Y se volvió a la realidad en Valencia. Cayó derrotado con relativa facilidad el club dirigido por Voro, que no fue capaz de frenar a un Málaga que con este triunfo, presume de tener ya la permanencia. Los valencianistas no llegaron en ningún momento a igualar en ganas a los locales, que con ilusión y orgullo, pelearon por la victoria. Y pudo ésta llegar gracias a un excelentísimo tramo, y no es otro que los últimos minutos del primer tiempo, donde Recio y Sandro besaron la red de modo casi consecutivo en cinco minutos, poner la grada patas arriba.

Una primera mitad con dos partes bien diferenciadas

Ya desde el mismo inicio del partido, se vio a los albicelestes con varias revoluciones más que los blanquinegros. Necesitaban el triunfo para certificar su permanencia, y tal y como debe hacerse, se dejaron la piel para cumplir su objetivo. No hubo demasiado peligro en los primeros minutos del encuentro, en los que algún acercamiento tras diversas combinaciones de ambos combinados marcaban el preludio de un encuentro cuya segunda mitad fue casi hasta irrelevante. Probaría fortuna Fornals desde la frontal con un tiro desviado. También Ontiveros, pasado ya el cuarto de hora de juego, lo intentaría con nulo éxito. La réplica llegaría bastante más adelante, también con tiros lejanos, en botas de Medrán y Soler, aunque los lanzamientos no llegaron a tener peligro alguno.

En el tramo final del primer tiempo, lograría anotar dos decisivos goles el Málaga.

Parecería entrar en modo de reposo el encuentro según se entraba en la recta final del primer tiempo, pero de golpe, lo que podría haber sido una siesta si se hubiera dado más tarde el partido desembocaría en una fiesta que sin duda provocaría que durante el descanso los aficionados locales comieran más que a gusto. Y es que a diez del receso, Recio apareció en mitad del área para pescar un centro de Ontiveros y mandarlo al fondo de la portería con un muy buen testarazo. La alegría no se quedaría ahí, y es que al par de minutos, Sandro logró duplicar la renta con un buen zarpazo con la diestra ante el que no llegó a responder bien Diego Alves. Antes de llegar al ecuador, se rompería Garay, que fue sustituido por Orellana.

Una segunda mitad apática que pudo hasta no jugarse

Y la segunda mitad fue una completa antítesis del tramo final del primer tiempo. Si se llegó al descanso con la adrenalina disparada con los dos tantos locales, el segundo tiempo la redujo a cero con un partido soso. No llegaba a haber demasiadas ocasiones, y el Málaga tenía más ganas que acierto, mientras que los blanquinegros estaban lejos de mostrar su mejor versión y volvieron a sacar su lado pasivo, que ha encendido en multitud de ocasiones a su gente en la presente temporada; tras protagonizar unos breves minutos en los que aparentó salir a remontar. Las ocasiones que tomaron acto en los mediados de este segundo tiempo serían en gran parte algunos lanzamientos lejanos que distaron de tener peligro, y que no llegaron a tener mucha trascendencia.

La únicas destacables de esta segunda mitad llegarían casi al término del duelo, y estuvieron en pies del Valencia, que pudo reducir distancias. Primero Santi Mina no pudo definir en un mano a mano con Kameni tras un regalo de Keko. Y cuando estaba a punto de acabar todo, Lato logró asistir de un modo sublime a Mangala, que se quedó solo y solo tenía que empujarla, pero de algún modo, se le acabó yendo el balón al palo. Por tanto, quedó el marcador tal y como estaba en el descanso, y la euforia acabó de tomar la ciudad andaluza.

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Sobre el autor
Gerard Escribano Gil
Fiel aficionado al Levante UD en todas sus secciones. Seguidor de: Aston Villa, Arsenal, Schalke, Fiorentina, 76ers, VLC Basket y Philadelphia Phillies. Amante del deporte en general, practicante de artes marciales.