Malos resultados de cara a la previa de Champions. El Villarreal cayó ante el Leagnés y con esta suma ya tres derrotas consecutivas en los últimos res partidos de la pretemporada. A escasos cuatro días de la cita más importante del verano, la previa de la Champions League ante el Mónaco, el conjunto amarillo no logra dar con la tecla y las sensaciones no son buenas: el Submarino Amarillo no ha conocido la victoria en ninguno de los últimos seis partidos que ha disputado.

El partido ante el Leagnés supuso el primer paso en la nueva aventura de Fran Escribá en el banquillo groguet. A pesar de que el equipo logró dominar y creaó ocasiones de peligro, los errores en las dos áreas decantaron el partido a favor del conjunto local, que aparte de los tantos, no disfrutó de demasiadas ocasiones para marcar. El nuevo  técnico amarillo tiene cuatro días para afinar la puntería de sus delanteros y resolver los fallos atrás si quiere superar la previa y disputar la fase de grupos de la UEFA Champions League.

Reubicación posicional

Escribá dejó sus primeras señas de identidad en el equipo. N'Diaye, que con Marcelino parecía destinado a ser central, jugó en la medular. Este cambio repentino no resultó y el senegalés no participó demasiado en la elaboración del juego. Ante la ausencia de Víctor Ruíz en el partido frente al Mónaco, el nuevo entrenador groguet ensayó con Mario Gaspar como defensa central. Esta no es una posición nueva para el canterano amarillo, pues Marelino ya lo probó la temporada pasada como consecuencia de la acumulación de minutos y las lesiones a mediados de la temporada pasada. Roberto Soriano, a pesar de que puede jugar como mediocentro, jugó en banda.

A pesar del cambio de entrenador y de las numerosas bajas a las que hace frente, el Villarreal dominó el encuentro y generó ocasiones de peligro. Solo la falta de puntería evitó que se pudiera marcar antes y controlar el partido con más comodidad y soltura. Como se suele decir en el fútbol, quien perdona lo paga, y el Villarreal lo pagó. En uno de los primeros acercamientos del Leagnés a la portería defendida por Andrés Fernández, Víctor Díaz ponía el primero en el marcador para los locales definiendo completamente solo.

Reacción sin suerte

En el segundo tiempo, el Villarreal se hizo con el control del encuentro. Las principales ocasiones llegaron del bando amarillo, pero los torpedos del Submarino no lograron derribar la nave pepinera. Sí la hicieron tambalearse empatando el partido hasta en dos ocasiones, pero sin llegar a tumbarla.

A los diez minutos de la reanudación, el canterano Mario Gonzalez, a quien Escribá le había dado entrada en el descanso, puso el 1-1 en el marcador y le dio cierto impulso al conjunto groguet. El partido se rompió un poco y a los cinco minutos del tanto amarillo, Guerrero firmó el 2-1 que ponía de nuevo por delante al Leagnés. Sin embargo, solamente tres minutos después, Sansone devolvía el empate al marcador de Butarque con un gol desde los once metros.

Tras los diez minutos de locura, el Villarreal se asentó en el campo y tuvo más y mejores ocasiones de desequilibrar el encuentro, pero la puntería no acompañó a los delanteros del Submarino Amarillo. En el minuto 82, el colegiado se sacó un penalti de la chistera que Szymanowski se encargó de transformar en el 3-2 definitivo que permitía al Leganés llevarse su trofeo ante su afición y que confirma la mala dinámica del Villarreal pocos días antes de la cita que marcará el sino de la temporada amarilla.