Esta semana se ha sabido que Peter Lim logró hablar con la cúpula directiva del PSG. En la reunión que tuvieron, quedó tasado un precio de 60 millones de euros a Gonçalo Guedes. Tras la reunión, ha habido silencio en la capital del Turia respecto a dicho asunto. Nada ha vuelto a ser comentado, nadie se ha atrevido a especular sobre lo que pasará, y, por encima de todo, el Club no ha filtrado ni la más mínima palabra.

Y es que la figura de Gonçalo Guedes vuelve a poner encima de la mesa la eterna pregunta que se hace el valencianismo con Peter Lim: ¿hacia dónde va su proyecto? Cuando aterrizó, el singapurense dijo que su idea era estar peleando por la Champions, a dos años vista -dos años después el Valencia acechaba el descenso-; ahora se dice que es un proyecto a largo plazo, pero que los cimientos ya están puestos para dicho futuro -con la llegada de Marcelino, Mateu, y la nueva estructura de club-. Visto todo esto, quizá sea el momento de que Lim de un paso al frente y consolide al Valencia como un equipo grande, comprando a un súper crack como Gonçalo Guedes.

El dueño ya tuvo la oportunidad de hacerlo cuando dejó escapar a Mustafi y Otamendi -entre otros-, y en sendas ocasiones se demostró que nada había cambiado en los últimos años. Que el club seguía vendiendo al final de año a sus mejores jugadores. Ahora, Lim tiene de nuevo la oportunidad de volver a meter al Valencia entre los mejores y dar un golpe encima de la mesa reteniendo a Gonçalo Guedes. 

Podría ser mucho más que un fichaje. Ya no solo por la calidad indudable del portugués y por como ilusiona a su afición, sino por lo que significaría para el proyecto. La seriedad que daría como emblema, y el mensaje que lanzaría de "ya estamos aquí, y no vamos a regalar ningún jugador a nadie". Quizás el fichaje de Guedes haría recuperar a la afición ese nivel de ilusión que tuvo aquel 31 de agosto a las 23:59 de la noche, cuando se anunció el fichaje de Álvaro Negredo.