El derbi de la Comunitat, el partido entre los dos equipos más poderosos de la capital del Túria. Un duelo de clases, de disparidad de objetivos. Un Levante con las ideas claras, un Valencia que no fue lo que venía siendo durante la temporada en el primer tiempo y que desde el inicio mostró sobre el césped la importancia del encuentro. A los diez minutos tras una buena acción por dentro llegó la polémica –tan aderezada y alimentada también durante los días previos-, pues Feghouli aparentemente estaba en fuera de juego.
En los primeros compases Alcácer había avisado. El canterano marró la ocasión pero los pistoleros no avisan dos veces. En la semana que cumplía un año de su consagración en Europa contra el Basilea. De la escuela vino a mostrar a la perfección la ideología de lo que se quiere de un ‘9’ en la Academia. Desde dentro descargó fuera hacia Parejo para incorporarse y conectar de forma primorosa con el balón conduciéndolo a la red. Su testa repondió y el Valencia daba buena cuenta del inicio fulgurante.
Continuaba el cuadro ché con la preponderancia en el juego, con la potestad del duelo en base a la pelota como tantas veces se le había reclamado durante la temporada. Por banda derecha, con Cancelo y Feghouli, portaba un peligro descontrolado para los levantinistas. Aun así, la idiosincrasia del curso no se dejaba atrás y en cada transición los blanquinegros eran peligros. Así lo evidenció Rodrigo, que tras una jugada individual, disparó arriba. Asimismo, el ‘19’ se asoció poco después con Alcácer en el balcón del área para hacer las delicias de la afición. El Valencia se divertía, el público sonreía, la afición disfrutaba.
Se intentó desperezar el conjunto granota mínimamente con una gran acción combinativa de libro. De esas que se entrenan sin oposición. Pero David Barral desde dentro del área la mandó arriba sin opciones para los suyos. Esto no hizo más que encender a un equipo herido. Con una nueva superioridad en banda, y con posición dudosa de Orban, se generó un centro que Feghouli ganó en el corazón del área de cabeza. Se enfriaba el campo sobre el césped cuando un nuevo conato levantinista con un disparo lejano trataba de inquietar a un seguro Valencia.
Segunda parte de trámite
Cancelo se destapó en su mejor partido como ché
Veinte segundos tardó el Levante en tratar de inquietar la meta de Diego Alves. Una conducción de Ivanschitz, por la derecha, acabó con un disparo potente que repelió el larguero y parecía que entraba. Noche cerrada en Valencia y el ambienta algo ás frío parecía haber afectado a los ché en los primeros compases. Poco a poco se fue desperezando el cuadro de Nuno, pero aun así no se le veía la verticalidad del primer periodo. Feghouli y Cancelo de nuevo volvían a ser un puñal por la banda diestra creando peligro de forma incesante. Culminaba por ese costado un equipo que crecía en base a la pelota, un conjunto que disfrutaba con el balón. Entre tanto, un nuevo oasis azulgrana. Un disparo lejano que repelía Diego Alves para ser uno más en la buena actuación colectiva.
En una conservación de balón continua por parte valencianista llegó una aislada ocasión. Un pase largo a Alcácer, que como en el gol, descargó fuera hacia un inspirado Cancelo para que el luso disparase con potencia al lateral de la red. Fue la última acción del canterano, que cedía el testigo en la punta del ataque a Negredo para en veinte minutos tratar de ganarse un puesto perdido. Rubén, también desde el banquillo pero del equipo visitante, trató de cambiar un poco la dinámica pausada del encuentro. Un disparo lejano en las acaballas levantinista volvió a preceder un tanto ché. Esta vez fue Negredo, que se desquitó de las últimas actuaciones con una formidable definición que sellaba el dominio ché durante todo el partido.
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