los amarillos  Y eso lo sabía amortizar el conjunto de Garitano, encontrando espacios a la contra que obligaba a los grancanarios a recular a toda velocidad en los que estaban siendo los mejores minutos de los pepineros en el encuentro con toda seguridad.  

El descanso fue un bálsamo para los amarillos.

Las Palmas, dormida y sin ideas

El intermedio hizo que Garitano recapacitase y no esperó más para hacer un cambio. El técnico vasco introdujo en el campo a Guerrero y quitó a Bustinza para acabar con esa defensa de cinco que no parecía tener demasiado sentido con el marcador en contra. Eso le dio al Leganés más presencia arriba y más control del balón, algo en lo que también tenía que ver la caraja que Las Palmas tenía encima y que ya se sentía desde el final de la primera mitad.

Los amarillos estaban pasando por una crisis dentro del partido en el que faltaba algo de chispa y de velocidad arriba, sabiendo aprovechar que el Leganés estaba bastante más volcado con el ataque. En ese sentido, los de Setién no encontraban el camino de vuelta y el equipo estaba partido, sin centro del campo e intentando jugar muchos balones largos que no fructificaban. Y los madrileños seguían avisando con algún disparo y alguna llegada.

La desconexión era evidente y preocupante, pero no había movimientos en un banquillo que parecía que no tenía soluciones. El fútbol de Las Palmas desapareció y no dejó rastro, dejando claro que cuando Viera y Tana no están lúcidos construir es mucho más difícil. El Leganés mereció el empate y lo encontró en un penalti El Leganés se iba creciendo un poco más y buscaba rehacerse aunque sin suerte, una cuestión peligrosa para los amarillos dada la poca renta que llevaban en el marcador y el lenguaje corporal que estaban mostrando sobre el césped en uno de los peores partidos de los últimos tiempos.

Y con esas premisas, Machís aprovechó su velocidad para coger desprevenida a la defensa de la UD e internarse en el área, siendo derribado por David García cuando se decidía a encarar a Javi Varas. El capitán cometió penalti y Guerrero se encargó de transformarlo sin titubeos, engañando al guardameta sevillano y consumando la pájara que Las Palmas tenía encima. El equipo pepinero se estaba mereciendo algo más y terminó encontrándolo.

No dio para más

Tocaba buscar la heroica y despertarse a tiempo para, por lo menos, intentar adelantarse de nuevo. Las Palmas quiso volver a tener la pelota y la conseguía, pero otra vez se encontraron con ese último pase y esa falta de gol que tienen los amarillos. Setién tiró la casa por la ventana colocando sobre el campo a Asdrúbal y Hernán como último remedio cuando el tiempo ya apretaba. El Leganés ya daba por bueno el empate y se dedicó a resguardarse bien atrás para evitar sorpresas de última hora que le arrebatasen un punto.

Los canarios fueron a por todas, metieron al Lega en su área, pero eso no iba a ser suficiente. Los intentos amarillos quedaron en nada y no tuvieron ninguna ocasión clara con la que evitar un empate que se olió durante mucho tiempo. La empanada de Las Palmas quedó evidente y el reparto de puntos terminó siendo lo más justo.

Las Palmas no dio para más, al menos, en la tarde noche de hoy.