En el ambiente del Villarreal, desde la llegada a Mónaco el día anterior, se respiraba buenas sensaciones, tintes épicos, propios de aquellas noches que quedarían en el recuerdo del aficionado groguet. Los jugadores confiaban en lograr la machada. Pero la tarea a realizar era mayúscula, mastodóntica. En el partido más importante de la temporada para el combinado de Vila-Real, el 'Submarino Amarillo', muy mermado por las bajas, acabó naufragando en el Louis II. El Principado, así, se ha convertido en un escenario funesto para el conjunto castellonense.

Los errores en el choque de ida penalizaron a Alfred N'DiayeA pesar de las bajas, Fran Escribá puso el once de gala sobre el Estadio Louis II. A diferencia del encuentro de ida, N'Diaye, protagonista de los dos errores que desencadenaron en los goles visitantes, comenzó en el banquillo dejando su lugar a Victor Ruiz, haciendo pareja en el centro de la defensa con Mateo Musacchio. Además, otra novedad fue la presencia de Bruno Soriano, el cual jugó en el envite de ida y que era duda en las últimas horas por molestias en la espalda y que, sabedor de la trascendencia del cruce, forzó la maquinaria para estar en el encuentro ante el cuadro monegasco. Así, el técnico valenciano saldría a por todas en busca de la remontada.

Jardim repitió la fórmula que le dió exito en El MadrigalPor su parte, con su clásico 4-2-3-1, su homólogo en el equipo francés, Leonardo Jardim, repitió en el día de hoy el once titular que sacó en el partido de ida en El Madrigal con la única excepción de la entrada en el lateral derecho de Sidibé por Mendy, sancionado desde el cruce de la ida y repitiendo con el trivote ofensivo Lemar-Bernardo Silva-Dimar escoltando a Valere Germain.

Dominio inicial monegasco 

Ambas escuadras comenzaron el encuentro tanteándose, midiendo muy bien el paso y la decisión a tomar, conocedores de lo que había en juego. Sin embargo, a pesar de que ningún equipo había gozado de ocasiones claras, el Villarreal iba cogiendo tono poco a poco, jugando con sentido, aunque pecaba de profundidad y acierto en el pase en los últimos metros. Aún así, en el minuto 13 Samu Castillejo dispuso de una buena ocasión para perforar la meta de Subasic, pero no acertó a empalar de primeras el centro de Roberto Soriano, marchándose el chut del malagueño alto.

La respuesta inicial grogueta fue disipándose poco a poco

La ofensiva del Mónaco no se hizo tardar y dos minutos después un pase de Dirar se envenenó pero Asenjo despejó el peligro monegasco. Seguidamente un chut de Lemar y un cabezazo desviado de Germain pusieron sobre aviso al equipo levantino. El empuje tempranero de los castellonenses fue contrarrestado por el equipo del Principado, que poco a poco se iba acercando con peligrosidad al arco de Asenjo.

La posesión era visitante, pero el peligro era local. Y esto lo tradujo Lemar a la media hora del encuentro. Un chut del extremo francés se coló por las piernas de Asenjo, que se paró en seco, con lo que el arquero palentino pudo atrapar el esférico antes de que sobrepasase la línea de gol.

Poco a poco, el Mónaco se iba haciendo con el timón del encuentro con un Bakayoko como hombre central recuperando balón y distribuyendo el juego hacia el trivote ofensivo. Por su parte, la circulación del Villarreal era lenta y poco continua, lo que favorecía el robo de balón monegasco.

Reacción y polémica como guinda final

Sin embargo, Bruno Soriano, en el minuto 40, hizo acto de presencia, lo cual eso se traduce en peligro. Un pase en profundidad, de esos que tendrían que sentar cátedra en las escuelas de fútbol desde pequeñodel faro del Submarino fue cazado por Santos Borré que falló en el mano a mano con Subasic. Primer tiro a puerta del Villarreal que empezó a coger confianza y a acercarse a las inmediaciones del área local.

Eriksson no pitó un penalti a favor del VillarrealY, un minuto después, llegó la jugada más controvertida del choque. Tras un centro bombeado al interior del área, los jugadores amarillos pidieron penalti por mano de Andrea Raggi pero el colegiado sueco no estimó pitar la pena máxima.

A partir de ahí, el conjunto groguet lo seguiría intentando sin demasiada fortuna con lo que, concluido el primer tiempo, seguía imperando el empate inicial en el Louis II y la momentánea eliminación del Villarreal.

Un quiero y no puedo

El paso por los vestuarios pareció favorecer al Submarino, el cual salió dispuesto a torpedear desde el inicio. Dos disparos de Santos Borré dibujaron un comienzo del segundo tiempo de dominio amarillo, el cual mejoró en la movilidad del balón y se volcó arriba en busca de la remontada la cual tenía más dificil con cada minuto que pasaba.

Sin embargo, las prestaciones del Villarreal bajaron poco a poco, volviéndose a equilibrar un partido dominado por el mediocampismo y en el que las defensas estuvieron más finas que los ataques de ambos conjuntos. Los minutos pasaron y el Mónaco, defendiendo desde la posesión, se dedicó a aguantar ante la desesperación de los tripulantes del Submarino que lo intentaron de todas las maneras posibles pero que vieron como se escapaba el pasaje para la Liga de Campeones.

Penalti mortal

Y Jonas Eriksson decidió aparecer. Señaló un penalti inexistente para el Mónaco por mano de Musacchio y Fabinho, el hombre que abrió la eliminatoria en El Madrigal, la cerró en el Louis II con un mágnifico lanzamiento que llevó el éxtasis a la parroquia local y que confirmó la presencia de los de Jardim en la fase de grupos. El Submarino llegó tocado y terminó hundiéndose.

El conjunto de Fran Escribá participará en la Europa LeagueFinalmente, el equipo castellonense no encontró premio a su excepcional cuarto puesto en la última liga, diciendo adiós a la Champions League y saludando, por tercera temporada consecutiva, a la Europa League. En el envite más importante del curso, el Villarreal claudicó, fracasó.