Tras el pitido de Melero López que marcó el final del encuentro ante el Levante UD, el Consejo de Administración de Las Palmas no esperó para reunirse y valorar la continuidad de Pako Ayestarán al frente del primer equipo. Entre abucheos y gritos pidiendo la dimisión de la directiva y tras un encuentro donde la poca efectividad hizo mella en Las Palmas, la dirección amarilla rectificó a Ayestarán, ​quien se sentará en el banquillo de Anoeta.

La Unión Deportiva Las Palmas se encuentra en zona roja; la entidad presidida por Miguel Ángel Ramírez es colista con 6 puntos. Si bien es cierto que aún queda Liga, no empezar a sumar pasará factura a un equipo que no para de hundir sus números en la tabla. El buque isleño no llega a la orilla. Y es que, desde la llegada de Ayestarán al banquillo canario, Las Palmas no ha logrado sacar una victoria. Seis derrotas consecutivas. Además, el equipo amarillo tan solo ha anotado tres goles, recibiendo un total de 20. Números para nada alentadores. Incluso los del propio Ayestarán; con 13 derrotas consecutivas convierte al vasco en el entrenador con peores números en la historia. Lo que se traduce en poca ilusión en la grada.

"Tendría que estar muerto para rendirme"Sin embargo, a pesar de cosechar números récord negativamente hablando, la Comisión Deportiva de la Unión Deportiva ha decidido que Pako Ayestarán continúe como técnico de la Unión Deportiva, al menos, hasta el encuentro ante la Real Sociedad.

Cambios de sistema intrascendentes en el rumbo de juego del equipo, sustituciones difíciles de comprender y declaraciones que se escapan, dentro de un margen, de la lógica. Malos resultados. El cóctel perfecto para una destitución. En cambio, la directiva sigue confiando en él, al igual que los jugadores según declaró en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Levante.

Sea disparate o no la continuidad de Ayestarán, el preparador nacido en Beasain sigue convencido de que van a “sacar esto adelante”. Además, no piensa en dimitir puesto que “tendría que estar muerto” para rendirse. Si Pako vive, la lucha sigue.