Turno para que el Benito Villamarín acogiese un gran espectáculo en una mañana de sábado pasada por agua. Tanto Betis como Valencia arrancaban el encuentro con una disposición táctica bastante dispar, pues Víctor Sánchez plantearía cinco defensas en los que Durmisi y Piccini se incorporarían al ataque de manera continua. Pero tardarían en llegar dichas acciones, ya que los cuatro hombres más adelantados del Valencia darían mucho de qué hablar.

El poste frustraría a la agrupación bética

Los primeros instantes se basaron en unos intercambios de golpes continuos en los que ninguno conseguía hacerse con el control del esférico, algo que ocurrió durante prácticamente todo el partido. Las internadas por la activa banda izquierda de Nani y Gayà trataron de romper el 0-0 condenado a quedarse definitivamente a desgracia de todos. Por su parte, Rubén Castro contestó al Valencia con la oportunidad más clara de toda la primera mitad: un zurdazo desde fuera del área que se marchó repelido por el poste derecho. Avisaba un Betis que no se achicaría en ningún momento.

También lo intentaba un conjunto che, con el objetivo de contrarrestar el peligro ocasionado por los sevillanos, comenzaron a practicar un juego de contraataque. La tuvo Munir en sus botas, pero Adán se mostró ágil salvando a los sureños del posible 0-1. A continuación, Parejo, a través de un libre directo desde fuera del área, introdujo el miedo en el cuerpo de la parroquia verdiblanca, pero su lanzamiento se marchó por encima de la portería local.

El énfasis ofensivo por parte de ambos equipos traía consigo muchos tiros que no conseguían el objetivo marcado a pesar de la insistencia durante un encuentro que también tendría lugar para la polémica, pues una posible mano ocasionada por Pezzella dentro del área, no señalada por Trujillo Suárez, privaba al Valencia de una pena máxima que podría haber servido para que los pupilos de Voro tomasen ventaja. Tras dicha acción, Gayà se sumaba al ataque y trató de encontrar el primer gol del conjunto che, pero el descanso llegó para dictar tablas ocasionar que los segundos cuarenta y cinco minutos decidiesen el reparto de puntos.

Peligro verdiblanco por partida doble

Tras el parón reglamentario el Betis salió con muchas ganas e intensidad. Así lo corroboró la doble ocasión en menos de diez minutos: en primera instancia, Rubén Pardo desde lejana distancia trató de probar los reflejos de Diego Alves; a continuación, Petros siguió el modelo de Rubén Castro en el primer asalto y estrelló el balón contra el poste izquierdo de la portería valencianista. La incapacidad de cara a portería de unos y otros se sumaba a la dureza en las entradas, pues cada vez se ponía más y más físico un duelo condenado a morir sin goles.

Santi Mina, con problemas físicos estaría obligado a abandonar el terreno de juego, y entró Zaza en su lugar. Aún quedaba media hora para anotar un tanto que, por mucho que se intentó, no llegó. Trataba de mantener más la posesión los valencianistas, produciéndose así un cambio de tornas respecto a la primera mitad.

Trascendentales actuaciones en las porterías

Vistiéndose de héroe un día más, Diego Alves volvió a aparecer en tareas defensivas con una intervención providencial al sacar una mano que evitaría lo que podía haber sido el gol verdiblanco que hubiese sentenciado el encuentro. Pero de nuevo, las redes no fueron penetradas. El recién ingresado Joao Cancelo también, desde fuera del área, probó a un Adán muy seguro de sí mismo, el cual socorrió de manera perfecta al Real Betis, que se engancharía al empate con uñas y dientes.

De esta manera, el 0-0 final deja a ambos con un amargo sabor de boca al haber merecido más. El justo marcador en el Benito Villamarín mantiene al Valencia a 7 puntos de la zona de descenso, 4 menos de los que goza el conjunto dirigido por Víctor Sánchez del Amo, decimoterceros en la tabla.