Tras un inicio de temporada bastante complicado, los vigueses visitan El Madrigal en una espectacular racha de resultados. Sus tres únicas victorias en Liga coinciden con los últimos tres partidos disputados, la más reciente ante el todopoderoso FC Barcelona. Fuera de casa han conseguido el 40% de los puntos (4 de 10), con una victoria, un empate y una derrota. Además, a domicilio exhiben una cara radicalmente diferente a la que ofrecen en Balaídos; solo reciben, de media, 0.6 goles por partido, en contraposición con los 2.25 que encajan en su feudo; con respecto a la puntería, también disminuye, 1 gol por partido fuera de casa por 1.5 en Vigo. Esto refleja la cautela con que Berizzo afronta las salidas ligueras, sabedor de la importancia que tienen esos puntos, y que le impulsa a dar más importancia al orden táctico que al juego ofensivo y vistoso que les caracteriza en su estadio.
Defensa. El regreso de Fontás como gran esperanza
En la portería no hay duda, Sergio Álvarez es el guardameta titular sin ningún tipo de discusión. El gallego es un seguro de vida y conoce perfectamente el club, al que lleva vinculado más de 10 años.
Por delante de él, Berizzo coloca una línea de cuatro en la que puede haber variaciones con respecto a lo que hemos visto durante las primeras jornadas debido al regreso de Fontás. El catalán ha superado una lesión en el tendón de Aquiles que le ha tenido casi un año apartado de los terrenos de juego.
El lateral derecho será ocupado, presumiblemente, por Hugo Mallo, titular en esa posición en todos los partidos de Liga excepto uno. Los centrales más utilizados por el técnico argentino son Sergi Gómez y Cabral, no obstante, la ya mencionada vuelta de Fontás puede trastocar esta pareja. En el costado izquierdo parece que veremos a Jonny, que solo ha cedido la titularidad en dos de las siete jornadas disputadas hasta ahora. Como comodín para cualquier contratiempo o necesidad está Roncaglia, que está dispuesto a ocupar los huecos que se vayan abriendo en la zaga celtiña y ya ha jugado tanto de central como de lateral derecho e izquierdo.
Centrocampistas. La sala de máquinas celtiña
Es la zona clave para el Celta. El “Toto” suele colocar cinco jugadores en la medular para conseguir, o bien tener el control de la posesión, o bien ser capaz de dar un paso atrás y cerrar todos los caminos que lleven al rival a su portería.
El doble pivote parece intocable en los partidos que se juegan lejos de Balaídos. La lesión del “Tucu” Hernández y los 90 minutos que disputó Marcelo Díaz con Chile hacen pensar en Radoja-Wass como pareja en esta posición. El danés también gusta mucho a su técnico como centrocampista ofensivo, así que veremos por qué se decide Berizzo.
Un poco más cerca de la portería rival, un tridente eléctrico está listo para acelerar el juego en el último tercio de campo. Todo apunta a que Sisto y Bongonda serán los elegidos como puñales por las bandas, dejando a Josep Señé en el banquillo. Siguiendo con los regresos, otro igual o más esperado que el de Fontás: Orellana vuelve al equipo y, muy probablemente será de la partida en Castellón. Parece que el chileno podría jugar de mediapunta, aunque si Marcelo Díaz parte como titular, Wass ocuparía esa posición y Orellana dejaría sin sitio a Bongonda o Sisto… las combinaciones son múltiples.
Delanteros. Bendito problema
La punta del ataque celeste es una posición muy disputada. Berizzo cuenta con tres jugadores de gran nivel para un solo puesto. Iago Aspas, Guidetti y Rossi pelean por demostrar al míster que cada uno de ellos debe ser el elegido. De momento es el español quien está ganando la batalla, cinco titularidades ligueras de siete posibles. Los otros dos partidos los ha iniciado Guidetti, por lo que Rossi es el gran olvidado –probablemente debido a lo reciente de su llegada al equipo-, aunque la motivación de volver a la que, según el italo-americano, es su “segunda casa”, podría ser una ventaja a tener en cuenta por el “Toto”.
