De seis a ocho semanas de baja. Ese será el período durante el que Marcelino no podrá contar con los servicios de Jonathan dos Santos. El azteca, que se sometía a pruebas este pasado viernes, sufre una rotura miotendinosa en el bíceps femoral de su pierna izquierda. El centrocampista amarillo se retiraba en camilla el día anterior después de que, ante el equipo napolitano, se echara su mano inmediatamente a la parte posterior de ese bíceps femoral al forzar en un balón largo.

La lesion del mexicano es un doble golpe moral: primero, por el historial que el equipo de La Plana arrastra con las lesiones desde la pasada temporada; y, segundo, porque llega, además, en una posición corta de efectivos. A la prolongada baja de Samu García, que no podrá sumarse a los ejercicios del equipo 'groguet' hasta, al menos, inicios del mes de abril, después de que también cayera lesionado hace ya algo más de un mes ante el Athletic, hay que sumar el hecho de que el conjunto presidido por Fernando Roig no consiguiera concretar la llegada de algún jugador en ese puesto durante el mercado invernal, después de que el firme interés en Cherysev no llegara a buen puerto.

¿Momento de lucir filial?

Se abren grandes opciones, ahora que ese puesto de tres cuartos de campo parece no tener un dueño claro, de que hombres como Nahuel, que ya hizo suya esa parcela de campo al inicio de la temporada, o Leo Suárez, que está cuajando grandes actuaciones en el Villarreal B de Paco López, puedan contar con buenos minutos para probar algo de su valía en un momento complicado para Marcelino: primero llega el Atlético de Madrid, este mismo fin de semana, después el viaje a Nápoles y, en unas semanas vista, enfrentamientos de alto voltaje contra Celta, Sevilla, Barcelona o Eibar. El principal peaje a pagar es que el filial se vería debilitado en, también, un momento crucial para las aspiraciones de ascenso del conjunto entrenado por Paco López.

Lesión inoportuna

No es que alguna lesión de un jugador haya llegado alguna vez en un buen momento, pero la baja del mexicano sí que parece llegar en una etapa decisiva para un futbolista que atravesaba una de sus fases más estables desde su aterrizaje en Vila-Real, en verano de 2014. Aunque su refuerzo parecía siempre orientado para dar alternativas a Trigeros en el centro del campo, el azteca tuvo que adaptarse en seguida a roles en banda donde sus competidores no ofrecían sus garantías en las triangulaciones y su trabajo defensivo. En esta 2015/16, con aún menos competidores en ese puesto de interior derecho, el centromampista se había hecho con un rol de titular indiscutible. Marcelino tendrá difícil encontrar un sustituto para el hombre que, además, mejor trabajo realizaba en la presión tras pérdida.