No pudo ser, de ninguna de las maneras fue capaz de hacerlo el Valencia. Mestalla quería una disculpa, una más, a modo de victoria, pero no pudo dársela el equipo. Ésta vez, un impreciso Valencia pecó de misericordioso, perdonó demasiadas ocasiones, esas que no se pueden fallar, y a causa de ello, acabó viéndosela todas en su contra cuando Duje Cop demostró la fragilidad defensiva del combinado de Mestalla al cazar un rechace sin oposición y poner el tanto que abrió el marcador en el feudo ché. Y desde ese momento, a remolque fue un Valencia que no estuvo en absoluto fino y que sufrió muchísimo para solventar mediante un buen testarazo de Munir lo que habían provocado los errores previos al tanto del combinado dirigido por Rubi.

Orellana y Zaza tuvieron el partido en sus pies

Y es que un par de muy buenas ocasiones tendría el combinado valencianista, de esas que a veces parecen más sencillas de acertar, que de errar. Eso sí, llegarían en la segunda mitad -al igual que las que tuvieron los visitantes-, pues la primera parte fue bastante sosa, lenta y estuvo plagada de imprecisiones en ambos equipos, especialmente con los pases.

La primera es la que tuvo Orellana, que se aprovechó de una mala acción ofensiva de los hombres de El Molinón para armar su propia contra. Arrancó a correr desde su propio campo con el cuero controlado, sin oposición, pero perseguido. Estaban él, el portero, y cuarenta metros de verde separándolos. El chileno se dejó el alma en la carrera, y cuando se plantó ante Cuéllar, Mestalla se llevó las manos a la cabeza. El tiro fue demasiado cruzado y se acabó marchando. No se sabe bien que pasó por la cabeza de Orellana cuando erró dicha ocasión, pero sin duda, el Valencia se arrepentiría de dicho fallo, probablemente causa del cansancio de una abrumadora carrera.

Y la mayor de las ocasiones, llegaría tras el contragolpe de un único hombre protagonizado por Orellana. Y llegó cuando Gayá fue zancadilleado por Vesga en el lateral zurdo del área, y a consecuencia de ello, señaló penalti el colegiado del duelo. Una infracción clara y debidamente castigada. Parejo tenía una oportunidad más para tratar de reconciliarse con la grada tras la infinidad de incidentes acontecidos durante la estancia de Prandelli en el Valencia. Sin embargo, otra vez las manos al rostro. Cuéllar adivinó las intentonas del centrocampista para blocar el penalti y evitar que se adelantaran los ché.

Tras los dos errores, llegaría el tanto visitante. Tendría una bastante buena también Zaza, cuando se encaraba la recta final del duelo; aunque ni de lejos tan clara como éstas dos. Fue en un lanzamiento desde más allá de la frontal ante el cual respondió el zaguero del club asturiano con una buena intervención. Afortunadamente para los de Voro, Munir acabaría salvando el empate. No obstante, un punto no basta para saciar la sed de Mestalla. Desde luego, si el equipo sigue perdonando así, poco mejorarán los resultados en el próximo futuro.