Esto no es como empieza, sino como acaba. La temporada está cerca de llegar al ecuador de la misma y el Valencia continúa naufragando en tierra de nadie. Cerca del descenso y no tan lejos de Europa, llega el turno de la Copa del Rey.

Si el Valencia no tenía dolores de cabeza con una sola competición, se le añade la copa nacional para echar más leña al fuego o intentar calmar los nervios. Todo pasa por Leganés. No se trata de un enfrentamiento liguero, pero para la situación por la que atraviesa el club del Turia es más que crucial conseguir una cómoda victoria sobre el césped.

Choque inédito

El historial de enfrentamientos entre estos dos conjuntos es tan corto que solo el encuentro de septiembre ocupa la lista. Se trata, pues, del primer choque entre Leganés y Valencia en Copa dos meses después de verse las caras en Liga.

Por su parte, el encuentro liguero se saldó con una victoria che que peligró durante algunos instantes a causa del penalti fallado por Szymanovski y un segundo penalti detenido por Diego Alves. El Valencia vivía, en ese momento, la etapa de transición tras la marcha de Ayestarán con Voro al frente del equipo.

El primer obstáculo a superar es Butarque. Copa del Rey. Leganés fue la primera victoria como visitante en esta temporada y la segunda de la misma. Dos meses de aquel partido en el que le han seguido numerosas desilusiones, detalles de mejora y una caída de moral. La mala suerte persigue a los de Prandelli, que no consiguen revertir la historia.

Conseguir la victoria en Leganés para reencontrarse con la ilusión, con la confianza en una de las plantillas más valoradas de la Liga. El cambio de táctica de Prandelli ha dado sus frutos durante el césped, pero los resultados siguen siendo negativos para el equipo y la portería nunca deja el casillero a cero.

Consuelo o ilusión

El Valencia CF busca en la Copa del Rey un consuelo como síntoma de mejora gracias a una victoria y un juego positivo. Dejar atrás los malos resultados de Liga y empezar a ganar. El Leganés afronta este partido con la máxima ilusión que puede tener cualquier niño en el día de Reyes, pues se trata de su primer encuentro en Copa, siendo equipo perteneciente a la máxima categoría del fútbol español.

La copa como alternativa, como una competición paralela en la que el Valencia CF siempre deposita la mayor esperanza posible.  Más todavía durante la presente campaña, en la que solo acumula una victoria en los últimos dos meses, lo que deja al descubierto la grave crisis deportiva por la que atraviesa la entidad valencianista.

Los de Garitano, por su parte, llegan al choque con numerosas bajas a causa de lesiones y una serie de contratiempos a la que el técnico deberá hacer frente en su estreno en la competición.

Cambios en el césped

Ambos técnicos tendrán que hacer frente a numerosos cambios en la alineación para este choque copero. Por una parte, Cesare Prandelli podrá realizar experimentos tácticos para encontrar el mejor sistema que se adecue a los suyos, tal y como hizo en el Sánchez Pizjuán con un cambio de sistema, para conseguir el equilibrio necesario que lo conduzca hacia la victoria.

La ausencia de Enzo Pérez por problemas musculares y la duda de Mario Suárez podría dejar hueco a Álvaro Medrán junto a Dani Parejo al centro del campo o, incluso, la incorporación del canterano Carlos Soler. Así pues, el técnico podría incorporar cambios en ataque para tener una mayor implicación de los jugadores menos habituales. Montoya podría regresar al lateral así como Aderllan Santos al eje de la defensa.

El triunfo es el principal objetivo del Valencia y la falta de gol acusa a los de Prandelli, quien tratará de cambiar la estadística con la presencia de Munir, quien se hace hueco a base de goles a pesar de los pocos minutos acumulados hasta el momento.

En general, ambos conjuntos atraviesan por una situación similar ya que tan solo les separan dos puntos en la clasificación liguera. La diferencia radica en el fin de cada equipo, en la plantilla de cada conjunto y el presupuesto de ambos. El desastre de unos, la alegría de otros.

Sin embargo, hace ocho años de la última conquista de la copa, momento agridulce del club en el que estuvo al borde del descenso y, finalmente, consiguió la salvación y el triunfo en la final de la Copa del Rey. También tenían una plantilla para estar en lo alto de la clasificación y no se consiguió.

El desquicio de jugar bien y perder, de ocasionar y no meter. La situación del Valencia CF es insostenible y el equipo tiene la obligación de encadenar victoria tras victoria para no descolgarse todavía más de quienes, en teoría, deben ser sus rivales más directos.

Caer y saber levantarse antes de tocar el suelo. Todavía hay tiempo, pero no demasiado. Butarque: todo o nada.

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Sobre el autor
Paula Climent
Periodismo. Coordinadora adjunta de la sección del Valencia en VAVEL. Fútbol en estado puro.