Horas después del empate del conjunto che ante el Málaga todavía se siguen lamentando desde Valencia por la oportunidad perdida. Llegaba un rival mermado por las bajas, hasta ocho entre lesiones y sanciones. Además, la victoria entre semana en Leganés apuntalaba la moral de una plantilla que necesitaba volver a ganar en Mestalla. No obstante, las cosas se empezaron a torcer desde el inicio de partido.

Prácticamente no se habían sentado los pocos aficionados que asistieron en el día de ayer a Mestalla, apenas 23.000, cuando Fornals ponía por delante a los visitantes. Demasiado castigo para un equipo que había salido bien plantado al terreno de juego. Pero de nuevo, como si de una maldición se tratara, le hacían gol al conjunto valenciano. Y ya van dieciocho partidos sin dejar la portería a cero en primera división.

Muchas cosas se le pueden reprochar a este Valencia. Fallos en las marcas, falta de fútbol, poca efectividad, nivel bajo de concentración. Lo que está claro es que entrega y sacrificio, al menos en los partidos como local, no le faltan al equipo de Prandelli. De nuevo tuvo que tirar de insistencia para remar y remontar el partido. Y lo logró. Primero Rodrigo de cabeza, que ya lleva cuatro en lo que va de campeonato, y después Medrán con un disparo ajustado dejaban por delante al Valencia a la llegada del descanso. Hecho lo más complicado, remontar, parecía que la victoria estaba más cerca.

Los locales se acomodan y lo pagan

No obstante, se mostró muy conformista el conjunto local tras la remontada. El Málaga comenzó a dominar el partido en varias facetas del juego. Los de Juande Ramos no tenían problemas en tener paciencia moviendo el esférico. Demasiada contemplación por parte del equipo blanquionegro, que no daba la sensación de querer sentenciar el partido. Ese pudo ser uno de los errores que acabó condenando al Valencia en el último suspiro.

Alves no pudo frenar al Málaga | Foto: Valencia CF
Alves no pudo frenar al Málaga | Foto: Valencia CF

Los andaluces no dejaron de intentar llegar a la meta de Alves con paciencia, tocando, sin balones colgados. Al final esa calma se convirtió en premio con el segundo gol de Fornals en el descuento. Otra vez llegando desde atrás, libre de marca, como en la segunda jugada del partido. Mismo síntoma y mismo castigo. El Valencia se conformó con la ventaja y acabó pereciendo a manos de un omnipresente Fornals.

El equipo che sigue dejando muchos aspectos a mejorar. Ayer fue dominado en su casa por un Málaga plagado de bajas. Recibió gol en el primer y último minuto, y para colmo la grada acabó dividida. Restan cinco partidos para acabar la primera vuelta, uno para finalizar el año por el encuentro aplazado contra el Real Madrid. Y es en Anoeta, una plaza muy complicada de torear. Cabe la posibilidad del que el Valencia acabe 2016 con tan solo doce puntos. Pase lo que pase y visto el encuentro de ayer, desde la capital del Turía sigue quedando mucho que corregir, mucho que mejorar.