La sombra de Quique Setién es alargada entre el graderío amarillo. El entrenador cántabro ha crecido y hecho crecer en los últimos 18 meses. Desde que llegara al banquillo canario en octubre de 2015, el santanderino ha entablado una suerte de conexión cósmica con jugadores y afición. La apuesta por el buen juego ha encandilado en el panorama local y nacional. Un factor con el que tendrá que lidiar el nuevo técnico. 

El pasado sábado, 18 de marzo, se ponía fin al "culebrón". El propio Setién, en sala de prensa, leyó un comunicado en el que confirmaba su intención de abandonar el club al término de la presente campaña. Y se desataron las informaciones. Por una parte, en relación al entrenador que comandará el proyecto isleño la próxima campaña; por otra, sobre los equipos que pueden haberse interesado por el, desde el 30 de junio, ex entrenador de Las Palmas.

El 'juego' de la información

A la sazón del anuncio oficial sobre la marcha de Setién empezaron a configurarse una vez más las reglas del juego. Las de siempre: especulaciones y rumores diversos. Así, muchos han sido los nombres de los técnicos que, hipotéticamente, podrían acabar en el Estadio de Gran Canaria. Nada nuevo bajo el sol. Cada medio de comunicación va engrasando ese engranaje. El que, a estas alturas de temporada, lleva a la confusión. 

Y es que se ha llegado a afirmar desde la prensa capitalina que el sucesor del entrenador cántabro ya ha sido designado por la directiva. Pero el juego de trileros no parará hasta que se haga oficial por parte del club. En parte, porque no se dan nombres en firme. Porque existe la convicción de que este es un tema al que se le puede extraer el jugo suficiente como para estirar el chicle hasta sabe quién cuándo. La agenda temática en la isla ya conoce sus próximos capítulos. 

Las cartas sobre la mesa

Un rehogado de posibilidades. Son muchos los nombres y apellidos que se han dado en los últimos cinco días. Desde la directiva manejan varias cartas, que ya tienen sobre la mesa. La incógnita está en el grano y la paja. En saber qué noticias son veraces o no y, sobre todo, si plantean opciones factibles. Los medios han lanzado nombres como Paco Jémez (actual entrenador de Cruz Azul, equipo de la Primera División mexicana), Berizzo (técnico del Celta) o, incluso, Ranieri.

Al abordar el horizonte tan abierto como dubitativo que queda ahora, en la Unión Deportiva pretenden hacer una criba en la que se respete un criterio fundamental: mantener la apuesta actual. El club ha evolucionado al calor de Setién, pero quiere continuar haciéndolo sin él. Para ello tendrá que buscar un perfil de técnico que se asemeje al del santanderino. Y el que más se parece, dentro del abanico que se ha presentado, es Marcelino García Toral. 

La opción de Marcelino

Si alguien ha sonado con fuerza para sentarse en el banquillo grancanario es Marcelino. Asturiano de nacimiento, sus inicios tuvieron lugar en Gijón, fue el entrenador del Sporting en Segunda División, tanto en la categoría de bronce como en la de plata. Posteriormente recaló en Huelva, Santander, Zaragoza y Sevilla, justo antes de hacerlo en Villarreal. Con el Submarino Amarillo logró el ascenso a Primera en el curso 2012-13 y no paró de crecer.

Marcelino se dio a conocer por su buen hacer en el Villarreal

Dos años más tarde ya estaba dirigiendo partidos de Europa League gracias al sexto puesto de 2014. No obstante, su mejor posición con los valencianos la consiguió el pasado 2016 con una cuarta plaza que daba acceso a la previa de Champions League. Además, se alzó con la tercera mejor puntuación en Primera que haya logrado nunca el Villarreal, tras los 77 de la temporada del subcampeonato (2007-08) y los 65 de la 2004-05. 

Con el tiempo, Marcelino ha ido engrosando su caché y ya es uno de los técnicos españoles mejor valorados. Ahora, sin equipo desde que el Submarino prescindiera de sus servicios a comienzos de la presente campaña, es una de las piezas más codiciadas. En la Unión Deportiva no ha pasado inadvertido, pero su gran reputación y el interés de otros clubes complican la operación. La opción Marcelino puede estar desvaneciéndose. 

Cuestión de honestidad

Una de las claves a entender en este proceso es la imagen de la entidad. Desde la directiva se ha dado un discurso que, a veces, confrontaba con el de Setién. Sin embargo, lo que ambas partes decían tener en común era la fidelidad mutua que se iban a guardar hasta que el anuncio se hiciera oficial. La dirección directiva deseaba celeridad para emprender la búsqueda profunda de otro entrenador si la decisión del entrenador así lo hacía necesario, como resultó ser. 

El propio técnico tampoco quería demorar la situación, dado que tendría que empezar a entablar conversaciones con otros clubes. Pero pretendía meditar la propuesta del club. Analizarla, hacer sus contrapropuestas; en definitiva, pensar. Pero la tiranía del tiempo se impuso sobre ambos. Setién decidió y se abrió, de manera oficial, la puerta de uno y otro. Era cuestión de honestidad y fidelidad. No querían engaños. 

Supuestas negociaciones con el representante de Marcelino

Setién no ocultaba sus ganas de que todo se resolviese. Fue claro y conciso al determinar que no esperaría hasta final de temporada. El club dudó de si los métodos de Setién de cara a la opinión pública eran los idóneos. Quizá, en esa fase, sería mejor llevar el tema por cauces más silenciosos. Así lo planteó Miguel Ángel Ramírez públicamente en varias ocasiones ante diversos medios a escala nacional. 

Sin embargo, según cuenta el Diario As, el presidente mantenía conversaciones en paralelo con el representante de Marcelino, Eugenio Botas, con quien se habría visto en un restaurante de Gran Canaria. Así lo confirmó el propio Botas, como recoge el diario Plaza Deportiva, quien sí reconoce la reunión pero dice haber sido con otros fines: "He estado negociando con el club la posibilidad de que un jugador que represento termine jugando allí la próxima temporada". 

De este modo, el representante del entrenador aprovechó para aclarar que Marcelino piensa en otro tipo de proyectos, "ni mejores ni peores, pero no en ir a trabajar a la isla". Asimismo, admitió que lamenta el revuelo que se ha formado: "Me sabe mal que haya trascendido esta reunión en la isla sobre todo cuando se estaba en plena negociación por la renovación de Quique Setién, del que tengo el máximo de los respetos". 

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