Casi con total seguridad, nadie habría apostado a principio de liga porque Villarreal y Espanyol, un equipo recién ascendido y otro elaborado a coste cero, estarían luchando por una plaza de Liga de Campeones en plena jornada 6, y elaborando el mejor fútbol de la liga. Los catalanes, tras una imponente victoria ante el Athletic Club en Cornellá, llegaban al feudo de un Villarreal que encadenaba dos empates consecutivos, aunque mostrando un buen juego y poniendo contra las cuerdas a todo un Real Madrid.

Inicio fulgurante del Villarreal

Apenas 35 segundos habían pasado desde que el cuero echó a rodar cuando el Villarreal ya ganaba en el marcador. Una jugada poco ortodoxa, pero  al final efectiva, desde la derecha que acabó llegando a Perbet en el interior del área chica, donde el francés, infalible, definió bien al palo corto. Gol importante, contundente para la psicología de un equipo que tenía el deber de ganar para seguir ilusionando con las posiciones de UEFA Champions League.

Sin la brillantez de otras ocasiones, los minutos tras el gol tuvieron un tinte más amarillo gracias al peso de Bruno y Pina en el medio, y el omnipresente trabajo de Cani. Los acercamientos al área, llegaban con cuentagotas y no fue hasta el minuto 16 cuando se produjo la más clara para los locales tras el gol, cuando Giovani –con suma calidad- bajó un gran centro de Jaume Costa desde la izquierda tras una rápida contra, que detuvo Kiko Casilla, el mejor de los ‘pericos’ en la primera mitad, tapándolo con el cuerpo. Ningún equipo conseguía adueñarse del balón, pero era el Villarreal el que contaba con más acercamientos, aun esporádicos y sin claridad.

La primera buena ocasión del Espanyol llegó en botas del central Sidnei, que se sumó al ataque y lanzó un gran disparo que repelió Asenjo. Una acción que motivó al Espanyol y se tradujo en mayor dominio y veloces llegadas por banda con Thievy, Mattioni y Lanzarote, que demostró su calidad pese a tener poco peso en el devenir del encuentro. Precisamente durante los mejores momentos del Espanyol fue cuando e Villarreal pudo haber puesto el 2-0, con un grandísimo disparo de Tomás Pina desde unos 25 metros, que salió rozando el palo de la portería de Casilla. Fue el preludio de dos grandes acciones del meta ‘espanyolista’, que consiguió mantener el 1-0 al descanso con dos paradas de auténtico mérito a GIovani Dos Santos, en una arrancada y posterior disparo dentro del área, y a un buen golpeo de Mario, incorporándose  desde el carril diestro. El Madrigal se marchó al descanso con el sabor amargo de poder habido ampliar la ventaja pese a no ser claramente superior en el cómputo global del partido.

Reacción del Espanyol y segundo del Villarreal

La segunda parte comenzó declinándose con mucha fuerza del lado ‘perico’, que mostró por momentos la solidez de la victoria ante el Athletic, tras la entrada de Víctor Sánchez en el descanso. El mediocentro ordenó a su equipo y desde ahí, hombres  como Lanzarote, Thievy o el omnipresente Sergio, pudieron tomar peso para poner en aprietos a Asenjo. Primero Lanzarote en un disparo de falta, y luego Sergio García a la contra pudieron haber establecido la igualada, pero la defensa del Villarreal continuó sólida. El Espanyol contaba con la figura diferencial del francés Thievy, que fue el hombre más incisivo en las acciones que el Espanyol se empleaba por velocidad, aunque quizá pecó de individualista en alguna ocasión y los visitantes perdieron más de una ventaja.

Marcelino, que también tuvo gran parte del mérito de la victoria, introdujo dos cambios cuando más sufría su equipo para dar velocidad y calidad a su equipo a la contra. Y así fue. Aquino y Jonatan Pereira no tardaron ni cinco minutos en fabricar una jugada que remató fuera por muy poco Giovani desde la frontal. En la siguiente ocasión de peligro un balón larguísimo de Jaume Costa lo embrujó Cani controlándolo, conduciéndolo hasta el área, recortando frente a la dura entrada de Víctor Sánchez y cediendo al área pequeña para que Jonatan Pereira hiciera el segundo a placer.  Recital de trabajo y compromiso de un Cani, que fue el mejor de su equipo en el segundo tiempo, aportando siempre lo necesario para que el Espanyol no se rearmase en muchos contragolpes, y llevando peligro en busca del tercero.

El Espanyol apura sus opciones hasta el final

Si algo caracteriza a este Espanyol del ‘Vasco’ Aguirre es la intensidad que ponen en cada partido, sin dejar de luchar hasta el minuto 90. Fruto de esa intensidad, Sergio García recibió un balón de espaldas diez minutos después del tanto de Pereira, e hizo un control antológico de espaldas, un solo toque que le permitió quedarse frente a Asenjo y definir con un cañonazo inapelable para el ex del Atlético de Madrid.

Pudo haber hecho más daño el Villarreal en alguna contra gracias a la velocidad de Pereira, pero fue el Espanyol el que gozó de más empuje en los minutos finales, aunque no sirviera para cambiar el resultado final. Sergio García y Stuani, en sendos remates casi con el tiempo cumplido hicieron suspirar a El Madrigal, que acabaría amarrando fuerte los tres puntos para continuar soñando y poniendo en aprietos a los más grandes de la liga.