El Villarreal se juega parte de la próxima temporada el miércoles, en la eliminatoria previa de la Champions League frente al Mónaco, pues la ilusión y el inicio de la temporada pueden estar marcados por esta eliminatoria. Sin embargo, la situación en la que llega el equipo no es nada fácil: con nuevo entrenador y una plantilla mermada por las lesiones. Y cada día que pasa, se suman más jugadores a la enfermería amarilla. El último, ha sido Daniele Bonera, que se lesionó en el entrenamiento de ayer, dejando a N’Diaye como único central disponible al 100%. El central italiano, se retiró al final del entrenamiento y todo parece indicar que podría sufrir una rotura del recto, lo que es preocupante, dado que es una lesión de larga duración, dejando a la defensa mermada y a la directiva la casi obligación de fichar un nuevo central en lo que queda de verano.

Bonera se suma así a las bajas de Roberto Soldado, Cédric Bakambu, Denis Cheryshev (que afronta la recta final de la recuperación) y Jonathan Dos Santos por lesión, unido a la de Víctor Ruiz para el partido de ida por sanción y la Sansone porque ya jugó previa con su antiguo equipo. Sin duda, no ha sido una buena pretemporada para el Submarino, que además de las lesiones, ha sufrido un cambio drástico en el banquillo, que sin duda, puede condicionar la llegada del equipo a este inicio de la competición. Lo más preocupante, no es el número de bajas, sino las posibles bajas que se podrían sumar a esta larga lista.

Esta semana se han presentado dos nuevos inconvenientes para Fran Escribá a la hora de crear un once inicial para el partido de mañana, pues tanto Jaume Costa como Bruno Soriano arrastran problemas físicos que podrían apartarles de la convocatoria si el entrenador amarillo decidiese no arriesgar con ellos a pesar de que podrían estar preparados para el partido de mañana. Y todo esto, sumado a los problemas de fiebre que arrastra Mateo Musacchio y que ya le impidieron estar con el equipo el pasado sábado en el último partido de pretemporada, dejando así a N’Diaye como único central en plenas condiciones, aunque lo cierto es que Mario Gaspar se postula como una buena alternativa al eje de la zaga, algo que Escribá ya probó el sábado en Leganés.

Otra de las posiciones que trae dolor de cabeza al nuevo entrenador amarillo es la delantera, donde solo se cuenta con Pato, en baja forma física y con el recién llegado Santos Borré, a parte del canterano Mario, con el que Escribá ya contó el pasado sábado. Sin duda, está siendo un inicio de temporada marcado por los inconvenientes que no dejan de sumarse en un equipo que espera clasificarse para la Champions.