Se suele decir que el debut soñado de todo jugador nada más aterrizar en un nuevo equipo, es lo que se llama "Llegar y besar el santo", meter un gol el día de su primer partido con la nueva zamarra, si sirve para ganar, mejor aún.

La carta de presentación del zaguero ante su afición fue, la que cualquier jugador hubiera deseado, portería a cero, partido serio en defensa y lo más importante, ante un rival que por pocos peldaños, no es considerado rival directo.

Cuatro meses de paciencia 

El 21/05/2017 saltaban todas las alarmas en el club "Gunner" con la lesión de uno de sus centrales habituales en la parte trasera de la zaga, y hasta el pasado día nueve de Agosto, el jugador no pudo volver a disfrutar de los terrenos de juego en partido oficial. 

Cuatro meses, o mejor dicho, 108 días de lenta recuperación, aunque realmente fueron 88 en parado ya que las dos ultimas semanas se puso de nuevo a la órdenes de Arsène Wenger, pese a que no llegó a disputar ni un minuto.

El esguince de rodilla ya es cosa del pasado y ante el Atlético de Madrid se presentó en plenitud de forma. 

Le faltó el gol 

Cierto es que el tanto hubiera redondeado su actuación, y es que a los diez minutos de dar comienzo el segundo periodo del choque, tuvo la más clara del cuadro de Marcelino, jugada de balón parado que da inicio Dani Parejo y el zaguero no puede dirigir su testarazo, yéndose este por encima de la meta defendida por el guardameta rojiblanco, Oblak.

El debut en números

Un inicio casi soñado, para un central lo más importante puede no ser el ayudar a tu equipo ofensivamente, sino, proteger tu retaguardia. 

Eso mismo hizo a la perfección Gabriel acompañado en primer lugar de Ezequiel Garay y más tarde de Jeison Murillo.

Los números que presenta Paulista son números de un jugador que lleva rodaje, y es que, aunque no lo parezca, lleva cuatro meses parado. En 90 minutos, la totalidad del partido, cortó 11 balones, tres de ellos siendo pases y un balón robado a un atacante rival. 

Además de esos datos, el zaguero recibió una, de las tantas faltas en el centro del campo, cortando una contra más de los de Marcelino.