Desde 2009 el Estadio de Mestalla debería haber pasado a mejor vida, pero desavenencias económicas y problemas en la dirección del club blanquinegro, tendrá que ser un año más testigo mudo de los encuentros del Valencia.
Seguirá siendo el estadio de fútbol con más historia del país, siendo casi un estadio centenario, y por lo que parece, esta no será la última temporada que el Valencia juegue en el viejo Mestalla, pues que las obras del nuevo estadio ni están en marcha, ni se espera que lo estén a corto plazo, lo que conlleva que el Club no se mude.
Con capacidad para unas 55.000 gargantas, el Estadio de Mestalla será este año el quinto con mayor capacidad de La Liga, por detrás del Benito Villamarín, que ha aumentado su capacidad en el verano de 2017. Siendo el primero el Camp Nou (FC Barcelona), el segundo el Santiago Bernabéu (Real Madrid CF), el tercero el Wanda Metropolitano (Club Atlético de Madrid) y el cuarto el citado feudo blanquiverde del Real Betis.
No obstante, a pesar de estar desahuciado, muchos son los aficionados del Valencia que ya no quieren marcharse a un nuevo feudo, tras el lavado de cara que sufrió en la 'época Salvo' en la que se pintaron los asientos y se aplicaron lonas en los muros exteriores del estadio, dando una identidad al coliseo valencianista.
La siempre exigente afición valencianista volverá a alentar a su equipo, cuyo proyecto con Marcelino García Toral parece haber enderezado el rumbo tras un par de temporadas de zozobra en la mitad de la tabla clasificatoria. Para ello volverán a contar con la Curva Nord ya que el club valenciano ha readmitido a los mayores de treinta años, que la pasada campaña no pudieron entrar a la grada de animación.