Duro rival. El Mónaco era uno de los equipos a evitar en el sorteo de la fase previa de la UEFA Champions League, y no lo era por nada. A pesar de que el temor que se le tiene al conjunto francés se basa en la fama adquirida por sus fichajes de antaño, lo cierto es que esta vez, el equipo blanquirrojo de la Ligue 1 tiene un proyecto con menos estrellas, pero más sólido dentro del campo.

Cómodo sin balón

El Mónaco es un equipo que no necesita tener la pelota para controlar el partido. En El Madrigal, el conjunto francés apenas pasó apuros hasta los minutos finales, en los que el Villarreal apretó. Leonardo Jardim tuvo a sus futbolistas bien situados en todo momento, cerrando espacios y haciendo completamente estériles las posesiones de los amarillos. Casi un 60% de posesión no fue suficiente para que el Submarino Amarillo se llevara el partido.

A pesar de estar mermado por las lesiones, igual que el Villarreal, el Mónaco basó su juego en un bloque muy compacto y un centro del campo muy certero con el balón en los pies. El juego directo de Fabinho y Bernardo Silva fueron un dolor de cabeza para la defensa grogueta, especialmente para N'Diaye, quien cometió sendos errores en los goles, fruto de la relajación.

Este fin de semana, el Mónaco venció por 0-1 al Nantes a domicilio. Como pasó en El Madrigal, los de Jardim no tuvieron la posesión de balón, pero les bastó para llevarse el partido por la mínima.

Bernardo Silva, el más peligroso

Rápido, ágil y con una facilidad enorme para desbordar. Bernardo Silva fue el mejor jugador del Mónaco en el partido de ida en El Madrigal.

El portugués llegó procedente del Benfica en 2014. Una sola temporada con el primer equipo del conjunto lisboeta le bastó a la directiva del Mónaco para hacerse con sus servicios. El resultado, hasta el momento ha sido excelente. Su rendimiento en las dos temporadas que lleva disputadas en el estadio Luis II ha sido muy bueno. Los 16 goles que ha anotado en estas dos campañas son muestra de ello.

Bernardo Silva es un centrocampista que puede actuar como interior o como mediapunta. Tiene una magnífica conducción de balón y una depurada técnica que, unidas, le permiten superar defensas tanto en estático como en carrera. Además, el portugués demostró su peligro en El Madrigal cuando encara la portería rival en diagonal.

Silva no juega solo. Tras de él hay un fantástico equipo que sabe cuál es el camino que su técnico Jardim marca para lograr sus objetivos. En Mónaco lo tendrán todo de cara, pero el Submarino Amarillo será seguro un rival duro de roer.

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