Tras una temporada de mucho sufrimiento, Villarreal y Almería se jugaban el ascenso directo a una carta. Para ambos equipos, el regreso a Primera a principio de campaña era prácticamente una obligación. El Villarreal, después de descender en la 2011/12, el mismo curso en que disputó la Champions League, sufrió una evidente metamorfosis en la plantilla y durante la temporada experimentó una serie de altibajos que acabaron en el cese de Julio Velázquez como técnico. Cuando Fernando Roig tomó esta decisión, el equipo deambulaba por la media tabla, empezando a temerse que el tan ansiado ascenso debería esperar un año más. Sin embargo, la llegada del nuevo técnico, Marcelino García Toral, supuso un soplo de aire fresco, un cambio en la actitud de una plantilla que se dejó la piel durante toda la campaña pero que no siempre pudo deleitar a los aficionados con el juego característico del Submarino, con el que tantos éxitos se habían cosechado escasos años atrás. Después de una larga racha de resultados positivos, los castellonenses lograron colocarse muy cerca del ascenso directo, hasta que, previas victorias sobre Alcorcón y Girona –los conjuntos que se iban turnando en este puesto-, el equipo amarillo empezó a volver a sentirse equipo de la Liga BBVA.

Tanto Villarreal como Almería habían sufrido una serie de altibajos durante la temporada

Para el Almería también ha sido una campaña complicada, llena de altibajos. El equipo de Javi Gracia empezó muy fuerte, situándose en zona de ascenso y postulándose como uno de los grandes candidatos al ascenso. La directiva había buscado durante el verano la vuelta a Primera tras quedarse cerca en la anterior campaña, y la plantilla llevó a cabo el deseo durante las primeras jornadas. No obstante, hacia mitad del curso el cuadro andaluz comenzó a desinflarse e incluso perdió durante algunas jornadas la posición de play-off. En la recta final comenzó a apretar y, al igual que el Villarreal, se plantó en la lucha por el segundo puesto contra todo pronóstico cuando tanto Alcorcón como Girona eran auténticas apisonadoras.

Al último encuentro de la temporada los dos equipos llegaban con espíritu de final. Y la situación no podía parecerse más a esta clase de enfrentamiento. Tanto castellonenses como almerienses llegaban al choque empatados a puntos –el Villarreal estaba situado por delante debido a la diferencia goleadora-. Por ello, el equipo de Marcelino llegaba como favorito al partido, además de que al ser local contaría con el apoyo mayoritario del público presente en el estadio. Y así fue, la afición respondió a la petición por parte del club de que el feudo del Submarino fuera una caldera en un encuentro tan importante. Por ello, solo siete horas después de que se pusieran las entradas a la venta, éstas se agotaron.

El Almería empieza avisando

El peligro almeriense llegaba gracias a las acciones creativas de Soriano

Al comienzo del partido se notaron los nervios de algunos futbolistas, y en la primera acción ofensiva el Almería estuvo a punto de adelantarse con un centro desde la izquierda que casi se cuela en la meta de Juan Carlos debido al despiste del portero amarillo. No obstante, estos nervios iniciales se disiparon con el paso de los primeros minutos, y el Villarreal trató de asentarse en el centro del campo y buscar con tranquilidad las jugadas de ataque. El Almería no quería ser menos y, sabedor de que su única oportunidad para ascender directamente a Primera era ganar, intentó hacerse con la posesión del balón y empezó su labor ofensiva por las bandas. Estas acciones inquietaban a la zaga amarilla, a la que le costaba sobremanera despejar el balón. Además, la creación de juego de Fernando Soriano y su peligrosidad estuvieron a punto de hacer que el Almería se adelantase en dos ocasiones: primero, en un centro desde la banda derecha que remató defectuosamente el futbolista aragonés; y después, en una mala salida de Juan Carlos en la que el mismo Soriano intentó dejar solo a su compañero Aleix Vidal para rematar a placer, no obstante, se encontró con el palo. El Madrigal suspiraba y sabía que para que el ascenso directo no peligrara debía llegar pronto el primer tanto.

Mientras tanto, el Villarreal intentaba reponerse y también meter el miedo en el cuerpo a los jugadores del Almería. Los de Marcelino buscaban el gol de una forma poco habitual y no muy relacionada con su estilo ofensivo y de toque, las acciones a balón parado. Fue en la recta final de la primera mitad cuando los amarillos comenzaron a sentirse más cómodos en el terreno de juego. El Almería ya no presionaba con tanta intensidad y la defensa del Submarino parecía haber encontrado una disposición segura. Llegó entonces la polémica. Primero, en una jugada de combinación en la cual el balón acabó en los pies de Canteros, el medio centro accedió al área desde la derecha y pudo ser derribado por un defensa. El colegiado no lo vio así y amonestó al jugador por simular la pena máxima. Pocos minutos después, en una lucha entre Perbet y la zaga rojiblanca, el ariete consiguió acercarse al guardameta Esteban y cuando estaba a punto de efectuar su disparo a puerta pudo ser derribado, si bien él también agarró al rival. La jugada terminó en nada, pero a Marcelino, situado en el palco debido a la expulsión recibida en el último encuentro, comenzaba a gustarle el ritmo que tomaba el partido. Al descanso, el empate a cero reinaba en el electrónico, con el Villarreal ascendido momentáneamente a Primera y con el Almería situado tercero en la tabla y obligado a disputar el play-off.

Al comienzo de la segunda parte, la tónica era la misma. El Villarreal buscaba hacerse con el control del balón, dominar el juego y marcar un gol cuanto antes para sellar el ascenso y no terminar sufriendo. No obstante, el Almería sabía que hasta que no marcara las posibilidades de ascenso directo eran nulas y, por esta razón, al igual que en el primer acto, se echó al ataque a buscar el tanto. En una de estas acciones ofensivas por parte del conjunto dirigido por Javi Gracia, Jaume Costa realizó una dura entrada sobre Aleix Vidal, que pudo acabar con la tarjeta al lateral del Submarino. El árbitro decidió amonestarlo verbalmente y advertirle.

El Madrigal estalla

Minutos después iba a llegar el éxtasis amarillo. Cani, tras dejar atrás a un medio centro de corte del Almería, metió un gran pase en profundidad a Jonathan Pereira, quien viendo la salida de Esteban decidió definir con rapidez, adelantando con su disparo al Submarino y prácticamente certificando el ascenso. El Almería debía marcar ahora dos goles para lograr darle la vuelta al marcador y entrar en el segundo puesto de la clasificación. Tras el tanto amarillo, El Madrigal se convirtió en una fiesta, ya que la afición del Submarino se veía cada vez más cerca de Primera División. No obstante, todavía quedaba mucho para el final del encuentro, y el Almería tenía capacidad de reacción. Inmediatamente después del tanto castellonense, los hombres de Javi Gracia se echaron al ataque e inquietaron al guardameta Juan Carlos en sendas ocasiones precipitadas desde lejos del área.

A los amarillos se les hacía eterno el encuentro; a los almerienses, fugaz

El Submarino y todo El Madrigal sufrían después del éxtasis producido por el gol. El Almería se valía ahora también de las jugadas a balón parado para meter el miedo en el cuerpo al conjunto castellonense. Todos los jugadores amarillos defendían en el área. No obstante, el Villarreal también tenía sus oportunidades para prácticamente sentenciar el partido, y es que debido a la masiva subida al ataque de los rojiblancos, los contragolpes se tornaban en letales, y Musacchio estuvo a punto de hacer el segundo en una de estas acciones. En esta recta del partido, el juego comenzaba a calentarse y empezaban a producirse los primeros rifi-rafes, causados por la desesperación e impotencia de los jugadores almerienses, que veían como el ascenso directo se les escapaba de las manos. Marcelino, mientras tanto, decidía retirar a dos hombres ofensivos como Juanma y Perbet -este último amonestado- y dar entrada a Trigueros y Gerard Moreno. Javi Gracia también gastaba sus últimos cartuchos, dando entrada a Carlos Calvo y retirando a Christian. Se vivían minutos de tensión, puesto que los aficionados amarillos no veían el momento del final y, por contra, a los andaluces se les acababa el tiempo para dar la vuelta a la situación.

La entrada de Jonathan Zongo en el Almería revolucionó el partido. El jugador, que sustituyó a un desaparecido Iago Falqué, dispuso de ocasiones de todo tipo en los últimos minutos de partido. En una de estas ocasiones tuvo que ser Mario el que despejara el balón, cuando Jonathan había superado a la defensa. Escasos minutos después fue el propio atacante burkinés quien envió la pelota lejos de la meta de Juan Carlos. Entonces, cuando restaban tres minutos para la conclusión, llegó el aluvión de tarjetas. Primero, el colegiado amonestó a Rubén Suárez, que acababa de entrar al terreno de juego. Tan solo un minuto después, Vicandi Garrido intervino en el rifi-rafe que se había producido entre Cani y Pellerano y mostró amarilla a ambos futbolistas y a un futbolista del banquillo del Submarino.

Los almerienses bajan los brazos y la entrada de Senna da inicio a la celebración

En el momento en que se llegó al último minuto de partido, se produjo uno de los momentos más emotivos de la noche. Marcelino retiró al autor del gol del ascenso, Jonathan Pereira, y dio entrada al gran capitán del Submarino, Marcos Senna, que fue recibido entre una gran ovación. Entre tanto, el cuarto árbitro decretaba cuatro minutos para la conclusión, cuatro minutos para que se lograra el objetivo. En estos minutos, el Almería bajó los brazos, el técnico Javi Gracia dejó de dar órdenes para felicitar a los integrantes del banquillo castellonense y el juego perdió el ritmo que había mantenido durante los noventa minutos. Sonó el silbato tres veces y una explosión de júbilo invadió El Madrigal. Los aficionados recordaban cómo un año antes se habían quedado helados con el inesperado y rocambolesco descenso a Segunda y cómo sus futbolistas acababan de corregir esta situación para devolver al equipo donde se merece. El Almería, a pesar de la dura derrota sufrida en el estadio de La Plana, tendrá una segunda oportunidad para subir a Primera en la fase de play-off.

Así vivimos el ascenso del Villarreal