Jordi Alba, el joven extremo zurdo de tan sólo 20 años que militó la pasada temporada en el Nàstic de Tarragona en calidad de cedido, ha despertado el interés tanto de Unai como de varios equipos de primera división, que han llamado a la puerta del club solicitando su cesión.

Llega con la vitola de uno de los jugadores revelación de segunda división, flamante campeón olímpico y con ofertas tangibles sobre la mesa. Emery y su cuerpo técnico le hicieron un férreo seguimiento y han comprobado, a lo lejos, su rendimiento en una liga dura y complicada como la competición de plata. Todo esto le ha llevado a tener una oportunidad única en pretemporada -billete para Ermelo-, el propio entrenador ha solicitado la paralización de todo movimiento de mercado respecto al jugador, por lo menos hasta que lo vea in situ en territorio holandés.

Jordi sabe que se le ha abierto una pequeña ventana a lo lejos, que no es poco, como él mismo dice "Llevo dos años sin descanso, pero no me puedo quejar. Voy a dar el máximo cada día, me encantaría quedarme en el VCF. Su interés -refiriéndose a Emery- cuenta mucho. Es un motivo más para estar ilusionado". El próximo lunes 13 de julio da comienzo oficialmente el período de pretemporada en el equipo ché, y el pequeño -por su estatura, 1'69 metros- barcelonés formará parte del primer stage.

Por último, sabe de la competida rivalidad y overbooking que habrá en su demarcación en la actual plantilla -Mata, Vicente e incluso Silva-, pero ni corto ni perezoso el chaval lo tiene bastante claro "Mata y Vicente, además de Silva, que también puede actuar en la banda izquierda, son muy buenos. Pero si quieres triunfar en un grande, como es mi caso, tienes que luchar con los mejores jugadores", signo evidente que no vendrá a pasearse por la tierra de los tulipanes, al contrario.