"Tuve la oportunidad este año de ir a Inglaterra, pero intuía que no era el momento y creo que acerté", apunta Fran Escriba, que se muestra ilusionado en el nuevo reto de comandar la nave "grogueta". El valenciano concede una entrevista al Mediterráneo en la que se conoce su lado más personal y profesional.

Escribá señala que la llamada del Villarreal le pilló por sorpresa y valora la confianza de la entidad grogueta: "Me llamaron a las once de la noche, tuve una reunión y al día siguiente ya estaba aquí. Además todo sucede en un año feo, con dificultades, nada que ver con los dos anteriores. El hecho de que un equipo como el Villarreal te llame te refuerza, te demuestra que te valora por algo más que los resultados". Lo cierto es que la llegada de Escribá no dejó indiferente a ningún aficionado del Submarino, y muchos de ellos no vieron con buenos ojos su llegada. Dos meses después, la estabilidad se ha vuelto a instalar en la ciudad castellonense: "Desde el club me transmitieron tranquilidad. Si no se pasa la Champions pues jugaremos la UEFA, me dijeron. Y eso me ayudó a pasar dos semanas muy malas, por la novedad, las lesiones, el lógico escepticismo de la gente sobre el nuevo entrenador".

El extécnico del Getafe y del Elche reconoce que le dio rabia quedar eliminado de la Champions por los futbolistas y la afición: "Ellos se habían ganado el derecho de poder jugar la Champions, no yo. Con todo lo que pasó entonces, sinceramente creo que no podíamos pasar; si algo podía salir mal, salía mal. Si tuviéramos que jugar la previa ahora, diría que la pasábamos. Con la plantilla al completo éramos mejores que el Mónaco; con la plantilla de aquel momento, no".

En el aspecto profesional, para Escriba sacrificio es innegociable para extraer el máximo jugo posible a sus futbolistas: "Jugadores de muchísima calidad, sin esfuerzo, se quedan en la mitad. Y este grupo se sostiene en el colectivo. Hay jugadores importantes, por jerarquía, porque son internacionales, pero no se puede destacar un futbolista por encima de otro. Pero este equipo no es, por poner un ejemplo, el Barça de Messi, el líder es el equipo".

 "En mi equipo, para jugar no basta con el nombre o el DNI. Cuando he tenido que sentar a un futbolista o le he tenido que dejar fuera de una convocatoria lo he hecho y lo seguiré haciendo. Me duele, porque antes de entrenador soy persona, pero tengo claro que el colectivo es lo primero", asume de forma tajante respecto al compromiso.

Tácticamente, Escribá y su cuerpo técnico ha inculcado su particular "toque" para mejorar el rendimiento. Entre estas variantes destaca la voluntad por querer tener la posesión de balón y el cambio del clásico 4-4-2 de Marcelino al 4-2-3-1 que ha formado en varias salidas para fortalecer el centro del campo. Según el mister jugadores como Bruno, Trigueros o Jonathan no deben estar relegados a tareas defensivas y al contraataque. Además, el técnico reconoce que todavía hay cinco o seis futbolistas que no están en su mejor momento.

Del mismo modo, Fran Escribá desvela que pueda variar el sistema en función del rival o del propio equipo: "Aunque los técnicos siempre decimos que nos miramos a nosotros mismos, también se mira al rival. El cambio del Bernabéu lo hago porque sé que si tengo el balón le hago mucho daño . Y así ocurrió. Mientras dominados no sufrimos nada; cuando perdimos ese control es cuando el Madrid nos hizo daño. Hay veces que tener dos delanteros no te garantiza llegar más a gol y, además, puedes defender con dos menos y pierdes control. Al final vamos a movernos en dos tres sistemas con sus pequeñas variantes".

Por último, elogió la organización de la entidad amarilla: "Se trabaja muy tranquilo. Pasa la semana y no ves al presidente ni al consejero delegado. Evidentemente, si quieren venir encantado. Pero a nivel de presión, nada. Además, aquí se respira mucho fútbol.  Es un gran club en una ciudad pequeña. He estado en clubes muy grandes y no tenían ni por asomo la organización del Villarreal".