Tras otra semana más de competición, el Valencia ya solo no consigue la regularidad tan necesaria para salir de los puestos bajos de la tabla, sino que la actitud tampoco acompaña, como pudo verse el reciente fin de semana en el Vicente Calderón. Por ello, la afición únicamente espera una victoria frente al Sporting de Gijón que se traduzca en un sincero perdón.

Partiendo de que el conjunto asturiano tampoco está pasando por su mejor momento en cuanto a resultados y sensaciones, los de la capital del Turia parten con cierta ventaja. 17 puntos y penúltimos en la clasificación corrobora lo dicho con anterioridad. Los pupilos de Rubi se juegan mucho esta jornada, pues una nueva derrota ahogaría aún más en el pozo al equipo, por lo que aparte de Mikel Vesga y Burgui, los demás jugadores también deberán tirar del carro. Una tarea complicada que querrá saber aprovechar sin lugar a dudas el Valencia.

Son muchas las dificultades por las que pasa la entidad valenciana, pero la falta de comunión entre la grada y los protagonistas sobre el césped es quizá, de los más graves y perjudiciales. La afición, además de no estar conforme con la actual dirección del club, se siente decepcionada por la falta de intensidad en los partidos. No cabe objeción a que se pueden perder partidos, pero que los jugadores deben darlo todo por el escudo que defienden, al menos, es lo mínimo.

Como ya se vio frente al Real Madrid, el cuadro dirigido por Voro es más que capaz de superar las adversidades que se planteen. Todo pasa por cambiar el chip, dar un paso hacia adelante, y confiar en las plenas facultades que poseen los hombres que sostienen el escudo del Valencia. Solo así, Mestalla, la afición y los jugadores volverán a ser una piña. Y tras la debacle en la capital todo vuelve a empezar este sábado, tratando de vencer al Sporting.