El fútbol, como la vida, son idas y venidas. Unos vienen, otros se marchan. Y el próximo sábado volverán al feudo valencianista dos ex-jugadores que dejaron huella en el club blanquinegro. André Gomes y Paco Alcácer, que el pasado verano dejaron el conjunto che para fichar por la entidad azulgrana, se reencontrarán de nuevo con los que fueron sus compañeros y su afición.

André Gomes

El centrocampista portugués llegó a Mestalla de la mano de Peter Lim, y aunque sólo han sido dos años los que ha vestido de blanco y negro, fue uno de los más queridos del proyecto por parte de la afición. Luchador dentro del terreno de juego y carismático fuera de este, no tardó en meterse en el bolsillo a los aficionados valencianistas, quienes le acompañaron incansablemente durante su estancia en el club che.

Con 78 partidos disputados entre los dos años, fue uno de los jugadores más utilizados por los diferentes entrenadores que ocuparon el banquillo valencianista las dos últimas temporadas. Con seis goles y cinco asistencias como jugador che, fue uno de los más destacados de la plantilla, y su aportación fue significativa para conseguir la clasificación para la Champions en la primera campaña, y para remar a contracorriente en la segunda.  

En su despedida del club, fue especialmente agradecido con una afición a la que no tardó en ganarse y que lo llevó en volandas. El próximo sábado, aun vistiendo otra camiseta, esta le devolverá ese cariño que en un pasado no muy lejano se ganó.

Paco Alcácer

El caso de Alcácer es muy distinto. Se trata de un valencianista que nació, creció y triunfó en el mismo club. Empezó en las categorías inferiores del conjunto che y, con tan sólo diecisiete años, ya debutó en el primer equipo, en el que le costó consolidarse debido a su juventud. Aun así, en la temporada 2013/2014 se ganó ya un sitio y, muy rápidamente, también la titularidad.

Desde ese momento se convirtió poco a poco en el nuevo ídolo de la afición. Delantero joven, de la casa y con hambre de gol, estas fueron las claves para que jugador y grada congeniaran al instante. Una unión que se afianzó con el paso de los partidos y que, cada vez más, parecía irrompible.

Los rumores sobre el interés del FC Barcelona empezaron a sonar por Mestalla el pasado verano, primero en voz baja y luego mucho más fuertes. La temporada arrancó y Alcácer seguía vistiendo la elástica valencianista, pero finalmente su salida del club que le había visto crecer se hizo efectiva. Y con esta, el vínculo con parte de la afición se deshizo al instante.

Ahora Alcácer volverá a la que durante muchos años fue su casa, pero bajo un clima totalmente diferente. Los unos, los que entendieron su salida, todavía le recordarán como aquel joven que creció con el escudo valencianista en el pecho. Los otros, molestos por su marcha, le mostrarán su indignación. El fútbol. La vida. 

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